No hay que ser duros con los muchachos del INM, hacen lo que pueden con el poco presupuesto de que disponen. En Cataluña, donde las predicciones las hace un organismo que depende de la Generalitat (METEOCAT), la red de observatorios es algo más extensa y moderna, y pese a ello no aciertan más que 7 de cada 10 predicciones (es decir, que fallan el 30%).
De todos modos Harpman tiene razón al decir que esos modelos númericos de AccuWeather tampoco son perfectos. Funcionan de maravilla cuando se trata de predecir el tiempo en las grandes llanuras de EE.UU. o en la estepa rusa. Pero en una península como la española, con el Océano Atlántico a un lado, el Mar Mediterráneo al otro, y la influencia de grandes cadenas montañosas como los Pirineos, resulta más difícil hacer una predicción acertada.
Se espera que esos modelos numéricos mejoren algo después de la misión GPM de la NASA, que consiste en una constelación de satélites que analizarán la precipitación a nivel mundial. Esos satélites se empezarán a lanzar en el 2008. La información que suministren se contrastará en tierra con la proporcionada por una red de observatorios repartidos en varios puntos del planeta (en Japón, Corea, Oklahoma, Islas Marshall, Reino Unido y Cataluña).
Más información sobre el proyecto GPM en:
http://gpm.gsfc.nasa.gov/