La evolución inteligente sin fin

Avatar de Usuario
salva9
Mensajes: 1
Registrado: 06 Feb 2018, 12:09

La evolución inteligente sin fin

Mensajepor salva9 » 07 Feb 2018, 14:24

La evolución inteligente sin fin
Todo es movimiento, tiempo y existencia a la misma vez
Salvador Sánchez Melgar

La evolución inteligente sin fin, el tiempo y el movimiento
Einstein dijo que todo en el espacio se mueve, que nada está quieto. De que todo es dinamismo, lo decía también el ilustre Xavier Zubiri.
Todo, absolutamente todo en el universo, desde lo más pequeño posible, se mueve. En la materia más solida y quieta posible, dentro de ella microscópicamente todo se mueve. Pero además de que todo se mueve, todo movimiento lleva unido al tiempo, ya que cualquier cosa que se mueva por muy grande o pequeña que sea, inevitablemente necesita un tiempo desde el que inicia el movimiento hasta que lo acaba.
Todo es movimiento y a la misma vez tiempo; pero también a la misma vez todo es existencia ya que todo lo que se mueve se mueve porque existe.
Cuando el universo se originó como movimiento, al mismo tiempo se originó el tiempo y la existencia. Constituyendo todo un auténtico orden dinámico evolutivo universal; que induce a que la existencia pueda transformarse o evolucionar ya sea en forma de materia, energía o vida.
Todo se transforma o evoluciona de una manera más o menos parecida, porque todo se transforma como movimiento. Ya sea mediante mezclas dinámicas más o menos lentas, rápidas o densas. Todo lo que evolutivamente se crea en el universo, si es de la misma especie, se asemeja mucho entre sí, porque todo evolutivamente está creado por las mismas reglas dinámicas impuestas por un mismo orden dinámico evolutivo universal.
El orden dinámico evolutivo universal como orden que es, es una especie de inteligencia evolutiva que necesitaba evolucionar constantemente como inteligencia para poder continuar existiendo. Por eso evolutivamente encontró la posibilidad de continuar la evolución inteligente sin fin originando un orden evolutivo jerárquico de yos individuales en forma de existencias energéticas llamadas almas, y gracias a esa jerarquía inteligente la evolución inteligente pudo continuar evolucionando cada vez más.
Se preguntarán que son los yos: todo en el Cosmos tiene que nacer como la existencia dinámica más pequeña posible, que inevitablemente saturan constantemente de existencia el Cosmos. Existencias que irremediablemente nacen como individualidades dinámicas semejantes entre sí. Con lo cual es inevitable que nazcan con un yo individual, porque adquieren inevitablemente un espacio dinámico propio, único e indivisible. El Cosmos es una saturación de existencias de yos individuales que evolucionan como existencia dando forma a existencias de todo tipo compuestas de yos individuales. Todos los yos compuestos son formaciones de existencias de todo tipo creadas evolutivamente así; existencias que han posibilitado que exista todo lo existente. El yo más enorme es el propio Cosmos y el yo más pequeño posible es el yo individual e indivisible. El propio Cosmos, una galaxia, una montaña, un océano, un grano de arena, una silla, un vehículo, un simple dibujo, un pensamiento (el pensamiento es un yo compuesto de yos con un tiempo de existencia muy corto), etc., etc., son existencias o yos compuestos de yos. Existencias que se pueden dividir en múltiples existencias compuestas de yos, hasta llegar a la última división posible de yos que será una composición de yos individuales e indivisibles.
Únicamente una gran minoría de yos individuales han evolucionado componiendo una jerarquía de existencias energéticas llamadas almas. Evolución inevitable ya que la evolución inteligente sin fin tenía que encontrar un medio para continuar evolucionando, y que mejor medio que una inteligente jerarquía energética compuesta jerárquicamente por una unión de yos individuales.
