Se trata de una placa (como una solar), que direcciona las ondas acústicas, privándoles su expansión mientras viajan por el aire.
O sea, las ondas concentradas en un simple rayo dirigido, como se hace con las lumínicas al obligarles la coherencia.
La demostración fue clara al comprobar que a considerable distancia, solo se percibía sonido en un ángulo de amplitud muy pequeño. A su vez, el eco producido, cumplía con las leyes de reflexión, manteniendo tales ondas sin expandir, por lo cual solo se oía lo emitido, hallándose precisamente en el punto geométrico idóneo.
Si alguien está enterado, podría darnos a conocer pormenores. Lamento no haber prestado la suficiente atención al reportaje, que me pilló desprevenido.
Saludos del Abuelo.
