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Telescopio
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Mensajepor Telescopio » 23 Feb 2006, 11:00

EL SECRETO DE MEDEA
décima parte

Todos se quedaron en silencio. Un silencio espeso. Anami suspiró y se sentó.

—Creo que tengo que explicaros detalladamente algunas cosas fundamentales. Veréis... ¡Es evidente que somos nosotros los que estamos en el universo equivocado!

De nuevo se hizo el silencio en la sala. Unos y otros se miraban sin acertar a decir nada. Incluso Iparraguirre y Cornichev parecían desconcertados. Sólo al cabo de unos instantes Samantha Yhu fue capaz de hablar.

—¿Qué? ¿Cómo que nosotros... ? ¿Qué quieres decir?

—No me mires con esa cara, Yhu. Es obvio. Estuve casi seguro desde el momento en que descubrimos que los soviéticos habían llegado aquí criogenizados en una nave que se movía a la mitad de la velocidad de la luz. Es imposible que un vehículo espacial que se mueve a esa velocidad cambie de universo por las buenas. No está deformando el espacio-tiempo ni moviéndose a través de ningún atajo. Si aquí hay alguien fuera de lugar somos nosotros, no ellos.

—Pero... ¿Cómo es posible? —acertó a preguntar Huang.

—Vamos por partes —empezó a explicar Anami—. Como bien sabéis, la mecánica cuántica, que fue desarrollada durante la primera mitad del siglo XX, es la parte de la física que estudia el comportamiento de la materia a escala muy pequeña. Se trata de un nivel en el que comienzan a notarse extraños efectos, como la imposibilidad de conocer con exactitud arbitraria y simultáneamente la posición y el momento de una partícula, lo que se conoce como el "Principio de indeterminación de Heisenberg". En la física cuántica no existe el concepto de "trayectoria": los movimientos de las partículas quedan regidos por una función matemática que asigna, a cada punto del espacio y a cada instante, la probabilidad de que la partícula descrita se halle en tal posición en ese instante. A partir de esa función, o "función de ondas", se extraen teóricamente todas las magnitudes del movimiento necesarias.

»La teoría cuántica subyace a toda la tecnología moderna: rayos láser, chips, aceleradores de partículas, antimateria, sistemas de encriptación, etc. Todo eso y mucho más bebe de la fuente de ese conocimiento. El problema durante muchos años fue que mientras que la estructura formal de la teoría estaba bien desarrollada gracias a los trabajos de Schrödinger, Heisenberg, Einstein, Bohr y otros, y sus resultados eran coherentes con los experimentos, no sucedía lo mismo con su interpretación, que fue, y todavía sigue siendo en parte a pesar de todos nuestros avances, objeto de controversias. Fenómenos como el entrelazamiento cuántico, la violación de la causalidad, etc. son extraños para el sentido común. En otras palabras: sabíamos expresar matemáticamente el mundo cuántico, pero no sabíamos explicarlo. Unos cuantos teóricos aceptaron el desafío.

»Uno de ellos fue Hugh Everett, matemático de Princeton que se especializó en física teórica de la mano de John A.Wheeler, uno de los científicos más sobresalientes del siglo XX. Wheeler colaboró en la elaboración de la tesis de doctorado de Everett en 1957, que sería publicada bajo el título "Formulacion de la Mecánica Quántica como Estado Relativo". En este trabajo, Everett venía a decir que dado que la física quántica no permite hacer previsiones unívocas sobre acontecimientos a nivel microscópico, y sólo permite calcular la probabilidad de una u otra evolución temporal del estado de un objeto, todas las posibilidades de las funciones de onda son realmente realizables. Frente a lo que proponían otros teóricos, que afirmaban que la realidad cuántica indeterminada "colapsaba" en una realidad macroscópica "normal" al producirse el acto de la observación, Everett afirmaba que no hay ningún colapso, y que la realidad no es más que la superposición de estados quánticos o, si se prefiere, de universos.