El orden dinámico universal por ser un orden no tenía más remedio que evolucionar como orden, que es evolucionar como inteligencia, porque orden equivale a una especie de inteligencia. Esa inevitable tendencia a mantener el orden universal conducía al Cosmos a necesitar evolucionar, o transformar, cada vez más su propio orden; porque lo contrario sería involucionar, lo cual no es posible en un mundo dinámico en el que todo se mantiene gracias a un dinamismo cada vez más dinámico y evolutivo.
Esa necesaria transformación o evolución del orden evolutivo dinámico universal inducía al Cosmos a evolucionar sin fin como orden, o llámese inteligencia. Por eso mismo una gran minoría de yos individuales evolucionaron conjuntamente creando una especie de jerarquía de existencias energéticas o almas, porque era la única forma de posibilitar inmaterialmente la evolución de la inteligencia. Pero, ante la necesidad de evolucionar cada vez más como inteligencia, esa jerarquía de almas, que todavía no eran existencias espirituales, necesitaban dominar la materia para continuar con la evolución inteligente sin fin; y de ahí nació la vida y su evolución jerárquica viviente con el fin de que la evolución inteligente continuase evolucionando sin fin, cosa que con la vida se conseguiría a través del ser humano como cabeza evolutiva de esa jerárquica unión viviente.
Para posibilitar la evolución viviente, inevitablemente tendrían que existir lugares adecuados en donde la vida pudiese, no sólo surgir sino también subsistir y evolucionar sin fin. No había prisas, tarde o temprano surgirían esos lugares apropiados para la vida, porque eran tantos los sistemas planetarios que surgían, que inevitablemente muchos planetas surgirían como lugares adecuados para la vida; y si no surgiesen, el propio orden dinámico universal no tendría más remedio que crearlos, ya que la tendencia a la evolución inteligente sin fin era permanente y era lo más importante para el orden dinámico universal.
Esa constante evolución inteligente universal estaba obligada a evolucionar sin fin porque como orden del orden evolutivo universal que es, era su razón de ser; ya que como se puede mantener un orden evolutivo dinámico universal sin poder evolucionar constantemente como orden o inteligencia.
Esa evolución inteligente sólo podía continuar evolucionando sin fin mediante la creación evolutiva de algo que lo hiciese posible, algo como la vida. Por eso nació evolutivamente un orden jerárquico viviente, que es de la única manera que la inteligencia podía continuar evolucionando sin fin.
No importa repetirlo una vez más: la evolución inteligente del orden dinámico evolutivo universal, sólo podía continuar evolucionando como inteligencia mediante la vida a través de una evolución jerárquica viviente. Y ese evolutivo orden jerárquico viviente sólo podía posibilitarse mediante las jerarquías de las almas, posibilitándose los lugares planetarios adecuados para la vida. De esa manera, existirán infinidades de planetas que dispondrán de vida. En todas las evoluciones jerárquicas inteligentes vivientes universales existirá un vínculo universal que las unirá jerárquicamente mediante las jerarquías de las almas. Cuando surgió la vida dichas almas evolucionaron en seres energéticos, o llámese seres espirituales.
Evolutivamente a través del tiempo esa jerarquía de almas con sus correspondientes escalas jerárquicas pudieron hacer realidad la dominación de la materia blanda, constituyendo con ello el nacimiento de una jerarquía viviente controlada por la jerarquía de las almas.
Esa jerarquía energética universal de las almas; como era totalmente energía, no podía evolucionar como materia. Para poder evolucionar cada vez más como inteligencia necesitaban evolucionar como materia; esa posibilidad llegaría tarde o temprano, transmitiendo la evolución inteligente a la materia blanda mediante la creación de una evolutiva jerarquía viviente.
