Mitología Griega. El Boyero (Bootes) Virgo y Can Menor

canalla
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Mitología Griega. El Boyero (Bootes) Virgo y Can Menor

Mensajepor canalla » 11 Jun 2009, 11:06

Sigo con la saga iniciada con el mito de Orión, ésta vez el mito de la constelación de el Boyero (conocida también como Bootes), Virgo y el Can Menor, Procyon. En esa constelación podemos encontrar además de su estrella principal Arcturus, la doble Izar, la Galaxia Espiral NGC 5248, entre otras. En Virgo encontramos Spica, miles de galaxias entre las cuales tenemos a la galaxia elíptica M49, la galaxia elíptica gigante M87 (Virgo A), la galaxia espiral barrada M58, y la lluvia de meteoros de las Virgínidas, el llanto de Erígone (la tradición árabe nos habla de dos hermanas, pero como el título indica, me centro en mitología griega). Sin pertenecer a esa constelación pero muy cercana podemos observar la galaxia del sombrero M104.

Debo decir, como siempre, que se conservan sobre un mismo mito muchas versiones, producto de textos dispersos, pero trataré en la medida de lo posible escribir sobre la versión más aceptada entre los historiadores y filósofos estudiosos de la antigua Grecia, y lo más detallada posible. En esta ocasión, me basaré en Homero, Apolodoro, Ateneo y Erastóstenes.

Así que, sentaos, poneros cómodos, una copa de vino, y disfrutad del relato (si no os gusta ni interesa :sleeping: , os evitaré otros mitos).

Nos cuenta Higinio, que aunque Dioniso entregó la primera vid al mortal Eneo, Icario fue el primero en hacer con ella vino. Plantando la vid y haciéndola crecer con mucho cuidado, consiguió que la vid diera sus frutos y llenar unos odres de vino que colocó en su carro tirado por bueyes (de ahí el nombre de Boyero).

Mientras recorría Ática, ofreció a probar su vino sin rebajar con agua (como más tarde recomendó Enopión) a unos pastores con los que se encontró en el bosque de Maratón, los cuales, llenos de avidez ante el nuevo sabor, bebieron y bebieron hasta quedar embriagados y dormidos. Como estaban echados, medio muertos, y hablaban de un modo extraño, el resto de pastores, que pensaron que Icario había envenenado a los pastores para robarles los rebaños y llevárselos a su pais, lo mataron y lo enterraron bajo un pino. Los que habían bebido se quedaron dormidos, y al despertar, dijeron a sus compañeros que nunca habían dormido tan bien. Sus asesinos, avergonzados por el crimen cometido, huyeron a la isla de Cos.

La hija de Icario, Erígone, extrañada por la tardanza de su padre, de semanas, meses, empezó a sospechar que algo terrible había sucedido, e inició su búsqueda. La perra de Icario, Mera, aullando, como si llorara la muerte de su amo, volvió junto a Erígone. La perra tenía entre sus dientes una prenda de Icario, y tirando del vestido de Erígone, la condujo hasta su tumba.

Tan pronto como su hija lo vió, angustiada por la soledad y la pobreza, perdió la esperanza y entre lágrimas, mientras rogaba a las hijas de Atenas sufrieran la misma suerte que ellas hasta que su padre no fuera vengado, decidió quitarse la vida colgándose del árbol a cuyos pies estaba enterrado su padre.

La perra, Mera, también se quitó la vida, arrojándose al río Anigro, y según contaban las tradiciones de entonces, desde entonces nadie bebió nunca jamás de esas aguas.

Zeus se conmovió por esa muerte, puesto que el asesinato no estaba ni permitido ni bien visto por los griegos (las muertes en combate o cuestiones de honor eran otra cosa, pero el asesinato gratuito era algo propio de los bárbaros). Así que decidió elevarlos junto a las estrellas. A Icario como el Boyero, a Erígone como Virgo, y a la perra (Can menor) la llamaron Prokýön (Procyon),:que quiere decir "por delante de perro (Can mayor)" .

Cuenta el mito que fueron apareciendo doncellas atenienses colgadas de los árboles, de un pino tras otro. Hasta que el Oráculo de Delfos explicó que era Erígone quien reclamaba sus vidas. Empezaron la búsqueda de los asesinos, y gracias a Aristeo, guiado también por el Oráculo, y siguiendo las intrucciones del mismo que decía que si quería liberar a la isla de Cos de una plaga de peste que causó Sirio debía vengar a Icario, cuyos asesinos se encontraban allí. Los asesinos fueron ajusticiados, y las doncellas atenienses que quedaban siguieron sus vidas. Cada año por esas fechas, en honor de Erígone, se celebraba la fiesta de los columpios, en la que las doncellas se colgaban de los árboles con una cuerda atravesada por unas maderas, columpiándose con el viento.

Curiosamente,si tenemos en cuenta que la vendimia acaba a finales de agosto-mediados de septiembre, por los meses de octubre noviembre debió de iniciar su viaje Icario y que unos meses después, sin poder precisar más, Erígone inicia su búsqueda, acompañada por la perra Mera.

La lluvia de meteoros conocida por las Virgínidas se inicia aproximadamente en febrero-marzo... y puede hacerse coincidir, evidentemente con licencia poética, con las lágrimas de Erígone. (Independientemente de reformas de calendarios, puesto que la fecha de inicio es el fin de la recolección de la uva).

La próxima vez que presenciéis la lluvia de las virgínidas, será aún más emocionante si imagináis que son las lágrimas de Erígone.

En fin pilarín, si os gusta y queréis más seguiremos, aunque estoy pensando que en lugar de postear y llenar el foro de posts que quizá a la gran mayoría no le interesa, quizá trabaje un poco desde la sombra y acabe haciendo un buen libro, con la parte astronómica moderna y la parte mitológica, con imágenes modernas y dibujos antiguos, (que la verdad he estado mirando y se quedan cortos en un lado o en otro).De todas maneras, lo diré siempre: de un mito se conservan muchas versiones, muchas muy fragmentadas y fragmentarias, y la que voy a escribir, no es la auténtica en ningún caso, sino la más completa y comúnmente aceptada por los estudiosos del tema.

Saludos y buenos cielos

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