El Genio Más Grande II

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m3ntol
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El Genio Más Grande II

Mensajepor m3ntol » 21 Dic 2007, 20:53

Este hilo es una idea original de Zaphod inspirada por Franc. En él se postearán los logros, anécdotas, biografías y curiosidades sobre grandes genios de la historia.

Se trata de tener un hilo interesante, lleno de datos cuiriosos que inviten a leerlo y conocer a estos personajes.

IMPORTANTE
=========

NO POSTEAR PERSONAJE SI NO TE TOCA
hay que pedir la vez en:
http://www.asociacionhubble.org/modules ... ic&t=20043

Cuando se postee un nuevo personaje se dejará que se comente el post durante unos días después de los cuales todos los mensajes por debajo de ese post se moverán a otro hilo denominado 'Comentarios a 'El Genio Más Grande II' + Nombre del Personaje. Por ejemplo:
Comentarios a 'El Genio Más Grande II' Newton

Todos pueden participar, tan solo hay que pedir la vez en el hilo de Comentarios a El Genio Más Grande II' (a secas) que hay abierto al respecto.
http://www.asociacionhubble.org/modules ... ic&t=20043

Cualquier duda preguntadla en el hilo de Comentarios no en este
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Zaphod
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Lenoir, Jean-Joseph Etienne

Mensajepor Zaphod » 22 Dic 2007, 09:59

Lenoir, Jean-Joseph Etienne (1822-1900).

Inventor francés de origen belga. Obtuvo su primera patente en 1847, a favor de un procedimiento para producir esmalte blanco. Más tarde (1851), mejoró el método electrolítico de revestimientos metálicos (galvanoplastia) que fueron aplicadas en la decoración de la Ópera de París. Entre 1855 y 1857 desarrolló una amasadora mecánica, un regulador para dinamo y un contador de agua, así como diversos sistemas de aplicación de la electricidad a los ferrocarriles (frenos, controles de marcha, señalización) y un método de platear vidrio.

En 1859 fabricó una máquina térmica de acción directa, que se alimentaba mediante una mezcla formada por gas de alumbrado y aire insuflado desde el exterior. La combustión era provocada por la chispa procedente de una bobina eléctrica. El motor, que funcionaba «mediante aire dilatado por la combustión de gases inflamados eléctricamente», se considera la primera versión práctica del motor de combustión interna. El modelo fue perfeccionado en 1863 para ajustarlo al ciclo de cuatro tiempos de Bean de Rochas.

Lenoir siguió innovando en los más variados sectores. Así, durante el sitio de París por las tropas prusianas en 1871, fue utilizado un aparato telegráfico de su invención que permitía transmitir escritos y dibujos.

comentarios:
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...en algun lugar alguien debería escribir que este mundo no es más que una enorme piedra redonda...(EUDLF)

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franc
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Cervantes

Mensajepor franc » 24 Dic 2007, 12:08

Miguel de Cervantes Saavedra



Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616)


Al avispado lector, le durará el relato, lo que el pez al gato, a los no tanto, note las comas, cuanto, al encontrar las formas, de los presentes datos.

Si bien sabemos, desde mediados del siglo XVIII, cuál fue la patria de Cervantes -Alcalá de Henares- así como el día en que fue bautizado -el 9 de octubre de 1547-, la fecha exacta de su nacimiento no se ha podido averiguar. Tan sólo se supone que podría haber sido el 29 de septiembre, día de San Miguel. En ese año desaparecen Francisco I en Francia, y Enrique VIII en Inglaterra.

En el ámbito propiamente peninsular cabe señalar, en ese mismo año, dos decisiones premonitorias de las actitudes características de la España filipina: la promulgación del primero de los Índices inquisitoriales prohibiendo los libros sediciosos, y, votada por el cabildo de la catedral de Toledo, la adopción de los primeros Estatutos de limpieza de sangre.

En este contexto de repliegue, la ascendencia del escritor ha sido y sigue siendo tema muy controvertido. Aunque se le tenga por cristiano viejo en el informe preparado a instancias suyas a su regreso de Argel, nunca presentó la prueba tangible de su limpieza de sangre. Es cierto que su abuelo paterno, el licenciado Juan de Cervantes, fue abogado y familiar de la Inquisición, pero la mujer de éste, Leonor de Torreblanca, pertenecía a una familia de médicos cordobeses y, como tal, bien pudo tener alguna «raza» de confeso. En cuanto a Rodrigo, el padre de Miguel, se casa hacia 1542 con Leonor de Cortinas, perteneciente a una familia de campesinos oriundos de Castilla la Vieja; pero su modesto oficio de cirujano itinerante, así como sus constantes vagabundeos por la península, durante los años de infancia de sus hijos, no han dejado de suscitar sospechas, llevando a Américo Castro a considerarlo como converso, mientras que otros cervantistas se negaban a admitir semejante hipótesis. Así y todo, no debe exagerarse la trascendencia de esta controversia: caso de probarse algún día que Cervantes descendiera de cristianos nuevos, este descubrimiento dejaría intacto todo lo que media -y hay un abismo- entre su visión del mundo y la de un Mateo Alemán, contemporáneo suyo, y del que se sabe a ciencia cierta que lo era. El que el símbolo mismo del genio universal de España fuese un hombre obligado a callar sus orígenes, quizás ilumine tal o cual aspecto de su universo mental, pero nunca nos entregará la clave de su creación.

Pasó su adolescencia en varias ciudades españolas (Madrid, Sevilla) y con poco más de veinte años se fue a Roma al servicio del cardenal Acquaviva. Recorrió Italia, y se enroló en la Armada española.
Participó con heroísmo en la batalla de Lepanto, donde comienza el declive del poderío turco en el Mediterráneo. Allí Cervantes resultó herido y perdió el movimiento del brazo izquierdo, por lo que fue llamado el Manco de Lepanto. En 1575, cuando regresaba a España, los corsarios le apresaron y llevaron a Argel, donde sufrió cinco años de cautiverio (1575-1580).