»Dicho en otras palabras: todo lo posible existe. Nuestro universo, nuestra realidad, no es más que uno entre el número infinito de universos coexistentes que se encuentran en una división perpetua. En un universo, la URSS vive bajo la bota de Stalin y colapsa a finales de los años 80 del siglo XX; en el de al lado, Stalin es asesinado antes de convertirse en dictador y la URSS se convierte en la potencia hegemónica de un mundo lanzado a la conquista del espacio. En otros universos Hitler habría ganado la II Guerra Mundial, el Imperio romano no habría desaparecido o China habría descubierto y colonizado América. ¿Me seguís? Bueno, por las caras que ponéis, parece que más o menos.

»Dado que los universos se están dividiendo continuamente, existirían realidades muy similares unas a otras, sólo diferenciadas en detalles como los mencionados. Otras sin embargo serían muy distintos, con diferentes leyes y por tanto inaccesibles. Pero los universos más parecidos podrían interactuar unos con otros, lo que explicaría ciertos resultados en apariencia desconcertantes de la experimentación física, como el entrelazamiento cuántico. A otro nivel, que todavía se discute muy acaloradamente, la teoría de los multiuniversos permitiría explicar fenómenos como los sueños precognitivos o las apariciones fantasmales: no es que los muertos resuciten o que nuestra mente sea capaz de saltarse la flecha del tiempo, sino que sería capaz de funcionar a nivel cuántico, accediendo a universos paralelos idénticos al nuestro pero existentes en un tiempo futuro, o a universos existentes en el mismo tiempo pero en el que nuestros amigos y parientes continúan vivos.

—Me empieza a doler la cabeza —gruñó Cornichev.

—Hay calmantes en el botiquín —replicó Anami con una sonrisa—. Lo que me interesa es que entendáis más o menos el argumento que planteo.

—Bueno, más o menos...

—Vale, pues sigo. La teoría cuántica describe el universo a la menor escala posible: unos 10^-35 metros. A esta escala la estructura espacio-temporal degenera en una especie de "espuma", lo que denominamos “espuma cuántica”, en la cual las conexiones entre puntos diferentes y entre universos diferentes están constantemente apareciendo y desapareciendo. Lo que nuestra tecnología nos permite hacer es coger una de esas conexiones, estabilizarla y amplificarla hasta un tamaño macroscópico. Es lo que llamamos un “agujero de gusano”. Ahora bien, por la propia naturaleza del mundo cuántico, no tenemos la seguridad absoluta de que lo que estamos amplificando sea un agujero o túnel que conecte dos puntos de nuestro propio universo o dos universos distintos...

—Lo que se conoce como “Puente de Einstein-Rosen” ¿no?—terció Iparraguirre.

—En efecto.

—Siempre lo consideré una mera curiosidad matemática.

—Eso es debido a cómo funciona nuestra mente a nivel macro, Xavier. La propia computación cuántica podría ser una demostración de la existencia de los universos paralelos, pues hace uso de estados múltiples, así que podría decirse que los qubits operan simultáneamente en universos paralelos... Pero nos estamos desviando del asunto.

»Como decía, al amplificar un agujero no tenemos una certeza absoluta de a dónde nos llevará; sólo contamos con una probabilidad de que responda a nuestras necesidades. Dicho de otra forma: cuando generamos un agujero es posible que lleve a la región del espacio que nos interesa, pero también es probable de que conduzca a un universo paralelo casi indistinguible del nuestro. Y eso es lo que ocurrió en nuestro caso: se generó un agujero que conducía al sistema de Zeta Tucanae, pero lo hacía en un universo distinto al nuestro, aunque prácticamente idéntico. La única diferencia es que en este universo la historia reciente de la Tierra era ligeramente distinta.

—Y tus modelos informáticos van en esa dirección —aventuró Huang.

—En unas horas el ordenador cuántico del “Argo” ha generado millones de escenarios. En la abrumadora mayoría de los casos se originaban túneles que conducían a otros universos. Sólo en unos pocos, en una cuantía estadísticamente insignificante, se abrían agujeros que conectaban lugares distantes de nuestro propio universo.

—Pero es de suponer que eso lo saben nuestros físicos...

