Aunque sin datos precisos creo haber leído que empezaron a producirse allá por el años 1980, o incluso antes (si alguien sabe estos datos que los publique, por favor), y continuaron en producción hasta finales de los 90' con un paréntesis entre 1995 y 1997, periodo en el que se fabricó el CELESTRON Giant 12X80, al parecer más avanzados. También parece ser que la denominación era algo más explícita y se añadía el término Hunter, o sea, Cazador, pero yo no lo veo sobre el cuerpo de la unidad que tengo. Otra situación que se dio, fue que en alguna de las series se emplearon prismas BK-7, pudiendo ser hacia 1986, o por ahí.
Una vez hecha esta presentación, paso a describir este instrumento que hoy es posible encontrarlo en mercados de segunda mano por precios realmente asequibles, aunque sea similar a una lotería el estado en el que se encuentren. En mi caso, que podía haber sido el de cualquiera de los miembros de HUBBLE, pues en el mercadillo del Foro se vendía, no pudo ser mejor. Compré un instrumento nuevo, en el más estricto sentido del término, y eso es algo que noté en cuanto vi la caja-maletín, estaba sin usar, lo mismo que el prismático, ni siquiera se notaba un uso en las gomas de las cazoletas de los oculares. En tal caso es un chollo.
El cuerpo es grandote (mide 30 cm de largo y pesa 2.300 g.) y parece estar hecho de una sola pieza. El forro es similar al cuero, pero no sé lo que es porque no parece un enfundado sino que esté fabricado así directamente. Se agarra bien, se puede colgar del cuello con una correa (yo uso siempre las de las cámaras fotográficas, mucho más anchas y cómodas, que compro aparte para ello y que no se "clavan"), pero si se quiere usar a pulso es mejor adquirir un arnés porque la carga está mucho más repartida y se soporta mucho mejor.
El uso a pulso es mejor durante el día que por la noche. Aunque esos 2'3 kilos se notan en los brazos, los 11X resultan razonablemente sostenibles. Suele suceder que lo peor del asunto sea que vayamos "dando el cante", que nos llamen ¡¡¡ fantasma !!! o cosas peores, porque llevar sobre el pecho semejante mamotreto para mirar dulces pajarillos, cuando los ornitólogos claman en favor de instrumentos de 8X ó 10X por 40 mm como máximo, es una provocación en toda regla...

Los objetivos son espléndidos, verdes y relucientes. Rematados por generosos aros metálicos de sujeción y adornados por una banda color naranja típica de la marca. Donde si podríamos protestar algo es con los oculares, algo tacaños en su diámetro. Y es que son de 1 pulgada, medidos, y tengo junto a mi un precioso ocular VIXEN Kellner 20 mm de otra pulgadita, y si no es de los mismos troqueles , es que se parecen como un huevo a otro huevo.
Nada especial, claro, muy típico de Japón y de aquéllos años anteriores a la pulgada y cuarto, invento americano según tengo entendido. Eso si, al igual que los objetivos, los oculares están multitratados y presentan el mismo aspecto que, a su vez, son iguales a los que caracterizan el mencionado ocular K20mm. Pero esto si tiene alguna consecuencia negativa. Y es que el relieve no es muy alto que digamos, es decir, nada de efecto inmersión aunque tampoco suponga que haya de ser necesario pegar las legañas a las ópticas.
El campo aparente abarcado debería tomarse como generoso, 4,5º, pero esa peculiaridad de esos oculares algo estrechos da la sensación de que limitan dicho campo. No obstante, se pueden retirar las cazoletas de los oculares desenrroscándolas simplemente, así se gana amplitud, aunque se ha de tener cuidado en no arañar la óptica o someterla demasiado a las humedades de los ojos.
Ópticamente son más que buenos. Las estrellas son puntiformes y sólo las más brillantes presentan un minúsculo parcheo que, debido a su escaso aumento, no es significativo. Por supuesto, para planetaria no son y para lunar se quedan algo cortos, aunque su luminosidad es de sobresaliente, 80/11 = 7,27 mm. Se nota un poco de cromatismo alrededor del borde lunar, aunque es mínimo y nada molesto.
Por supuesto, su campo son los objetos de cielo profundo, M-31 o Las Pléyades, resultan espectaculares, al igual que todas las otras maravillas de Orión o de Perseo. Las vistas de la Vía Láctea son para abrir la boca y no cansarse de admirarlas. Todo ello siempre y cuando no se tenga ese "mal" llamado "aumentativitis", porque entonces, estamos ante un instrumento que ofrece tamaños similares a los de cualquier 10X50 decente. Por supuesto, el extra de los 30 mm de más, es totalmente decisivo a la hora de la transparencia y luminosidad de las observaciones. Aunque yo suelo usarlos mucho a pulso, sobre todo para mirar hacia el cenit, lo cierto es que para sacarle todo el jugo hay que ponerlo sobre una montura.
También lo he usado ya durante muchas horas en observaciones diurnas, y tengo que decir que su definición, transparencia y colores neutros, me recuerdan mucho a las mismas características vistas en el NIKON 8X30 EII, y lo digo porque los he comparado en vivo y en directo. Por supuesto, no son lo mismo, el campo en el NIKON es prácticamente el doble, sus oculares son espléndidos y generosos, pero me refiero a la calidad y transparencia de las imágenes.
Saludos.
Javier.