(...) Podríamos seguir planteando preguntas, pero primero vamos a sugerir algunas hipótesis que, por descabelladas que parezcan, quizás sea la base de sustento para pensar que la cultura egipcia pudo tener otras raíces. Según los datos arqueológicos, con cien mil hombres trabajando constantemente en la construcción de la pirámide, que consta de 2.800.000 bloques que pesan de 2 a 80 toneladas, para poder terminarla en veinte años tendrían que haber colocado, situado, orientado, pulido y grabado uno de esos pesados bloques cada 3 minutos y sin utilizar poleas ya que en aquel entonces no las conocían
Cuánto disparate. Si el autor de esta web quiere saber cómo se construyeron las pirámides, le recomiendo un estupendo documental de la BBC ("Pyramid") que ha sido emitido en España por el Canal Plus, La 2 y Telemadrid. En ese docudrama verá que no era ninguna tarea imposible.
En efecto, la Gran Pirámide de Giza, un monumento que originalmente superó los 146 metros de altura -el equivalente a un edificio moderno de 40 plantas-, fue levantado en tiempos del faraón Keops, de la IV Dinastía, hacia el 2500 a C. Pero no todos están de acuerdo en esa cronología. En el siglo 25 antes de nuestra Era, sin ruedas ni poleas, ni grúas o máquinas de ninguna clase, un grupo indeterminado de obreros movió la friolera de más de dos millones de bloques, de pesos comprendidos entre las 2,5 y las 60 toneladas. Y no sólo eso: sin brújula -no existía- orientaron sus cuatro paredes a los cuatro puntos cardinales con una precisión pasmosa; sin hierro practicaron agujeros que parecen hechos con un taladro en los que al examinar las muescas se ve que cada vuelta de torno profundizaban en el granito hasta doscientas veces más que lo que lograríamos nosotros hoy con un taladro de punta de diamante; y sin instrumentos ópticos orientaron algunos canales internos hacia la posición que ocupaban estrellas como Sirio, Zeta Orión o Alfa del Dragón, muy importantes dentro del contexto religioso egipcio.
Está demostrado que para construir las pirámides se emplearon rodillos y palancas. No hacían falta "poleas".
Por otra parte, no se necesitan brújulas para determinar los puntos cardinales, pues como todo el mundo sabe el Sol sale por el este y se pone por ell oeste. Y la "precisión" de las pirámides no es tal, pues la desviación respecto a los puntos cardinales es de la friolera de 4 grados.
Otra cosa: para taladrar la piedra basta con un sencillo berbiquí, agua y mucha habilidad y paciencia.Los egipcios ya conocían el berbiquí metálico: hecho con un cilindro de cobre que se hacía pivotar sobre granos de cuarzo o de arena, permitía taladrar la piedra aunque fuese de las más duras. Además, las impurezas del cobre de la época harían a este metal más resistente que el actual, mucho más puro.
Por lo demás ¿quién necesita un telescopio para apuntar a Sirio? Lo hicieron a ojo, con la ayuda de simples instrumentos de madera y cordel.
En 1994, un ingeniero angloegipcio, Robert Bauval, propuso una idea genial. Se dio cuenta que las tres grandes pirámides de la meseta de Giza estaban distribuidas sobre el desierto de manera idéntica a como estaban las tres estrellas del cinturón de la constelación de Orión.
Estudiando los llamados Textos de las pirámides, Bauval descubrió, además, que para los antiguos egipcios Orión era el equivalente celestial del dios Osiris, y su cinturón era lo que los egipcios llamaban el Duat, una especie de puerta por la que el alma del faraón debía pasar para llegar al Amenti, al más allá. ¿Era tan ilógico creer que quien levantó las pirámides lo hizo pensando en construir sobre la tierra una réplica gigante de la puerta al más allá para el faraón?
