En primer lugar quiero felicitaros por este magnifico foro y por la dedicación que ofrecéis desinteresadamente a todas las personas que comenzamos en esta afición.
Hace tres meses mi mujer me regaló un telescopio Celestron Nexstar 130 SLT (aunque la elección la hice yo después de asesorarme a través de un amigo aficionado a la astronomía
). Desde entonces he dedicado varias decenas de horas a leer en el foro y puedo decir que me han servido muchísimo para los ratos que he podido observar el cielo.
Yo vivo y trabajo en Madrid pero el teles lo utilizo en el pueblo de mi mujer (un pequeño pueblecito de la alcarria conquense que tiene un cielo fantástico). Allí, en casa de mi suegra, dispongo de una terraza con orientación sur que me permite disfrutar de la observación de manera cómoda y tranquila.
Desde que lo tengo solo he podido utilizarlo en 6 ocasiones ya que solemos ir al pueblo cada dos o tres semanas. Voy a plantear a mi mujer visitar más a menudo a su madre
.
La 1ª vez que lo utilicé estuve más perdido que una mosca en un vagón de metro
. No había luna (12-13 de octubre) y no sabía por donde empezar. Me costo bastante alinearlo pero lo conseguí a base de insistencia (y gracias al manual y al stellarium
). Sobre las 2:00 de la madrugada empecé a disfrutar con las Pléyades, Orión y Marte, intercambiando los oculares de 25 y 9 mm. Me acostaba sobre las 4:45 más contento que un niño con zapatos nuevos.
Al día siguiente, mi 2º vez, me tome las cosas con más tranquilidad. Conseguí alinearlo mejor y aunque observé los mismos objetos, disfrute mucho más porque encontré detalles que la noche anterior se me habían pasado inadvertidos. Me acostaba antes pero más contento aún si cabe.
Mi 3ª vez fue en el puente de Todos los Santos; volví a repetir observación, aunque había luna, en mi visual no aparecía hasta las 4:00 aproximadamente y como se notaba una ligera neblina decidí reservar fuerzas para el día siguiente apuntar directamente a la Luna y a Saturno. ¡¡ Sí!!
Así pues, ni corto ni perezoso me levante al primer toque de despertador (5:45), me lave bien la cara, me abrigué adecuadamente (sin quitarme el pijama), encendí el ordenador, di corriente al teles y cuando salí a la terraza me encontré con una niebla que ya quisieran los londinenses
.
En la 4º ocasión (17-18 de noviembre) por fin pude disfrutar de la luna. ¡Hasta mi suegra miró por el ocular!, claro que después de verla todavía está más segura de que el hombre no ha estado allí. Pero el colofón de ese día fue antes de acostarme; como al día siguiente teníamos que madrugar por un tema que no viene a cuento, decidí dar un paseo rápido por las alturas (por dos veces casi choco el tubo con una pata del trípode) y ahí estaba, en todo lo alto, pequeñita pero muy clara, ¡Andrómeda!.
Entusiasmado busqué la galaxia del triangulo sin éxito.
Esa noche me acosté pensando que necesitaba más, más aumentos, más aprendizaje, más de todo.
En el puente de la Constitución me dediqué a instalar programas de control remoto en el ordenador, el Cartes du Ciel y a practicar con el (previa adquisición del cable, el conversor de serie a USB y el alargador correspondiente). Como solo disponía de una noche con buen cielo, estuve observando, a ratos y a -9º grados, esa pequeña bolita anaranjada que es Marte, en algunos momentos creo que llegue a distinguir algunos detalles; o era mi imaginación o el frío polar que me estaba congelando las neuronas. Irremediablemente necesitaba que los reyes magos me trajeran una buena barlow para observación planetaria (y algún accesorio de abrigo).
Debe ser que me he portado muy bien, porque sus majestades me dejaron ¡Una Barlow 3X Televue!, ¡La Neximage CCD! y ¡Un gorro de lana!,
¡Dios mío!, estaba deseando que llegara el día para probarlo todo.
El pasado fin de semana (12-13 de enero) preparé todo con tranquilidad, realicé unas pequeñas pruebas con la primera oscuridad de la noche y apunté a la Luna, primero en visual y después con la CCD. ¡Sencillamente espectacular!, mi mujer y yo no salíamos de nuestro asombro. Con la Barlow conseguí ver unos detalles asombrosos cuando logré enfocar bien, eso sí, se pierde un poco de luminosidad.
Pero lo mejor fue cuando, después de hacer tiempo viendo la TV medio dormido (hasta las 3:00), apunte a Saturno ... ¡Maravilloso!
... mi mujer, que también se quedó esperando, estaba perpleja, no hacía mas que decir ¡Que bonito por favor!, ¡Que bonito!
Y no se retiraba del ocular a pesar de estar a -5º. Ella se acostó, pero yo me quede una hora más con mi gorro de lana hasta que lo grabé con la CCD. Mal enfocado y con bastante seeing (creo que se escribe así), pero lo conseguí.
Espero no haberos aburrido con mi pequeña historia. Es un sueño que he perseguido durante muchos años y que no he conseguido hasta ahora. Estoy un poco asustado
por todo lo que me queda por aprender a mis 42 otoños. Aunque me he documentado bastante y en años pasados he adquirido conocimientos básicos de astronomía, soy novato total y en breve empezaré a preguntaros mil o dos mil dudas.
Muy agradecido,
LmENaL
novia (que por cierto cogio un rebote............
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.....................bueno saludos y bienvenido.
). Lo mío eran las ciencias, de hecho, llevo casi 20 años dedicándome profesionalmente al desarrollo y la gestión de aplicaciones informáticas, es decir, sembrando el caos a diestro y siniestro