—¡Pues claro que lo saben! Pero no lo dicen. Se trata en definitiva de una cuestión de opciones: realizar viajes interestelares en nuestro propio universo empleando medios digamos “convencionales”, moviéndonos a una velocidad inferior a la de la luz en misiones que puden durar años, décadas o siglos o bien optar por el atajo del agujero de gusano, sabiendo que casi con toda probabilidad lo que visitaremos no será un sistema solar de nuestro propio universo, sino de uno paralelo, aunque prácticamente indistinguible del de partida.

—Entiendo —asintió Iparraguirre—. Entonces, según eso, en esta realidad los científicos y los responsables políticos eligieron la primera opción...

—Así es —confirmó Anami—. Pero eso significa que en otro universo paralelo esas mismas autoridades optaron por los agujeros de gusano... y que en otro, los responsables de nuestra política eligieron los viajes de larga duración dentro su propio universo. Y dado el número infinito de universos, habrá alguno en el que la misión soviética a Medea es un éxito, y otro en el que los que nos matamos somos nosotros...

—¡Dios, qué lío! —reconoció Sodoswki— Pero, ¿podemos volver a nuestro propia realidad, no?

—Por supuesto —confirmó Anami—. Sólo hay que volver a cruzar el agujero de gusano, que permanece abierto a mil millones de kilómetros de aquí. Regresaremos a nuestro propio universo sólo unos instantes después de nuestra partida.

—¿Y qué hacemos? ¿Nos vamos?

—¿Por qué? —intervino Huang—. Si Anami está en lo cierto, esta realidad no se distingue en nada de la nuestra excepto en la historia reciente de la Tierra. Medea sin duda es un planeta idéntico a su gemelo en nuestro universo. Estamos aquí para investigar este mundo y eso es lo que vamos a hacer.

—Y con ellos, ¿qué hacemos? —preguntó Yhu señalando al iglú y a tres tumbas que se veían a través de las ventanillas.

Durante unos instantes nadie dijo nada.

—Bueno, al fin y al cabo..., son nuestros camaradas —Cornichev habló despacio, midiendo las palabras—. Sacrificaron sus vidas en una noble misión y por ello se merecen todo nuestro respeto y reconocimiento. Creo que un funeral en condiciones es lo menos que podemos ofrecerles.

****

Soyuz nerushimi respublik svobodnij
Splotila naveki velikaya Rus'!
Da zdravstvuiet sozdanni volei narodov
Iedini, moguchi Sovetski Soyuz!

Slavsia Otechiestvo nashie svobodnoie,
Druzhbi narodov nadiozhni oplot,
Partiya Lenina, sila narodnaya...

(...)

Unión indestructible de repúblicas libres
forjada, para la eternidad, por la Gran Rusia.
Saluda la obra creada por la voluntad de los pueblos,
¡la única, la poderosa Unión Soviética!

Gloria a ti, nuestra patria libre,
firme bastión de la amistad entre los pueblos.
¡El partido de Lenin es la fuerza del pueblo
que nos llevará al triunfo del comunismo!

A través de las tempestades brilló el sol de la libertad,
y Lenin, el grande, el camino señaló;
levantando a los pueblos a la acción justiciera,
¡Al trabajo y a las hazañas él nos inspiró!

Victoriosas las ideas inmortales del comunismo,
vemos en el futuro de nuestro país.
¡Y a la bandera roja de la patria gloriosa,
seremos por siempre firmemente leales!


La bandera roja de la URSS ondeó orgullosa en lo alto del mástil al tiempo que los compases y las estrofas del himno nacional soviético se esparcían en todas direcciones. Cornichev no había tardado mucho en encontrar en la enciclopedia universal electrónica que siempre llevaba encima una grabación del himno de la Unión Soviética interpretado por los coros del Ejército Rojo en 1977. Era una versión distinta de la original de 1944, pues se habían eliminado todas las referencias a Stalin, y también diferente de la que él mismo había cantado en la escuela, de principios del siglo XXI, ya desprovista de referencias a la ideología comunista, pero la música era la de siempre, la solemne y hermosa pieza compuesta por Alexander Alexandrov en los años 40.