El tiempo y el dinamismo forman una inseparable unión desde que se inició el origen del Cosmos, porque no existe otra forma de posibilitar la creación de la existencia. Qué pasaría si los minerales de nuestro planeta tuviesen entre sí distintos tiempos con sus correspondientes distintos dinamismos. Lo qué pasaría es que el tiempo y el dinamismo de la existencia de la Tierra serían muy inestables y desordenados, y eso no hubiese permitido que en nuestro planeta existiese la materia; ya que unos minerales tratarían de evolucionar más rápido que otros y con distintas velocidades internas. Tampoco hubiese podido formarse la energía y mucho menos la vida; o sea que ni siquiera hubiese podido formarse nuestro planeta, ni tampoco se hubiese podido crear ningún otro planeta con esas condiciones.
Como todo es un orden, todo lo que existe en el universo se mantiene como una ordenada formación universal; orden que posibilita que existan existencias muy similares entre sí; existencias como las infinidades de estrellas y planetas que existen, con constituciones, formas, rotaciones, materiales y energías muy parecidas entre sí.
No hace falta mirar al cielo para ver que todo el universo es un completo orden, ya se ve en todo lo que existe en la Tierra. No nos damos cuenta de ello porque nosotros mismos formamos parte del mismo orden dinámico universal, en el que todo se crea de una manera muy similar.
Aunque las vida de un planeta que disponga de vida evolucione de manera diferente a la vida de otro planeta que también disponga de vida; no existirán muchas diferencias entre unas evoluciones y otras porque todas nacen con las mismas reglas evolutivas dinámicas inducidas por el orden dinámico evolutivo universal.
La evolución viviente sólo puede evolucionar como evolución inteligente. Y esa evolución inteligente únicamente puede evolucionar mediante una jerárquica unión viviente, llámese árbol genealógico u orden viviente.
No es que el orden dinámico universal haya buscado inteligentemente una forma que le permitiese poder evolucionar su propia inteligencia sin cesar; es que es inevitable que la inteligencia evolucione sin fin porque el propio Cosmos, como orden que es, es inteligencia evolutiva que para poder existir necesita evolucionar sin fin su inteligencia, buscando los inevitables y únicos caminos para ello, ya que la tendencia a la evolución inteligente sin fin es inevitable. Por eso mismo, el orden dinámico universal, no tenía otra opción que la de encontrar el único camino evolutivo en el que la evolución inteligente pudiese evolucionar sin fin, y ese camino era el de la vida, y para ello tuvo que crearla inductiva evolutivamente, posibilitando la creación de planetas que posibilitasen las condiciones adecuadas para que surgiese la vida. Ese es el caso de nuestro planeta y de infinidades de planetas que existirán con parecidas condiciones vivientes que las nuestras.
La evolución jerárquica viviente sólo permite que una única especie viviente pueda evolucionar psíquicamente sin fin, la humana; aunque necesariamente también evolucione como alma. Existe una evolución jerárquica de las almas unida jerárquicamente a la evolución jerárquica viviente; ya que la jerarquía viviente no podría evolucionar sin ser controlada por otra jerarquía superior, la de las almas, tema que profundizaré en otro apartado.
Por mucho que se investigue el porqué el ser humano es más inteligente que los demás seres vivientes y cómo y cuando pudo evolucionar; como si los seres humanos fuésemos únicos y no formásemos parte de una jerarquía viviente. Tarde o temprano se descubrirá que formamos parte de una única evolución inteligente viviente, que por el bien de la evolución inteligente, no tuvo más remedio que evolucionar jerárquicamente. Y eso obligaba a que existiese sólo una única especie viviente que pudiese evolucionar psíquicamente más que las demás. Por eso surgió la especie humana, surgimiento que llevaba incubándose desde los mismos orígenes vivientes. Por eso también, desde esos mismos orígenes vivientes, inevitablemente siempre una especie viviente evolucionaba inteligente más que las otras; ya que la inteligencia evolutiva no podía evolucionar de otra manera.
Esa forma jerárquica de evolucionar hacia una evolución inteligente sin fin, a través de una única especie viviente, ha beneficiado y beneficia a todos los seres vivientes en general; porque todos los seres vivientes tienen la posibilidad de evolucionar a través de las almas.
