Hola compañeros
El anterior fin de semana pude probar un poco más los nikon. Y la verdad que no me han defraudado en absoluto. Los yankees hablan de estos prismáticos como los mejores jamás fabricados en su tamaño. Yo no puedo afirmarlo puesto que no he podido compararlos con otros pesos pesados, pero creo que son la mejor compra que he hecho en mi vida.
Los primeros días me costaba encontrar la posición del ojo. Ahora ya es algo automático y me proporciona una sensación de inmersión muy agradable. Literalmente siento que me caígo dentro de la imagen, o que el cielo me rodea por todos lados. Utilizo los prismáticos sobre una montura y el balancín Vixen de los bt-80, apoyando mis manos en el balancín para moverme, con lo cual, me siento flotando por el espacio estelar en mi nave imaginaria (prometo que no he tomado nada que induzca esta sensación jajaja
).
Proporcionan un campo amplio muy agradable, corregido hasta el mismo borde, mostrando estrellitas puntuales y maravillosas por todo el campo. La transmisión de luz gracias a sus tratamientos es buenísima y muestra una pureza de color espectacular. Me fascina buscar campos con estrellas de diferentes colores, comparando el blanco puro de algunas con otras azuladas o anaranjadas ( es fabuloso simplemente ver el color de Betelgeuse).
Estas características hablan muy bien de esta "bestia" pero lo más increíble es la definición, la agudeza de la imagen. Apabullante.
La forma en que resuelve en estrellas los cúmulos abiertos a 10x no lo había visto con ningún otro prismático.
Además, la suma de estos factores, su campo amplio, su inmersión, la transmisión, la luminosidad de la imagen, la saturación de color y la definición forman una imagen de una belleza indescriptible. Teneis que perdonarme pero es muy difícil de poder describirlo. Es imposible describir la belleza y la fuerza de un cúmulo como las pléyades visto con los astroluxe. Como lo es la imagen del doble cúmulo y del cúmulo Stock 2 flotando sobre un río de estrellas. O el cinturón y la espada de Orion, donde las estrellas parece que luchan entre sí por superarse en brillo. O perderse a través de la vía láctea, saltando entre cientos de estrellas… Son imágenes sublimes, de las más bellas que haya visto; esto es la magia de la visión binocular…
Mi lugar de observación tiene una magnitud límite alrededor de 5-5.2. Aún en estas condiciones, los nikon dan un rendimiento espeluznante.
No quiero ni imaginar lo que pueden dar de si estos bichos en un cielo oscuro.
Simplemente a modo de repaso, os cuento el recorrido que suelo hacer con ellos en estas noches de observación.
Antes de que esté demasiado baja desde mi punto de observación, busco a nuestra vecina M31, acompañada de sus satélites m32 y m 110. Por proximidad el siguiente objeto es m33 y el cúmulo abierto ngc752 en andrómeda.
Fugazmente observo el sugerente "anillo de compromiso" de Polaris y las débiles estructuras de M81 M82. La zona norte está muy contaminada por lo que me voy a Casiopea. Me gusta recorrer estrella por estrella la constelación, observando sus colores y disfrutando de sus cúmulos (m52, ngc 7789, m103, ngc 654, 659, 663) y sobre todo mi amigo ngc 457. Desplazandome apenas un campo de ocular, es visita obligada extasiarse en el doble cúmulo. Nunca se podrá cansar uno de ver esta maravilla del cielo. Fugazmente m34 para disfrutar del brillo maravilloso de las estrellas de la asociación de alpha perseo, un objeto bellísimo en prismáticos.
Un corto viaje a tauro para disfrutar las inenarrables pléyades, las híades y compararlas con cúmulos más modestos (como ngc 1647, 1758, 1746 y 1750 ) pero igualmente sugerentes y bonitos. Como me encantan los cúmulos abiertos, que mejor que irse a auriga, para mostrar en apenas campo y medio, m36-37-38, vecinos pero diferentes, sobre un fondo oscuro tapizado de estrellitas. Para quedarse sin aliento, basta moverse para centrar m35 y ngc 2158. Imagen sensacional, sobre todo por la resolución de estrellas.
Para seguir el festín, nos vamos a Orion. Qué decir… hay que verlo para creer que una imagen tan bonita pueda ser real, es difícil creer que haya tantos diamantitos blancos brillando al ocular. Fabuloso.
Desplazando las tres marías puede verse la bruma de m78 y desplazándonos más a monoceros a través de la vía láctea disfrutamos los cúmulos ngc 2237, 2239 y 2264. El viaje no puede dejar de lado al Can Mayor, con su cofre de estrellas, su deslumbrante Sirio, y los cúmulos m41, m46 y 47 (bellísimos), m50, m93 más al sur… Desplazándonos a través del rio de estrellas, encontramos otros cúmulos como los 2362-2354-2353-2343 y muchos más, que a través de los prismáticos pierden su significado numérico y se transforman en un torbellino de estrellas precioso.
Para finalizar el viaje, una visita rápida a m44 y m 67 en cáncer, para comparar dos cúmulos perfectos para prismáticos. Antes de recoger, repito varias veces la visita a algunos de estos maravillosos lugares, solo vencido por el frio.
Después de tanta belleza, de tanta luz estelar en las retinas, uno se va a la cama feliz, por poder disfrutar de las maravillas del cielo y soñando con nuevos paseos a través de la vía láctea.
Saludos y perdonad el tostón…
Deneb