Había sin embargo una estrofa en particular de la letra moderna en la que Cornichev no pudo dejar de pensar, pues en su opinión reflejaba muy bien el espíritu de los valerosos cosmonautas soviéticos que se dejaron la vida en el polo Norte de Medea en las postrimerías del siglo XXII:

Vastos espacios para soñar y vivir
Nos abren los años futuros
La lealtad a la patria nos da fuerza
¡Así fue, así es y así será siempre!


Cornichev y sus compañeros guardaron un respetuoso silencio junto al monumento fúnebre mientras las últimas notas del himno se extinguían a través de los altavoces externos del “Jasón”. No sabían si la Unión Soviética de aquella realidad tendría como himno la música de Alexandrov, pues por desgracia esa información se había perdido y no podían asegurar que alguna de las piezas musicales que se escuchaban en los vídeos fuese el himno alternativo, así que optaron por lo seguro.

Habían procurado construir un monumento funerario lo más sobrio y lo más elegante posible, un cubo de piedra de un metro y medio de altura —extraído de la plataforma rocosa sobre la que había aterrizado el “Jasón”— al que habían dado forma a golpe de láser. Junto al monolito habían levantado un mástil de unos par de metros empleando para ello un larguero de polietileno sacado de los restos de la nave estrellada, en tanto que la bandera de la hoz y el martillo la encontraron dentro de una de las cajas que había en el iglú. A partir de una concavidad que encontraron entre las rocas, excavaron una amplia tumba en la que introdujeron los cinco cadáveres acompañados de sus efectos personales y la cerraron con una placa de titanio, también extraída de los restos del vehículo soviético, que a continuación cubrieron con piedras en disposición piramidal. Finalmente, colocaron la placa que habían traído los soviéticos en uno de los lados del monumento:

Nosotros, ciudadanos de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas del planeta Tierra, y en nombre de toda la Humanidad, declaramos que venimos a este mundo en son de paz. La astronave Nadezhda partió de la Tierra el 7 de noviembre de 2047 y entró en órbita de Priroda el 12 de enero de 2105. Esperamos que este planeta sea un buen hogar para el Hombre.

Y debajo de ella añadieron otra, también en ruso e inglés:

Aquí yacen los restos de la tripulación de la astronave “Nadezhda”:
Svetlana Karamova
Valeri Glusko
Alexandra Morava
Anatoli Guslov
Petra Ivanova
Fueron los primeros humanos en pisar este mundo. Descansen en paz.

Este es el homenaje de la tripulación del “Argo”, del planeta Tierra.


Dentro de la tumba habían dejado una caja metálica con toda la documentación necesaria para que cualquiera que en el futuro descubriese el monumento y los cuerpos pudiese averiguar qué había pasado. No les cabía duda que, tarde o temprano, los terrícolas de aquél universo volverían a Medea, a Priroda, para tratar de saber qué había ocurrido con la primera expedición. No dejarían de llevarse una buena sorpresa.

****

—Anoche me desvelé pensando en todo lo que nos contaste sobre los universos múltiples —le confesó Iparraguirre a Anami cuando regresaban al “Jasón” tras el funeral—. Las implicaciones del asunto son tremendas. Hasta podría cambiar el futuro de nuestra especie.

—No te quepa ninguna duda de que así será. A no ser que por alguna razón se abandone la tecnología de los agujeros de gusano, tarde o temprano se terminará por controlarlos totalmente. Nuestros descendientes podrán moverse por nuestro universo a su antojo y visitar otras realidades paralelas en el pasado, el presente o el futuro. Y sin duda terminarán por relacionarse con los humanos que allí encuentren... Pero las consecuencias van más allá.

—A eso me refería. Al poder acceder a otros universos, nuestra especie podrá escapar del destino último de cualquier forma de vida: la extinción.

—Sí, así es —asintió Anami—. El día que el Sol empiece a morir los humanos que todavía permanezcan en el planeta madre podrán emigrar a otros sistemas solares, pero también podrían optar por reocupar nuestro propio planeta en un universo paralelo en una fase más temprana de su evolución, quizás unos pocos millones de años después de la extinción de los dinosaurios...