Qué pasaría si en vez de una, fuesen varias las especies vivientes que al mismo tiempo evolucionasen psíquicamente sin fin; pues que evolutivamente acabarían uniéndose hasta adaptarse a formar parte de una única especie viviente parecida a la humana, ya que la manera ideal de evolucionar psíquicamente sin fin es poseyendo las formas psíquicas y físicas humanas. Una hipotética lucha viviente por encabezar la evolución inteligente, en la que hubiesen constantes guerras entre especies vivientes, tanto a niveles de vida como de almas; perjudicaría a la propia evolución inteligente; y eso el orden dinámico evolutivo universal no lo permitiría. Qué pasaría si una microscópica especie viviente tuviese la posibilidad de evolucionar psíquicamente sin fin como los seres humanos; dejarían evolutivamente, poco a poco, de ser seres microscópicos, ocupando poco a poco escalas jerárquicas superiores. Con lo cual, poco a poco, evolucionarían pareciéndose cada vez más, al ser humano; hasta llegar a formar una especie semejante a la humana, que es la forma psíquica y física más conveniente que existe en la que un ser viviente pueda evolucionar psíquicamente sin fin.
No solamente la vida en general evoluciona conforme a la evolución jerárquica viviente; es también a través de las almas de todos los seres vivientes donde se posibilita la adecuada evolución viviente. Conforme a eso, todos los seres vivos, sin excepción, pueden evolucionar más de lo que son, o mantenerse como son, nunca evolucionarán menos de lo que son; ya que la evolución universal nunca involuciona. Los posibles injusticias causadas conscientemente por seres humanos, lo pagarán con justicia, seguramente después de morir manteniéndose sus almas libres de cuerpo el tiempo necesario para que purifiquen sus conciencias; o permitiéndoles nacer de nuevo en su entorno familiar, para así incitarles a que traten de emendar sus errores; o bien permitiéndoles compensar en vida las injusticias causadas conscientemente con las buenas acciones que realicen también conscientemente. Todo es mucho más complejo que lo expuesto, pero todo está perfectamente controlado jerárquicamente por las almas.
La evolución inteligente sin fin, evolutivamente posibilitó que una gran minoría de yos individuales constituyesen evolutivamente una jerarquía de yos energéticos, los cuales jerárquicamente evolucionaron en almas, o llámense seres espirituales o yos psíquicos, a través de una jerarquía viviente. La jerarquía de las almas ha evolucionado mucho, ya que además de evolucionar independientemente, ha adquirido todos los conocimientos de todas las civilizaciones universales a través de las almas.
Todo lo que nace en el Cosmos como individualidad dinámica está obligado a nacer con un yo individual, ya que todas las individualidades dinámicas nacen con su espacio propio, individual e indivisible. Todo en el Cosmos es una saturación de individualidades dinámicas o yos individuales unidos a los yos compuestos que evolutivamente forman existencias más o menos densas y variadas.
Todo tipo de existencias son composiciones evolutivas de yos, ya sean formadas naturalmente como por ejemplo una montaña o una piedra o las construidas como pueda ser una silla o un vehículo. Las existencias vivientes son existencias evolutivas mixtas compuesta de yos materiales y de yos psíquicos. Composiciones vivientes controladas por la jerárquica unión viviente, que a su vez está controlada por la jerarquía de yos psíquicos o llámense almas.
