GANARSE EL CIELO O “EL TURISTA ACCIDENTAL”

[Quili]

Gracias JCS por tan magnífico relato!!!

Sabes? Una de las cosas que más me gustan de la astronomía no es precisamente estar rodeada de trastos o saber si miras por un ocular de 500 o de 50 euros. Lo que más me gusta es sentarme y mirar al cielo, así, sin ningún artilugio, sentirme parte de él y de la noche.

La noche, el silencio, una compañía que comparta contigo el mismo amor por el universo y mirar, abstraerte, oír de vez en cuando que han centrado algún messier especial, algún NGC inalcanzable, y despertar de ese sueño para darte cuenta que casi es tangible. Que eres parte del sueño sólo con asomar el ojo a ese trozo de cristalito que hay acoplado al telescopio.

Qué felicidad!!! Y cómo lo echo de menos!!!
Algún día las lluvias desaparecerán y, como dice JCS, recordando a nuestro hidalgo más universal, volverá el buen tiempo, las noches claras y los cielos limpios en los que nuestra alma podrá viajar de nuevo.

Un beso José Carlos!

[JCS]

Bueno me quedo con la boca abierta, cosa poco recomendable ahora que empiezan a proliferar los dípteros voladores (léase moscas, pero uno es así de cursi) Quli, amiga, no sabes cuánto agradezco tus palabras. Esos elogios viniendo de alguien que escribe como tú me hacen enrojecer. Antonio (Teteca, para los que no conozcan tu nombre) te digo lo mismo, añadiendo, como le adelanté a Ramón, que un día de estos, y sin previo aviso, os abordare sin contemplaciones, estoy deseando veros a todos y repetir aquellas jornadas del año pasado. Inolvidables. Y sobre la bienvenida al “Lado Oscuro” no dudes que la invitación ya está aceptada, pero con la condición de que me sea permitido algún que otro retozo con la princesa Leia (siento debilidad por ella) además los que me conocéis habréis reparado en mi extraordinario parecido con Harrison Ford de modo que no me costaría casi nada hacerme pasar por el Capitán Solo (la falta del Halcón Milenario ya se arreglará).

FranJua otro tanto para ti. Muchísimas gracias por tus comentarios.

Abrazos a todos, pero os advierto que estáis consiguiendo animarme a seguir y eso terminará con un daño severo supratentorial (yo lo padezco hace tiempo) y no quiero responsabilidades.

[JCS]

II parte (o así)

Puesto que, de momento, no tengo mucho que hacer voy a continuar desgranando frases y pensamientos a medida que se me pasen por mi deteriorada cabeza. Se lo debo a nuestro amigo Ramón (Tacómetro) que confiaba en la continuación, aunque debo confesar que semejante pretensión no demuestra un estado de equilibrio emocional mucho mejor que el mío (quizás por eso nos llevamos tan bien).

Tengo la certeza de confundir, continuamente, ficción y realidad y ello no por un estado mental patológico (que lo hay, como es notorio, pero en estas líneas no creo que exista relación causa efecto, o al menos no de forma determinante). En todo caso ambas se superponen e imbrican engendrando extraños híbridos. Bien lo sabía nuestro D. Francisco de Goya cuando dibujó su aguafuerte “El sueño de la razón produce monstruos”. También sobrevuela sobre nuestras cabezas las múltiples y aun infinitas realidades, defendidas por Everett, Feynman, Hawking y otros muchos entre los que se encuentran, paradójicamente, Jorge Luís Borges (El jardín de los senderos que se bifurcan, de su obra Ficciones, cuya lectura recomiendo vivamente) aunque esta es otra historia en la que no me adentraré, doctores tiene la Iglesia.

Bien, como apuntaba al principio (perdonad la dispersión de ideas) creo confundir o, al menos mezclar, lo real y lo surgido de la imaginación pese a tener por cierto que lo imaginado y lo onírico son tan reales como nuestro cotidiano transitar por la existencia, en vigilia y con los ojos bien abiertos. Constituye un hecho universal, común a todos y especialmente a escritores, pues desde que comenzó nuestro tiempo conocido no se ha cesado de contar los hechos de ese tiempo, preparar o maquinar lo que se dice o se va a decir. Contar con palabras escritas o habladas supone, invariablemente, introducir un punto de tergiversación y la mera narración ya deforma y altera el hecho que permanecerá indemne a pesar de los años y las muchas descripciones, con sus diferentes y aun contradictorias perspectivas.