—Pero incluso puede irse más lejos en la especulación, ¿verdad?

—¿Te refieres al futuro de nuestro universo?

—Sí, a eso. Desde ahora ya sabemos que, a efectos de la supervivencia de la Humanidad, nos da lo mismo que el universo se expanda eternamente y las estrellas, galaxias y agujeros negros vayan apagándose poco a poco o que el Gran Desgarro lo destruya dentro de 20 mil millones de años. A nuestros lejanos descendientes les será indiferente: antes de que eso ocurra ya habrán emigrado a otro universo paralelo idéntico al nuestro pero más joven. Y así...

—... y así podrán estar saltando de universo en universo eternamente, porque el número de universos es infinito —continuó Anami—. O bien podrán construir uno a su gusto.

Habían llegado ya junto al “Jasón”. Antes de entrar en la nave volvieron la mirada hacia el túmulo funerario.

—Me hubiera gustado conocerlos vivos —comentó Iparraguirre—. Hubiese sido muy interesante compartir experiencias.

—Bueno, quizás en próximos viajes a través de un agujero de gusano acabemos visitando una realidad en la que estén vivos y podamos tomarnos un sake y un vodka a la salud de todos nosotros. Y hablando de beber y comer ¿No crees que ha llegado el momento de que saques del congelador ese pastel que te trajiste de tu casa... ¿cómo decías que se llamaba? ¿Pastel de ca..?

—Pastel de kabrarroka. Te va a encantar.

****

Los extravagantes seres que durante unos días llamasen la atención de los loros polares con sus extrañas actividades se introdujeron en el gran objeto brillante en el que habían descendido del cielo y, en medio de una atronadora e infernal tormenta de fuego y humo que hizo cundir el pánico entre la manada, se marcharon de forma tan sorpresiva como habían llegado.

Pero no pasó mucho tiempo antes de que un par de loros viesen superado su miedo por su innata curiosidad y decidiesen acercarse al lugar en el que los visitantes habían estado. Treparon al afloramiento rocoso y curiosearon alrededor del monumento de piedra. Les llamó poderosamente la atención el brillo dorado de las placas metálicas que estaban sólidamente ancladas a la roca, pero ni por asomo habrían alcanzado a comprender en aquella temprana fase de su evolución el significado de los signos en ellas grabados. El lenguaje escrito sólo estaría al alcance de sus lejanos descendientes.

También se sintieron atraídos por la bandera y por el mástil, que no dudaron en picotear, aunque con escaso éxito. Sin embargo, no tardaron en descubrir que el mástil, aunque extremadamente resistente, era también muy flexible. Además de curiosos, los loros eran fuertes y pertinaces, así que pronto se dieron cuenta de que mientras uno de ellos empleaba sus musculosas patas delanteras para inclinar el mástil, el otro podía incorporarse sobre sus cuartos traseros lo suficiente como para hacerse con aquella cosa rojiza que se agitaba con el viento. Tras examinar durante un rato aquél extraño regalo de los seres del cielo, se dieron por satisfechos y regresaron a su guarida portando su trofeo.

Nunca las crías de los loros polares habían tenido un juguete como aquél. Y nunca tuvieron los arqueólogos medeanos, dos millones y medio de años después, un rompecabezas semejante que resolver cuando, junto a un caudaloso río de una región tropical que antaño había sido el helado polo de su planeta, encontraron los huesos fosilizados de sus lejanos predecesores junto a lo que parecían restos de un trozo de materia textil. Un espectrógrafo no tardó en confirmar que efectivamente se trataba de un trozo de tela teñido de rojo.

Los eruditos medeanos no entendían nada. Pero su desconcierto aumentó en varios órdenes de magnitud cuando poco después desenterraron lo que parecía ser un un monolito tallado junto al que encontraron restos de un material muy parecido a uno recientemente inventado por sus científicos. En un lado del cubo encontraron restos de una placa de metal y, debajo de ésta, otra intacta recubierta de algo que parecía oro y que contenía unos extraños símbolos.

