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Mi afición a la observación astronómica empezó con la ayuda de unos sencillos prismáticos 10x50 y fueron el acicate que me faltaba para acabar comprándome mi primer telescopio.
Pero este paso adelante no significó dejar los prismáticos olvidados en un cajón, ya que su gran campo visual, manejabilidad, versatilidad, uso intuitivo e inmediato, representan unos puntos fuertes que le permiten ser un complemento ideal al telescopio y un instrumento de observación perfectamente válido en determinadas circunstancias.
Tan a gusto estaba con el uso de los prismáticos para observación astronómica que la fiebre de la “aberturitis” empezó a hacer mella en mí.
Comprar los Celestron SkyMaster 15x70, hace ya once años, a mi modo de ver fue una acción perfectamente lógica. Presentaban una abertura ideal para la observación astronómica, con un aumento significativo y un peso bastante contenido que permitía, en caso de necesidad, no depender de un trípode. Y lo más importante, a un precio razonable para mi bolsillo.
A lo largo de los años mucho se ha hablado acerca del resultado de estos prismáticos Celestron. Sus detractores sostienen que muchas unidades llegaban completamente descolimadas, que la abertura real era menor que los 70mm con los que se publicitaba y que su calidad de construcción dejaba bastante que desear.
Personalmente, sólo puedo hablar bien de ellos, aunque soy consciente de que es gracias a que los míos me llegaron perfectamente colimados y, como tampoco tenía nada con lo que compararlos, las imágenes que me proporcionaban colmaban (y todavía colman), mis necesidades.
Pero hablando con otros compañeros de afición, leyendo por los foros de astronomía… empezó a rondarme por la cabeza comprarme unos prismáticos 20x80.
¿Y por qué esta medida y no una mayor? Básicamente porqué creo que, a pesar de necesitar de un trípode bastante robusto, los considero como el límite de lo que puede ser un instrumento astronómico portable. Y al decir portable me refiero a poder llevarlos sin miedo en un avión, en un coche cargado hasta el último rincón posible a punto de salir de vacaciones, o el aliado perfecto en una noche en la que por cualquier motivo nos da pereza montar el telescopio.
Recientemente Celestron lanzó al mercado una nueva gama de prismáticos, los SkyMaster Pro.
No pude resistirme a la tentación y al final acabe comprándome los SkyMaster Pro de 20x80. Y aproveché para comprar un trípode adecuado para ellos, el Manfrotto 290 Xtra con rótula fluida 2 way.
Me llegaron en enero, pero no he podido utilizarlos todavía en condiciones, por lo que de momento sólo puedo comentar mi primera impresión acerca de ellos.
Lo más importante es que me han llegado perfectamente colimados. Su construcción es más robusta que mis 15x70 y sus acabados, por lo menos a primera vista, resultan excelentes.
El trípode que me he comprado parece hecho para utilizarlos. Los soporta perfectamente, lo mueve de manera delicada y sin esfuerzo, y su peso es razonable si tenemos en cuenta su robustez.
La noche del 8 de febrero de 2017 vi que el cielo de Barcelona se encontraba despejado y con una atmósfera estable, con lo que a pesar de que la Luna estaba brillando bien potente en el cielo, decidí montar los prismáticos sobre el trípode en mi pequeño balcón urbano, y enfrentándome a todo tipo de contaminación lumínica, hacer mi primera observación con los SkyMaster Pro 20x80.

El objetivo fue la “Espada de Orión”, que podemos encontrar en la constelación de Orión entre las estrellas Nair Al Saif (Iota Orionis) y 42 Orionis.
El campo que abarqué con los prismáticos es el que se encuentra dentro del círculo rojo. Tal y como se indica en las especificaciones del fabricante, unos 3,2º.
Este es el dibujo que hice de lo que pude percibir bajo las adversas condiciones que ya he enumerado antes:


En cuanto a nebulosidad, tan sólo puedo cazar a M42. Mucha Luna y muchas luces para intentar algo más. Pero sí que he podido verla sin ningún esfuerzo. La mayoría del tiempo se me mostraba tal y como la he dibujado, pero por momentos, utilizando la visión lateral y adaptando lo mejor posible la vista, podía verla más extensa.
Estoy convencido que desde unos cielos oscuros la visión mejorará radicalmente, pero esta noche, quedo muy contento con lo que estoy viendo.
He intentado diferenciar las cuatro componentes del trapecio de M42, pero no he podido. Sí es cierto que no se mostraba tan puntual como las otras estrellas del campo, y por momentos me daba la impresión de verlo partido en dos componentes, pero nada más. Probaré en otra ocasión con condiciones más favorables a ver si puedo ver más allá de ese conglomerado lumínico que percibo esta noche.
Y también contento porqué las estrellas me aparecen bien puntuales en prácticamente la totalidad del campo de observación, con lo que la visión de conjunto de esta bonita zona de cielo que me ofrecen los 20x80 me resulta impresionante.
NGC1977 me muestra sólo 4 componentes, pero en una disposición muy bonita, y que sirve de preludio para disfrutar de NGC1981, casi una docena de brillantes estrellas con una particular disposición en forma de “m”.
Estoy un buen rato disfrutando del espectáculo y lamentando no tener ocasión de dar a estos prismáticos los cielos oscuros que merecen.
Si algo me ha servido la observación de estreno de esta noche ha sido comprobar que he hecho una buena compra, tanto en lo que respecta a los prismáticos, como en lo referente al trípode. Y muchas ganas de ver lo que me pueden llegar a ofrecer bajo condiciones de observación más favorables.
Cuando ya iba a dar por terminada la sesión, veo como la Luna se está poniendo ya a tiro por encima de mi edificio. Tengo que quitar los prismáticos del trípode y a pulso, asomándome un poco por el balcón, echo una primera mirada a nuestro satélite con los 20x80. Preciosa, sin ningún tipo de aberración cromática, sugerente y atractiva. Una delicia que solo puedo disfrutar por unos instantes. No es cuestión que por algún descuido mis flamantes nuevos prismáticos acaben estrellándose en la calle, o lo que es peor, en la cabeza de alguna persona que pase por ella.
Y una última prueba. Una impresionante Mintaka perfectamente desdoblada con una potente estrella principal de blanco inmaculado y una compañera más tímida pero bien presente, de un color entre lila y azulado que contrasta con gran perfección estética con su compañera.
Espero poder publicar muchas entradas con observaciones hechas con estos SkyMaster Pro de 20x80.
Aprovecho para agradecer a todos los compañeros que me han aconsejado y ayudado en la elección de los prismáticos y el trípode

Saludos a todos.
Óscar