Qué casualidad que entre tantas especies diferentes de seres vivientes que existen, sólo el ser humano es capaz de evolucionar psíquicamente sin fin. Qué casualidad que la mejor forma de poder adaptarse la inteligencia a la evolución inteligente sin fin es de la forma humana. Qué casualidad de que además, el ser humano posea los cinco sentidos completos y los tenga situados en los lugares más idóneos para poder evolucionar psíquicamente sin cesar de la forma más adecuada. Todas esas casualidades se achacan a que el hombre ha convivido múltiples vivencias, experiencias, coincidencias, etc. como si ninguna de las demás especies vivientes no hubiesen experimentado también múltiples vivencias, experiencias, coincidencias, etc. Tantas casualidades, es para sospechar que el ser humano evoluciona psíquicamente sin fin porque la jerarquía viviente así se lo ha permitido. No nos damos cuenta de que los humanos vivimos el tiempo ideal para poder evolucionar inteligentemente sin fin y para poder vivir inteligentemente, porque estamos designados a ser seres inteligentes. Tantas casualidades me hacen sospechar que el ser humano es un producto evolutivo evolutivamente creado por la jerarquía viviente gracias a que el orden evolutivo dinámico universal así lo ha posibilitado; y que a su vez se ha creado así porque la evolución inteligente no podía evolucionar sin fin de otra manera. Y esa misma evolución no será muy diferente en todos los planetas del universo donde pueda surgir la vida.


El universo es esférico y surgió así de la nada
El universo tuvo que surgir como dinamismo, y tuvo que surgir así de la nada, porque de dónde sino podía surgir. De la nada sólo se puede surgir como dinamismo ya que el dinamismo no es existencia real. El dinamismo seguramente surgió de la nada como la expansión dinámica individual más insignificantemente posible; con el recorrido dinámico menos dinámico y corto posible efectuado en el mínimo tiempo posible. Surgimiento que sería el inicio de una constante multiplicación de existencias dinámicas individuales.
El Cosmos no tiene más remedio que expandirse rotando sobre sí mismo, sin poder expandirse exteriormente. Expansión inducida gracias al empuje constante inducido por la unión de individualidades dinámicas semejantes entre sí que rotan individualmente sobre sí misma. Ya que el dinamismo universal no tiene otra opción, porque fuera del Cosmos está la nada y en la nada no se puede expandir nada.
Como el movimiento no es existencia real puede moverse constantemente sobre sí mismo sin impedimentos; porque se mueve dentro de sí mismo sin ocupar ningún espacio nada más que el suyo propio.
Todo lo grande y todo lo pequeño son existencias en movimiento, son dimensiones hechas de dinamismo que siempre necesitarán estar moviéndose para poder existir. Si el universo dejase de expandirse un instante, toda la existencia del universo dejaría de moverse en ese mismo instante, entonces desaparecería todo al mismo tiempo.
La existencia en movimiento es una forma de existir diferente a la existencia que nosotros creemos que existe. Supongamos que llenásemos de movimiento una botella vacía, cosa que no se podría realizar porque la botella también es existencia en movimiento y no podría retener ningún tipo de dinamismo. Tampoco se podría coger ninguna porción de movimiento para introducirlo en la botella, porque aparte de que no se puede coger de ninguna manera; esa porción de movimiento no se podría separar del movimiento universal, y mucho menos para formar otro movimiento distinto. Supongamos que a esa botella se le introdujese cierta cantidad de movimiento y que a éste se le impidiese salir de la botella. Por muy grande o pequeña que fuese la botella y por muy mínima o muy grande que fuese la cantidad de movimiento introducida en ella; la botella encogería o se engrandecería instantáneamente hasta adaptarse al movimiento que se hubiese introducido en ella. Y eso es así, porque los espacios no pueden crearse sin movimiento y sólo pueden existir espacios hechos de movimiento.
Eso quiere decir, que el universo es una inseparable unión de movimientos, que inevitablemente tuvieron que surgir individualmente manteniéndose siempre unidos en una misma expansión dinámica universal; creando con sus movimientos cada vez más movimiento; y formando de esta manera un auténtico orden dinámico universal. Eso quiere decir que todos los movimientos universales se atraen entre sí; por eso toda la existencia en el espacio se atrae entre sí, ya que no existe otro sitio donde poder ir; porque fuera del universo está la nada, y a la nada no se puede ir. También eso quiere decir que el universo es como una botella saturada de movimientos y que lo de fuera sólo puede ser la nada. Y que tenga la botella la forma que tenga siempre mantendrá separado su movimiento interno de la nada externa.
