"Ahora retrocedemos en el tiempo hasta el momento de la creación, en el que no había tiempo, ni había espacio (...) En el comienzo no había nada(...) Por azar hubo una fluctuación y un conjunto de puntos emergió de la nada (...) definiendo un tiempo (...) desde la nada absoluta, absolutamente sin intervención, llegó al ser una existencia rudimentaria. (...) Pero la línea temporal colapsó y el universo incipiente se evaporó, puesto que el tiempo sólo no es lo suficientemente rico para existir. En otro lugar emergieron tiempo y espacio, pero se desmoronaron de nuevo en su propio polvo, la mezcla de los opuestos, o simplemente la nada. Una y otra vez surgieron configuraciones. En cada ocasión la configuración constituía un tiempo y, constituyéndose como tiempo, los puntos inducían su propia existencia (...) A veces el azar configuraba puntos en un espacio y un tiempo (...) Entonces, por azar, ocurrió nuestra fluctuación. Los puntos llegaron a existir configurando un tiempo, pero esta vez el tiempo iba acompañado en su configuración por tres dimensiones de espacio (...) con ellas se alcanzó la estabilidad, más tarde los elementos, y más tarde aún los elefantes."
P.W. ATKINS "Creation revisited" p. 149-151
El autor lo es también de un libro de texto: "Physical Chemistry".
Creo que el texto no necesita comentario alguno y resulta no sólo extravagante sino muy preocupante. El problema no está en las religiones, éste es un ejemplo de lo que sueltan ciertos autores, físicos materialistas. El fundamentalismo es tanto religioso como laico y cuando se llega a tal estado de cosas se cae en el absurdo. Así está sucediendo también con la visión que muchos en el mundo empiezan a tener de una falsa imagen de la Ciencia. En cosmología se traduce en un dios= azar; un templo=universo; un dogma=pseudociencia; unos sacerdotes=ciertos pseudocientíficos; unos creyentes=gentes que de buena fé todo se lo tragan.
Y esto no lo afirmo yo, lo afirman ya unos cuantos epistemólogos o filósofos de la Ciencia y científicos de verdad, que están alarmados con el proceso de conversión de la Ciencia en una especie de nueva religión. Y por si hay alguien interesado en ilustrar su pensamiento, hay unos cuantos ensayos ya publicados al respecto, y cuyos autores son personalidades de reconocido prestigio.
¿Alguien quiere otro ejemplo de incongruencia cientificista? Pues si nos atenemos a lo que afirma John Gribbin ("In search of the Big Bang", pág., 374) tenemos un buen ejemplo:
"el origen del universo a partir de la nada no plantea problema por que la energía positiva asociada con la masa es compensada exactamente por la energía negativa asociada con la gravitación, de modo que, en el caso del origen del universo, no obtenemos "algo por nada", en definitiva, sino "NADA POR NADA".
Vamos según este cosmológo iluminado, afirma que no existe nada, ni siquiera él mismo y, por conclusión, ni sus propias palabras reflejadas en un libro que tampoco existe ya que no puede haber sido publicado porque no hay imprentas, y no las hay porque no hay sociedad, ni planeta, ni sistema, ni galaxia, ni universo, ni nada. Ni siquiera existe la Nada, por que no puede existir y entonces Nada es nada.
Vamos, que ambos ejemplos ¡son de traca!
Por otra parte, no le falta algo de razón al pobre fundamentalista. Si nos atenemos a la conceptualización filosófica de lo que es el tiempo, existen dos teorías contrapuestas. Una de ellas denominada "Teoría B" sostiene que la diferencia entre pasado, presente y futuro es una mera ilusión de la mente humana, ya que todas las cosas son igualmente reales y existentes, y todos los sucesos se encuentran conectados simultáneamente. Así, el tiempo tal y como se emplea en la Física es una abstracción de una realidad metafísica de la que se omiten determinados indicadores tales como el "aquí" y el "ahora" a efectos de universalizar las formulaciones de las leyes naturales.
Por tanto desde este enfoque físico/metafísico, la Tierra es plana (no se puede decir "ha sido") porque en su esencia están incorporadas su existencia como disco planetario compuesto de gases, rocas y polvo, así como su existencia esferoide.
Por otro lado, y dado que tanto la Tierra como el resto de cuerpos del Sistema solar son poseedores de unas masas a las que hay que sumar una fuerza inercial procedente de los desplazamientos a través de sus correspondientes órbitas, hacen que el Sol, con el que comparten un centro de masas, oscile y las órbitas sean elípticas, y por ello se puede llegar a decir que no sólo la Tierra gira alrededor del Sol, sino que éste también lo hace alrededor de la Tierra y de los demás cuerpos del Sistema.
En conclusión. Alguien, no recuerdo ahora mismo quién, lo ha comentado antes en el hilo. Estas cuestiones no deberían ser ni comentadas, son una pérdida de tiempo, un mezclar "las churras con las merinas" y, al final, cada uno se queda con la "capillita" de su propia opinión.