SATURNO 14/05/09
Anoche volví a visitar Saturno. Otra noche más de insomnio, pipas de calabaza y película mala de clase B.
A las dos de la mañana tenía dos opciones: la primera era seguir aburriéndome con la película en la que la chica tonta se enamora del tío equivocado que a su vez está enamorado de la tía más buena de la ciudad casada con el más feo del mundo… O asomarme a la aventura. Cada vez que dirijo el telescopio hacia alguna región remota del espacio, no puedo dejar de sentir la emoción de que, estoy observando las últimas regiones vírgenes que aún queda. Es como observar América tal y como la vio Cristóbal Colón en su primer gran viaje. Observar una estrella es volver atrás en el tiempo y ver aquello que los grandes astrónomos antiguos vieron sin el insufrible y corrosivo velo del desarrollo y la contaminación humana. Las únicas regiones que el ser humano aún no ha pisoteado.
Pero ya me estoy volviendo a enrollar. Así que vamos al “ajo”. Expondré de forma resumida mis impresiones y estudios realizados de la observación que realicé anoche.
Hora: 02,00 h
Enfoqué mi telescopio hacia la única zona de observación más o menos aceptable. Es decir, hacia el Oeste.
Como ya empiezo a reconocer algunos de esos puntitos blancos que pululan el cielo nocturno, no me fue demasiado difícil localizar de nuevo a Saturno. No me puso a observarlo inmediatamente, sino que esperé unos minutos con la luz del salón apagada para ir acostumbrando mis ojos a la oscuridad.
¿Ya?... ¡Si! Ahora no veo un pijo. Así que debe ser el momento idóneo para la observación.
Os muestro de forma esquemática lo que observé.

Empecemos por analizar la imagen.
En la parte central se encuentra, naturalmente… ¡Una manzana!!!. Pues no. Se trata de nuestro protagonista Saturno. Nuestro gigante gaseoso. Como hay suficiente referencia en cualquier sitio donde puedas buscar sobre este planeta, no os agobiaré con datos.
A la derecha de la imagen pude distinguir dos de sus lunas visibles a esa hora. Se trata del imponente Titán y de su hermana menor Rea.
Indudablemente, desde la ciudad no es el mejor sitio para hacer buenas observaciones, al menos desde mi balcón. No pude distinguir ninguna otra luna. La razón: contaminación, contaminación y más contaminación. Aún así, puedo localizar algunas veces, estrellas de magnitud 10 ó 10,5.
En esta ocasión y sin cambiar de ocular, pude distinguir en el margen superior izquierdo, una pequeña y preciosa estrella anaranjada.
Como aún morpheo no me había visitado… y no parecía que lo fuera a hacer al menos en un buen rato, me puse a estudiar dicha estrella.
De forma muy resumida, estas son mis conclusiones sobre ella.
Se trata de la pequeña TYC-840-231-1. Lamentablemente, en ninguno de los programas informáticos que suelo utilizar, viene el número de catálogo HD. Esto es un pequeño inconveniente para mí, ya que la mayoría de mis fuentes de información se manejan con este número. Pero en fin, intentaré hacerlo con el código Tycho.
Según la página de Hipparcos, la estrella tiene un valor de 10,34 Magnitudes V-Jhonson. Otro dato importante es el valor B-V = 0,987, es decir, su color. Ya tenemos los dos datos más importantes.
Sin embargo, este último dato necesita ser modificado. Para el valor B-V = 0,987, siempre que el dato se haya recogido de Tycho-2, necesitamos añadirle +0,015 para que el valor sea el correcto. Es decir, su B-V real es de 1,002. Eso significa que es realmente un poco más roja que el color que indica dicho catalogo Tycho-2. Por último, anoté el valor de paralaje para esta estrella, que es de -0,0325.

Lo siguiente que calculé fue la distancia aproximada que dista esta estrella a nosotros. Utilizando los cálculos siguientes pude despejar dicha incógnita, descubriendo que dicha estrella está más cerca de nosotros de lo que, en un principio podía imaginar.
Vamos por pasos:
p”=[(a/D)206265”]-0,0325=[(149x10
6/d)206265”]
Despejándo el valor “D” el resultado final es de:
D=149x10
6/1,576x10
-7D=94,54 x 10
13Pasando el resultado de Km a Años luz (El valor correcto), la distancia a nosotros sería de unos 99,73 A.L.
Otro dato que me faltaba era conocer la Magnitud absoluta, para ver que tipo de estrella tenía entre manos. Pude despejar la incógnita a partir de la fórmula:
M=m-5[(LogDl)-1]
Como ya conocía el valor en años luz, es fácil pasarlo a Pársecs, el valor que ahora necesitamos.
M=10,34-5[(Log30,59)-1]
M= 7,91
Bien, ya tenía casi todos los datos necesarios. Tenía la magnitud aparente, la magnitud absoluta, la distancia a nosotros, el color de la estrella y me faltaba el tipo de estrella. Contrastando los datos obtenidos en un diagrama H-R, la estrella que se me presentaba era una magnífica estrella anaranjada con un tipo espectral GV. Con una temperatura aproximada de 4500ºK, una compañera que se encuentra en la fase principal. Desde luego no se trata de una gigantona, es más bien pequeña, con un tamaño y luminosidad ligeramente inferior a nuestro Sol.

Volví a observarla, esta vez recreándome en ella y en lo que ya sabía. Intenté imaginarla a una distancia mucho menor.
Cuando mi esposa se levantó y señalando el reloj con el dedo me preguntó si iba a dormir esa noche o no.
Que sí, que ya voy…. Vale… vale… vooooyyyyyy. Antes, anoté los resultados obtenidos y…. me dirigí a la cama a la pata coja…
Bueno, espero no haberme excedido con los gráficos y con el texto. Puede que a alguien le ayude para entenderme ya que a veces, ni yo mismo sé de qué estoy hablando. jeje.
Saludo y cielos limpiosssss.