La existencia en movimiento es la única existencia que existe y la única que puede existir, y como además no ocupa espacios, nada más que el suyo propio, automáticamente adapta su espacio a los espacios ofrecidos, por muy grandes o pequeños que fuesen.
El movimiento supuestamente introducido en la botella inevitablemente se movería sin fin en una misma dirección porque toda saturación de movimientos está obligada a moverse siempre hacia una misma dirección. Puesto que si los movimientos individuales del movimiento de la botella se moviesen en diferentes direcciones entre sí, acabaría por no moverse nada, dejando así de existir todo el movimiento de la botella. Con lo cual, irremediablemente el movimiento se moverá dentro de la botella, unido como movimiento, y moviéndose en una misma dirección esférica; adoptando la forma de la botella. Y aunque la botella fuese cúbica o de cualquier otra forma, no dejaría de ser algo creado por el movimiento, que encierra al movimiento obligándole a viajar en una sola dirección esférica. Por tanto, cualquier forma de rodeo que exteriormente tuviese el universo, obligaría al movimiento a moverse esféricamente en una sola dirección dentro de ese rodeo universal. El universo, al estar rodeado por la nada, no podría salir de ese rodeo, porque ese rodeo lo ha creado el propio movimiento expansivo obligado por la nada, la cual no se puede ocupar. De esa manera el movimiento universal , al viajar siempre en una misma dirección de forma esférica, porque es de la forma natural que ha nacido el movimiento, se ha obligado a sí mismo a viajar como universo de una forma esférica; que es una forma esférica de moverse muy parecida al movimiento de rotación terrestre.
El universo sólo pudo originarse mediante el nacimiento de un movimiento individual naciendo de la forma esférica más pequeña posible, ya que surgiendo de esa forma es como menos se invadía a la nada. Era la forma individual de surgir más adecuada para que el movimiento sólo pudiese invadirse a sí mismo y nacer con su propio yo dinámico individual e indivisible.
El Cosmos sufre una gran presión por querer, y no poder, ocupar espacios de la nada que le rodea. Esa presión es tan grande que se induce a la multiplicación constante de nacimientos dinámicos individuales similares, nacimientos que sólo pueden nacer como espacios dinámicos propios, individuales e indivisibles. Uniéndose todos en un mismo espacio dinámico universal. Inevitablemente todo lo que nace como individualidad dinámica tiene que nacer con un espacio dinámico propio que le hace adquirir un yo propio individual e indivisible. Pero además todo lo que nace de esa forma nace como el espacio dinámico más pequeño posible, ocupando un espacio dinámico propio que no puede ser ocupado por otro espacio dinámico, nace con un yo propio. Y aunque todos los nacimientos dinámicos individuales no tengan más remedio que nacer semejantes entre sí, cada nacimiento nace con su propio espacio que le hace poseer su propio yo individual.
El universo se originó esféricamente porque no tenía otra opción, puesto que no se puede surgir de la nada en línea recta atravesando a la nada ya que la nada no existe. El movimiento tuvo que surgir de la nada como movimiento individual moviéndose rotativamente en su propio espacio, y de esa forma esférica de moverse podía existir eternamente como movimiento esférico y tener la posibilidad de engrandecerse dinámicamente en un mismo espacio dinámico mediante la multiplicación constante de nuevos nacimientos dinámicos semejantes entre sí. La fuerte presión de la nada que rodea al universo es tan enorme que hace que existan enormes energías dinámicas en todo el universo.

Más en el libro "La evolución inteligente sin fin" que podrán comprar en Amazon.
Autor: Salvador Sánchez Melgar
salvahola@gmail.com
http://articulosnuevos.blogspot.com
:silent:

Volver a “Principiantes”