El hecho en sí no supone un auténtico inconveniente, no gran cosa ni grave ni acuciante – se halla incorporada a nuestra existencia desde que nacemos. Ha sido heredada y la cederemos a quienes nos sucedan- acaso una mera diversión, si se mira con ojos benevolentes, pues la palabra que narra se comporta de forma azarosa introduciendo incertidumbre, en ocasiones misterio, sobre el resultado final del relato. Cierto que también puede conducir a la confusión y rechazo pero es un riesgo que debe ser asumido sin temor ni desazón (solamente los muy soberbios, vanidosos o pagados de sí mismos pueden experimentarlo y ello los descarta, de forma inmediata y contundente como candidatos a leer una sola línea de su texto o escuchar sus frases vanas y arrogantes).

Esto indica una implícita desconfianza en la palabra, hablada o escrita, pues siempre es imprecisa o metafórica, sujeta al capricho del recuerdo deformado por la propia evocación, revivida tantas veces si el hecho dejó marca o cicatriz en el narrador o por la indiferencia u olvido cuando careció de trascendencia. Es, por tanto, ingenuo creer a “pies juntillas” lo que oímos y se nos cuenta o expone como hecho fuera de toda duda incluso si el que el que describe es testigo o aun protagonista del suceso. Siempre hallaremos, entretejidos, elementos ilusorios, ficticios, quizás novelados si se domina el lenguaje y la capacidad de hilvanar textos con la suficiente pericia. Relatar los sucesos y experiencias se me hace inconcebible y vano. La vieja aspiración de dar a conocer, de dar cuenta de lo acaecido, dejar constancia de lo sucedido acaba siendo ilusorio o quimérico. Las propias frases son metafóricas y forman parte, en gran medida de la imaginación que altera y deforma lo ocurrido. No hay más que reparar en las diferentes y aun contradictorias versiones de los diferentes testigos que han presenciado un mismo hecho.

Al menos me queda el consuelo (o puede que satisfacción) de contar sin motivo u orden, sin trazar dibujos precisos ni buscar coherencia, con voz antojadiza e imprevisible de un tiempo que ha pasado y, a la vez permanece aunque ambiguo y turbio. Semejante actitud puede enriquecer o condenar al relator pero, podéis creerme, resulta entretenido a la vez que cómodo. No precisa de severas reflexiones que inviten al convencimiento del que escucha o lee. Al cabo no se dice nada que pretenda alcanzar el reconocimiento o el aplauso.

Tras todo este galimatías debiera continuar contando alguna jornada de observación astronómica, cabalmente engalanada que ofreciese satisfacción a quien fuera capaz, a estas alturas, de seguir leyendo, pero estaría incurriendo en la fraudulenta contradicción de lo dicho hasta ahora, de modo que no lo voy a hacer, aunque si diré que, últimamente tengo aparcado el telescopio y, no son pocas las veces, que paso horas mirando al cielo, asistiendo al desfile de constelaciones que pasan ante mis ojos como fieles amigas.

Algo tan simple, acostumbrados, como estamos, a ópticas sofisticadas, cámaras que registran las intimidades del universo, sistemas que nos conducen al punto elegido, me produce una enorme satisfacción e íntimo placer como si retrocediera en el tiempo para hacer compañía a nuestros antepasados y decirles: Hola amigos, vengo en busca de lo auténtico, de lo que no se ve o se ve a medias. Enseñadme porque mi tiempo es otro y yo no sé nada de vuestra verdad.

Un abrazo a todos los que tenéis el valor de aguantarme.

[METALICASJJ]

Que manera mas bonita y amena de explicar lo que se siente cuando uno está bajo el manto celeste.
Estar sólo ante la inmensidad del universo, la cantidad de preguntas que se te vienen a la cabeza, es una de las mejores experiencias de la vida. Cuando estoy en estas situaciones lo que mas me eriza el bello y emociona es el pensar en lo afortunados que somos por tener una vida complementada con cosas tan buenas como esta, nuestra afición.
Seguid así porque son muy gratas vuestras palabras.
Saludos.
David.

[almach]

Hola JCS,

El_sueño_de_la_razón_produce_monstruos.jpg

He tenido que cambiar el chip de "lectura distendida internet" a "lectura filosófica y profunda". No hay mayor problema... pero eso se avisa, de lo contrario el cerebro puede llegar a quejarse al recibir unos estímulos que no son los esperados.

