Vamos a ver... No mezclemos cosas. Decir que estamos ante una clara muestra del "
cambio climático abrupto catastrófico" porque el otoño este año venga más tarde cuando, según cualquier meteorólogo medianamente solvente, no es más que un ejemplo de habitual variabilidad climática hispana derivada de nuestra cercanía al Sahara o porque haya una manada de delfines que se quede varada (se desconocen las causas reales) es mezclar churras con merinas.
Tampoco puede insistirse alegremente en que estamos "desertizando el planeta" cuando los últimos informes de la FAO señalan que la cubierta forestal a nivel mundial alcanza casi 4.000 millones de hectáreas y sigue creciendo a nivel global. Otra cosa son los datos de regiones concretas, donde pueden darse tanto aumentos (América del Norte, Europa) como descensos de la capa forestal (Asia, África y Latinoamérica).
No estamos hablando de esto, sino de lo que parece una manipulación de datos para lanzar a los cuatro vientos las campanas del catastrofismo climático: el apocalipsis ecologísta, vamos. A mí me resulta cuando menos insultante y me revuelve el estómago que unos niñatos de una organización ecologista -que en su vida han visto un montón de estiercol y a los que nunca les ha faltado de nada- me digan que el principal problema de la Tierra no es la pobreza, insalubridad, ignorancia y corrupción imperantes en buena parte del Tercer y Cuarto Mundo, sino un fantasmal "cataclismo climático" del que no se aportan pruebas concluyentes, mientras siguen muriendo niños por cólera y gastroenteritis. Ya lo decía un profesor universitario: "
ecólogo es a ecologista lo que cartero a carterista".
Hablemos claro:
el cambio climático siempre ha existido. Es consustancial a la dinámica planetaria. Incluso ha habido drásticos cambios climáticos que han afectado a amplias zonas del planeta y obligado a la grupos humanos a desplazarse (véase el caso del Sahara, que pasó de ser un una sabana arbolada a un desierto). Groenlandia ha estado parcialmente descongelada en otros períodos de la historia, igual que el Polo Norte, que hace 50 millones de años no tenía ni un gramo de hielo, ni en invierno ni en verano. Las condiciones climáticas del planeta están, repito, sometidas a constante variación y parecen ser cíclicas (como el caso del Sahara, que sigue un ciclo de 20.000 años).
De lo que se trata es de poner coto al catastrofismo climático: sencillamente, no pueden anunciarse apocalipsis climáticos planetarios cuando carecemos de muchísimos datos y de modelos informáticos lo suficientemente precisos para ver qué puede o no ocurrir. Si todo estuviera tan claro como parecen tenerlo las organizaciones ecologistas o algunos centros de investigación, ¿para qué gastar tanto dinero en misiones espaciales para medir la salinidad del mar, su nivel o el grosor de las capas de hielo? ¿Para qué investigar más sobre los efectos de las capas de nubes o de la radiación solar?
Hablemos ahora de esas islas amenazadas con convertirse en nuevas Atlántidas por culpa del aumento del nivel del mar. En realidad, el "peligro" principal reside en el futuro de unos cuantos islotes coralinos donde la mayor altura sobre el nivel del mar es una caja de zapatos. Porque el mar lleva subiendo de nivel mucho antes de que los humanos empezaran a emitir CO2 o cualquier otra cosa:
desde la última glaciación, el nivel del mar ha subido nada menos que 130 metros.
Además, no todos los científicos de la comunidad internacional comparten las visiones catastrofistas del incremento del nivel del mar. Por ejemplo, el geólogo Nils-Axel Mörner, ex-director del departamento de Paleogeofísica y Geodinámica de la Universidad de Estocolmo, lo considera un "fraude total". M
örner critica los datos del IPCC, ya que se basan únicamente en modelos informáticos y no en estudios geológicos sobre el terreno.
En este sentido, el equipo del propio Mörner realizó un estudio en las Maldivas, citado como ejemplo de lugar en peligro, que demostraba que el nivel del mar alrededor de estas islas no habría aumentado, sino descendido en las últimas tres décadas. Otro especialista, Chris de Freitas, climatólogo de la Universidad Auckland, en Nueva Zelanda, va por el mismo camino al señalar que el nivel del mar
disminuye en algunas partes del Pacífico. Y es que el nivel del mar no es el mismo en todos los lugares del planeta. Las corrientes oceánicas llevan agua a unas zonas y la retiran parcialmente de otras, y las variaciones de las presiones y de los vientos predominantes ocasionan cambios diarios en el nivel del mar de varios centímetros. La salinidad también influye, como por ejemplo en el sur del Báltico, que está 40 cm más bajo que en el norte, al ser más salado. Y el fenómeno conocido como "El Niño" provoca diferencias interanuales de hasta medio metro en amplias áreas del Pacífico.