¿Quién había tallado aquella roca y grabado aquellos signos dos millones y medio de años antes?

No tardaron en descubrir las tumbas. Dentro, cinco esqueletos fosilizados de una especie desconocida les saludaron desde los abismos del espacio y del tiempo.



FIN

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procy
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Mensajepor procy » 23 Feb 2006, 11:23

:wav: :wav: :wav:

Bravoo!!! Bravo!!!!! Que bonito!!! Que final!!!!

Una estatua pa ese tio grandeeeeee!!!!!!

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Jomlop
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Mensajepor Jomlop » 23 Feb 2006, 15:34

WWWWWWWWWWAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHH

Si mañana descubren una placa dorada en una escavación en Atapuerca les pediré que miren al lado, que seguro que hay unos cuantos loros gigantes fosilizados.

Ya sólo queda que la lleven al cine pronto
"Una vez hayas probado el vuelo siempre caminarás por la Tierra con la vista mirando al cielo, porque ya has estado allí y allí siempre desearás volver" Leonardo da Vinci ¡Lo dijo 400 años antes de alguien volase!

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mintaka

Mensajepor mintaka » 23 Feb 2006, 18:47

=D> =D> =D> =D> :thumbleft:

Saludos :D .

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teteca
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Mensajepor teteca » 23 Feb 2006, 21:04

=D> =D> :notworthy: :notworthy: =D> =D> :notworthy: :notworthy:
Nuestra propia luz, nos afecta la capacidad para poder ver.

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Pazos75
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Mensajepor Pazos75 » 23 Feb 2006, 22:29

Muy buena historia. :thumbup: :thumbup: :thumbup:
"Aunque no comparta tus ideas, defendere con mi vida tu derecho a expresarlas" Voltaire

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"Uno se alegra de resultar útil" :)

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Lynx
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Mensajepor Lynx » 23 Feb 2006, 22:36

¡¡WOW!! Muy buena historia!

=D> :wav: =D> :notworthy:

Creo que voy a imprimirlo y releerlo con más detenimiento...

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nandorroloco
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Mensajepor nandorroloco » 23 Feb 2006, 22:51

Superior. Sí señor. Muchas gracias por tu derroche de imaginación.

:onfire: :onfire:

=D> =D> =D> =D> =D> =D> =D> =D> =D> =D> =D> =D>

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etiqi
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Mensajepor etiqi » 23 Feb 2006, 23:05

simplemente genial!

el final me recuerda un poco al remake del planeta de los simios, a ver si al regresar no van a nuestro universo sino a otro! ke lio! jejeje

no quiero estropear la obra de arte, Renata, ya tienes trabajo para rato!

mira, un agujero de gusano: :scatter:

:lol:

saludos!
Francesc Pruneda
Astronomia des de l'Empordà
http://www.astroemporda.net
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Marta
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Mensajepor Marta » 24 Feb 2006, 01:35

Me uno a mis compañeros, Telescopio, y no sólo para felicitarte sino para agradecerte por los "recreos" tan golosos que hemos disfrutado estos últimos días laborables.
Como buena novata en la materia, he tenido que recurrir al Google y a mi Bibliografía en recurrentes ocasiones y, aunque hay conceptos que, dado mi escaso conocimiento, soy incapaz de comprender, califico el relato como excepcional, valorando la conjunción de elementos que expuse en mi mensaje anterior. FELICIDADES Y MUCHAS GRACIAS.

Lynx, antes de imprimir, revisa si tienes alimentada la impresora. Yo lo he pasado antes al TextEdit (copiando - pegando) y me ha ocupado 18 hojas en letra pequeñita (no te puedo dar el dato del tamaño de letra porque no lo sé). Se lo quiero pasar a "felino" (mi chico) para que lo lea, acompañado del libro de Astronomía General (teórica y práctica) de D.G-E y J.G.C. Creo que lo va a necesitar :roll:

PUES ESO, TELESCOPIO, ........NON PLUS ULTRA :-({|= :hotsun: :forthosewhothinkyoung:

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