Yo pasé por la facultad de periodismo... aunque al final me decanté por la rama de publicidad... y hubiera dado una bonita cantidad de dinero por haberte tenido en clase cuando discutíamos hasta aburrirnos de la llamada "Imparcialidad" del periodista

Saludos

[JCS]

Amigo Oscar, semejante e inmerecido piropo (puedo asegurarte que no hay falsa modestia. Ni falsa ni de ninguna otra clase) casi me hace sentir como un impostor. Al menos la capacidad de ruborizarme aun la conservo. De modo que no sé cómo agradecer tus palabras. Quizás manteniendo y cultivando nuestra amistad paradójica de dos personas que no se conocen, al menos de forma física y personal.

Y no lo dudes, la imparcialidad y la objetividad no existe, es una contradicción a la propia condición humana, una abstracción, como muchas otras cuyo ingenuo propósito es dar carta de naturaleza y razón a decisiones ancladas en el azar, la interpretación personal o el siempre caprichoso estado de ánimo. Ni siquiera el juez que decide o sentencia sobre un hecho, o lo que resulta más doloroso, un reo, goza de esa imparcialidad inventada para justificar actos o decisiones, para aplacar la mala conciencia si la decisión fue arbitraria o prevaricadora o por el contrario, sentir satisfacción por la indulgencia que benefícia y aleja el pesar.

En fin. Nos hallamos instalados en los tópicos y las medias verdades (aunque pienso que la verdad también flota en lo abstracto y carece de entidad real) y esa costumbre o hábito nos ayuda a sobrellevar nuestra azarosa e imprevisible existencia.

De todos modos que nadie me haga demasiado caso. Nada más lejos de mi intención que complicar la vida a nadie, ya me la complico yo solito.

METALICASJJ también debo darte las gracias. Esas lisonjas levantan el ánimo y si lo que cuento sirve para provocar placer o diversión ya estoy suficientemente pagado.

Un fuerte abrazo a los dos.

José Carlos.

[Nachote]

II parte (o así)

Tras todo este galimatías debiera continuar contando alguna jornada de observación astronómica, cabalmente engalanada que ofreciese satisfacción a quien fuera capaz, a estas alturas, de seguir leyendo, pero estaría incurriendo en la fraudulenta contradicción de lo dicho hasta ahora, de modo que no lo voy a hacer, aunque si diré que, últimamente tengo aparcado el telescopio y, no son pocas las veces, que paso horas mirando al cielo, asistiendo al desfile de constelaciones que pasan ante mis ojos como fieles amigas.

Algo tan simple, acostumbrados, como estamos, a ópticas sofisticadas, cámaras que registran las intimidades del universo, sistemas que nos conducen al punto elegido, me produce una enorme satisfacción e íntimo placer como si retrocediera en el tiempo para hacer compañía a nuestros antepasados y decirles: Hola amigos, vengo en busca de lo auténtico, de lo que no se ve o se ve a medias. Enseñadme porque mi tiempo es otro y yo no sé nada de vuestra verdad.

Un abrazo a todos los que tenéis el valor de aguantarme.

Si hay algo que he podido constatar a lo largo de mi vida (y ahora cada vez mas a menudo...), es que, cuanto mas sencilla y primitiva es la experiencia, mas comodo me siento...
Hay una especie de Ley Universal que hace que el ser humano, en ciertos momentos de su vida, sienta la necesidad de volver a experimentar ese sobrecogedor sentimiento que solamente provocan las cosas mas simples.

JCS, Amigo mio...Grandes pensamientos escritos por un Gran Hombre.
Cada dia estoy mas orgulloso de poder contar con tu amistad (aunque sea a 600km de distancia )

Un fuerte abrazo.

Y por favor, sigue escribiendo amigo, sigue escribiendo...

[JCS]

Amigo Ignacio, sí que es una lástima y condena inmerecida que nos hallemos tan lejos. Igual ocurre con los demás: Ramón, Antonio (Teteca), Almenara, Oscar, Quili y otros cuantos. En realidad, como ya dije en otra ocasión, la mayor parte de mis amistades, con las que comparto afición y presencia (no física, una desdicha) se hallan dispersas. ¡Qué fortuna sería poder reunirnos para cambiar impresiones sobre estos asuntos y muchos más que, a buen seguro, a todos nos han rondado por la cabeza, provocando inquietud o perplejidad ante el contraste con lo aprendido, enseñado o sabido con terca arrogancia.

Mientras ello no sea posible habrá que conformarse con estos esbozos “interruptus” de conversaciones, pero algo es algo y espero que podamos vernos a no mucho tardar.

Un abrazo y gracias por tus palabras.