Por su parte, el climatólogo de la NASA Jay Zwally considera también muy exageradas las predicciones del IPCC. Utilizando datos obtenidos entre 1992 y 2002 por sensores y satélites, su equipo llegó a la conclusión de que el mar se había elevado una media anual de entre 0,03 mm y 0,05 mm. Es decir, que serían necesarios mil años para que el mar subiera los cinco cm del IPCC y 20.000 años para llegar a los seis metros que apunta Al Gore en su película "Una verdad incómoda".
Lo mismo ocurre con los glaciares: de entrada no los tenemos controlados todos, sólo una pequeña cantidad, pero lo más importante es que llevan en retroceso también desde la glaciación. Lógico, pues
estamos en un período interglaciar en el que se han producido notables variaciones, como el llamado "
Óptimo Climático Medieval" fue un tiempo extraordinariamente caluroso alrededor de 800-1300 DC, durante el Medioevo europeo que coincidió parcialmente con un máximo en la actividad del Sol ("Máximo Medieval", 1100-1250). La datación mediante radiocarbono en el Mar de los Sargazos muestra que la temperatura en la superficie del mar era aproximadamente 1 °C menos que hoy hace aproximadamente 400 años (la Pequeña Edad de Hielo) y hace 1700 años, y aproximadamente 1 °C más caluroso que hoy hace 1000 años (durante el Óptimo Climático Medieval). Y aquí estamos.
Durante el Óptimo Climático Medieval el cultivo de la uva y la producción de vino crecieron tanto en norte de Europa como en el sur de Bretaña. Los vikingos se aprovecharon de la desaparición del hielo en los mares para colonizar Groenlandia y otras tierras periféricas del norte canadiense. El Óptimo Climático Medieval fue seguido por la Pequeña Edad de Hielo, un período más frío que duró hasta el siglo XIX cuando empezó el período actual de calentamiento.
¿Y los
refugiados climáticos? Esta categoría de "refugiados" hasta hace poco ni se conocía y ahora se hacen previsiones apocalípticas que cuentan por decenas o centenares de millones de ellos en pocas décadas, sobre todo salidos de zonas costeras.
Sobre el efecto del aumento del nivel del mar y las opiniones de diversos científicos me remito a lo ya dicho, pero lo que debe quedar claro es que los
refugiados climáticos no son una consecuencia moderna de la maldad del modelo capitalista occidental, sino que siempre han existido: parte de los antigüos habitantes del Sahara que se vieron desplazados por la desertización acelerada de la región se vieron obligados a desplazarse al Este y allí encontraron su salvación: el río Nilo. Allí crearían una nueva civilización: el Egipto faraónico. Muchísimas migraciones de grandes grupos humanos a través de la historia (sobre todo procedentes del Asia Central) han supuesto grandes cambios para otras civilizaciones con las que se encontraron.
Y eso por no hablar de las nieves del Kilimanjaro, que según algunos ya habrían desaparecido por culpa del cambio climático.
Mentira. Mirad esta web:
http://www.kilicam.com/Muestra una imagen en vivo de la gran montaña africana tomada por una webcam. ¿No decían que ya no tenía nieve? En realidad, el problema de las nieves del Kilimanjaro está más relacionado con la deforestación salvaje de sus laderas (producto en última instancia de la pobreza) que del "cambio climático".
Hablemos de los Polos, en concreto del Polo Norte: el hielo va a desaparecer, nos dicen, y eso hará que suba el nivel del mar.
Mentira. La fusión del hielo marino no altera para nada el nivel del mar (otra cosa sería que se descongelara el hielo continental de la Antártida, aunque la mayor parte del continente helado el nivel de hielo está aumentando) aunque sí puede alterar los patrones de circulación oceánica al alterarse las proporciones de salinidad. Pero el caso es que en este año 2009 se ha derretido menos banquisa polar que 2008 y 2007 y está ya creciendo de nuevo:

Y, como complemento informativo general, ahí van unas gráficas que no suelen mostrarse en los medios de comunicación:
1)
Temperatura planetaria y nivel de C02 en la última década:

2)
Subida del nivel del mar en los últimos 140.000 años:

3)
Banquisas polares norte y sur desde 1978:

4)
Temperatura media desde hace 60 millones de años:

5)
Concentración de CO2 desde el Cámbrico:

6)
Aumento del CO2 desde 1960 (un incremento del 0,007%):

Unamos todo esto al contenido de los mails "hackeados" y que cada cual que saque sus propias conclusiones.
Saludos.