Esto no sólo denota una ausencia de formación e información de calidad básica en la población en general, sino la existencia de una lamentabilísima ausencia de sentido común. Lo paradójico es que esos mismos credulones de cualquier mentecatez, no se creen nada de lo que se les dice cuando se trata de cuestiones cotidianas, lógicas y hasta evidentes por sí mismas.