En realidad, Bauval planteó su hipótesis de la relación entre las estrellas del cinturón de Orión y las pirámides de Giza hace veinte años. Esta idea no encontró eco entre los egiptólogos profesionales por lo que Bauval ha seguido una huida hacia adelante con sus especulaciones enfrentándose abiertamente con el mundo académico e inventando la “astroglífica”, una peculiar forma de leer la simbología astronómica de los antiguos egipcios. Un detalle que Bauval no suele comentar es que la disposición de las estrellas y la de las pirámides se parecen sólo si se giran 180 grados los mapas. Además, ni Rigel ni Betelgeuse, las estrellas más brillantes de todo el conjunto de Orión, aparecerían representadas en el "plano celeste" de Giza.
Los últimos estudios demuestran que, en efecto, las pirámides eran una especie de máquinas astronómicas, lo que convierte el enigma en más irritante si cabe. ¿De dónde obtuvieron los egipcios esa precisión astronómica? ¿Y matemática? No olvidemos descubrimientos como el que hizo en el siglo pasado John Taylor, al demostrar que el perímetro de la pirámide dividido entre el doble de su altura equivale a 3,1416... el número pi. Pero, según nos enseñaron en el colegio, pi ¡lo descubrieron los griegos siglos más tarde!
¿Y esta tontería, a estas alturas? Está demostrado que el tal John Taylor (en realidad, un fanático religioso) falseó los cálculos para obtener el valor moderno de "pi" en la pirámide. Pero es que además el autor da muestras de gran ignorancia histórico-matemática. El número irracional "pi" es la constante que relaciona el perímetro de una circunferencia con la amplitud de su diámetro, relación que por supuesto era conocida con anterioridad a los griegos, aunque (dado su carácter irracional) no tenía el valor que hoy conocemos: en la Biblia aparece con el valor 3; en Babilonia 3,125; en Egipto 3,16 y en China 3,1724. En Grecia fue donde se sistematizó el conocimiento heredado (de Egipto, por cierto) y se investigó esa constante. Así, Arquímedes determinó que la relación del perímetro al diámetro está comprendida entre 3,14084 y 3,14285. Pero no sería hasta el siglo XVII en que esta la correlación se convirtió en el dígito que hoy conocemos y que fue identificado con el nombre "Pi" (de "periphereia", denominación que los griegos daban al perímetro de un círculo).
Por tanto, es absurdo buscar el moderno número "pi" en las pirámides.
a posición de estas estrellas con los canales de la Gran Pirámide apuntan directamente al año 10.500 a C, la misma fecha estimada de edad para la Esfinge, en la Era del León. La relación existe, no puede negarse que hay una correlación entre la imagen del cielo y la imagen de la Tierra en Gizeh para la época del 10.500 a C
Aquí se olvida que las pirámides de Giza son sólo una parte de un inmenso complejo (existían pirámides menores, templos, avenidas de acceso...). Como parte de ese complejo se encontraron los barcos reales de Khufu que, al estar realizados en madera, permitieron una datación por C-14 que confirmó objetivamente su antigüedad en torno al 2400 a. de C.
Y para terminar...
Un equipo de investigación español, encontró en el fondo del pasadizo de la verdadera entrada a la pirámide un fragmento cilíndrico de madera que se demostró científicamente que pertenecía a un bloque de granito que se encuentra en la entrada y sirvió como sistema de cierre. Un dato muy curioso, es que cuando llevaron a una Universidad americana a analizar este pequeño cilindro de madera, los científicos se asombraron cuando el veredicto del C-14, dató del 2016 después de Cristo, este hallazgo. ¿Quiere decir esto que viene del futuro?
Santo Dios... Es el típico argumento "misteriólogo": se coge una leyenda urbana o un dato sin contrastar y se lo eleva a la categoría de verdad absoluta. ¿Cómo puede dar un análisis de carbono 14 un resultado negativo? ¿Acaso en lugar de desintegración del isótopo se ha producido una "regeneración"? Por otra parte, ¿qué grupo investigador encontró el bloque? ¿Dónde se publicó el hallazgo? ¿En qué universidad se hizo el estudio?.... Todo vaguedades.
Vamos, tonterías.