CÓMO NEGOCIAR EFICAZMENTE EL TEMA DE LA C.L. CON EL ALCALDE DE TU PUEBLODamas y caballeros, los aficionados a la astronomía, y las gentes en general amantes de la naturaleza que pasan sus vacaciones estivales o los fines de semana en alguno de esos bonitos pueblos "con encanto" que salpican la geografía rural española, suelen enfrentarse a un desafío hercúleo cuando tratan de convencer a los miembros del consistorio local (vamos, al alcalde y a sus concejales) de que es un disparate iluminar la recién remozada plaza mayor o las calles de las nuevas urbanizaciones con esas absurdas farolas globulares sin pantalla que envían la luz en todas las direcciones excepto en una: el suelo.
Cuando se comenta con los ediles que ese tipo de luminarias sólo sirven para desperdiciar energía eléctrica y atraer mosquitos, la respuesta suele ser que son "bonitas" y "modernas" y que "hay que poner el pueblo al día". De poco sirve en estos casos aclararles que en muchas ciudades este tipo de farolas están siendo, o bien retiradas o bien reformadas, de forma que la luz vaya dirigida principalmente al suelo y no a la ventana del vecino.
"Vosotros, los de la ciudad, queréis que sigamos siendo unos paletos", comentan en ocasiones.
En esta tesitura, tratar de convencer a la autoridad de turno (que en bastantes ocasiones es uno de esos ostentosos "nuevos ricos" crecidos al calor de la especulación urbanística, ya por pertenecer al gremio de la construcción, ya por estar convenientemente untado por el empresario beneficiado por las recalificaciones) de que disfrutar de un cielo oscuro tachonado de estrellas es una experiencia única que todo el mundo tiene derecho a conocer es casi perder el tiempo, pues lo más probable es que te contesten algo así como
"Vosotros, los de la ciudad, queréis que estemos a oscuras"Bien, pues cuando se tropieza con este tipo de elementos a la cabeza de la municipalidad local, sólo cabe pasar a la acción. Ya se han descrito en estas páginas distintas estrategias para "apagar" esas odiosas luminarias, pero el problema es que muchas de ellas son sólo soluciones temporales o bien pueden traer desagradables consecuencias a la puerta de tu casa en forma de policía municipal o de la guardia civil.
No, lo que se busca es actuar con el objetivo de lograr una solución permanente y para todos beneficiosa, que nos aleje de los grilletes de la Benemérita y que al alcalde de turno le permita quedar como un héroe ante sus convecinos. Se trata pues, de una acción sutil, indirecta, basada en la capacidad de convicción y en una estrategia negociadora firme pero flexible.
Estos son los pasos a dar:
1) Concertar una cita con el ilustrísimo señor concejal o el excelentísimo señor alcalde.
2) Ir acompañado de un amigo y/o conocido de aspecto frío. Los dos deberán ir ataviados más o menos de esta guisa:
3) Es altamente recomendable pasarse antes por una jugetería de las buenas (o en una tienda en Internet) y adquirir el siguiente kit, que deberá ser puesto a la vista de forma discreta ante el edil en cuestión:
4) Sin quitarse las gafas de sol y sin mover un músculo de la cara, con cierta entonación gutural, anunciarle:
"Señor mío, voy a hacerle una propuesta que no que no va a poder rechazar..."5) Mientras se dice esto, nuestro acompañante dejará sobre la mesa del despacho los siguientes objetos:
6) Como es muy posible que a estas alturas el edil haya captado la sutileza del mensaje y sea ya todo oídos, se le plantea directamente el asunto:
"En el presupuesto del año que viene el dinero dedicado a la reforma de la plaza de toros se destinará a sustituir las actuales farolas del municipio por otras de bajo consumo y dotadas de pantallas que dirijan la luz al suelo... Dígale a los convecinos que eso es bueno para salvar la capa de ozono y prevenir el cambio climático... cappicci?"7) Si se resiste, se dice lo siguiente:
"Veo que no me he explicado bien... Giuseppe, por favor..."Giuseppe (nuestro acompañante) deberá cojer entonces uno de los huevos (convenientemente cocidos) y cortarlo por la mitad con la tijera podadora.
Sin duda, a partir de ese momento, las negociaciones irán como la seda...