A estos más grandes no les aplico unos parasoles, sino que les he construido unos diafragmas que encajan perfectamente en los tubos de los objetivos, como los que suelen llevar los refractores. Con ello consigo dos efectos, de una parte tardan bastante en empañarse, -por cierto, que la montura (el cuerpo) de los prismáticos los cubro con una loneta recortada para que no se mojen-, y en segundo lugar, consigo que los objetos más brillantes aparezcan mucho más puntiformes y sin apenas cromatismo. Dejo los objetivos abiertos totalmente para observar globulares, galaxias, etc., es decir, de bajo brillo superficial, dado que los diafragmas oscurecen las imágenes.