Liberado por los frailes trinitarios, arruinada su familia y también su carrera militar, intenta sobresalir en las letras. Publica La Galatea y lucha, sin éxito, por destacar en el teatro. Sin medios para vivir, marcha a Sevilla como comisario de abastos para la Armada Invencible y recaudador de impuestos.

En la prosa narrativa, Cervantes empezó escribiendo una novela pastoril que fue su primer libro publicado, con el título de Primera parte de La Galatea (1585). Como en otras novelas de su género, los personajes son pastores convencionales que cuentan sus penas amorosas y expresan sus sentimientos en una naturaleza idealizada.

Entre 1590 y 1612 Cervantes fue escribiendo una serie de novelas cortas que, después del reconocimiento obtenido con la primera parte del Quijote en 1605, acabaría reuniendo en 1613 en la colección de Novelas ejemplares.

Es posible que Cervantes empezara a escribir el Quijote en alguno de sus periodos carcelarios a finales del siglo XVI. Sin embargo, casi nada se sabe con certeza. En el verano de 1604 estaba terminada la primera parte, que apareció publicada a comienzos de 1605 con el título de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. En 1614 aparecía en Tarragona la continuación apócrifa escrita por alguien oculto en el seudónimo de Alonso Fernández de Avellaneda, quien acumuló en el prólogo insultos contra Cervantes. Por entonces éste llevaba muy avanzada la segunda parte de su inmortal novela. En 1617 las dos partes se publicaron juntas en Barcelona.

Prólogo al quijote de 1615 :

“Lo que no he podido dejar de sentir es que me note de viejo y de manco, como si hubiera sido en mi mano haber detenido el tiempo, que no pasase por mí, o si mi manquedad hubiera nacido en alguna taberna, sino en la más alta ocasión que vieron los siglos pasados, los presentes, ni esperan ver los venideros. Si mis heridas no resplandecen en los ojos de quien las mira, son estimadas, a lo menos, en la estimación de los que saben dónde se cobraron; que el soldado más bien parece muerto en la batalla que libre en la fuga; y es esto en mí de manera, que si ahora me propusieran y facilitaran un imposible, quisiera antes haberme hallado en aquella facción prodigiosa que sano ahora de mis heridas sin haberme hallado en ella”

Cervantes escribió un libro divertido, rebosante de comicidad y humor, con el ideal clásico del prodesse et delectare, instruir y deleitar. Cervantes afirmó varias veces que su primera intención era mostrar a los lectores de la época los disparates de las novelas de caballerías. En efecto, el Quijote ofrece una parodia de las disparatadas invenciones de tales obras. Pero significa mucho más que una invectiva contra los libros de caballería.

Muchos componentes del Quijote obedecen a su condición de novela concebida como un juego. Su construcción se sustenta en el artificio narrativo del manuscrito encontrado. Este procedimiento es parodia del mismo recurso empleado en los libros de caballerías. Pero Cervantes va mucho más allá, adueñándose de la máxima libertad artística que un autor haya logrado jamás.

Semejante juego narrativo resulta enriquecido por el perspectivismo y el relativismo, que se manifiestan en toda la novela, ya en la variedad de nombres que se atribuyen al hidalgo manchego: Quijada, Quesada, Quejana, Quijana y Alonso Quijano. Dentro de esa diversidad, es interesante señalar que la palabra “quijote” designa la parte de la armadura que cubre el muslo. El elemento paródico y la ironía actúan una vez más para caricaturizar la figura del caballero que, gracias a una sinécdoque (véase Figuras retóricas), aparece identificado con una parte (la privación, la pérdida) y no mediante un rasgo totalizador. También existe sinécdoque en el apellido con el que se identifica al escudero. Perspectivismo y relativismo aparecen también en la forma de muchos nombres comunes, como el neologismo “baciyelmo”, que resuelve una cuestión sin excluir ninguna perspectiva. En esto se revela la comprensión cervantina ante todo lo humano. Y la misma libertad que Cervantes reclamó para sí como creador se la concedió en idéntico grado a don Quijote. El comienzo de la novela es bien conocido: 'En un lugar de La Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo vivía un hidalgo'. Con estas palabras Cervantes destaca que los hechos que va a contar no ocurrieron en tierras lejanas, como las historias de la caballería andante, sino muy cerca, en La Mancha, ni tampoco en tiempos remotos, sino ayer mismo. Se han dado muchas explicaciones a este comienzo de la novela: un octosílabo de un romance anónimo, negativa a decir el nombre del pueblo natal de don Quijote por deseo de incluir a toda La Mancha, comienzo característico de los cuentos populares, rechazo del autor al pueblo donde supuestamente estuvo preso y comenzó la novela. Sin negar estas razones Leo Spitzer y Avalle-Arce explican el comienzo del Quijote como una defensa de la libertad del creador y del personaje con repercusiones fundamentales en la evolución literaria. La literatura anterior a Cervantes se regía por unas convenciones restrictivas. En aquellos modelos tradicionales la cuna del héroe determinaba su vida futura. Amadís era hijo de reyes, nació en Gaula y estaba llamado a ser héroe. Lazarillo nació en el Tormes, era hijo de padres viles y será un antihéroe. En cambio Cervantes no especifica la cuna, ni la genealogía, ni el nombre exacto de don Quijote para que pueda caminar libre de todo determinismo, creando su propia realidad. Por eso a partir del Quijote la vida del personaje literario será más libre. Porque, como señala Carlos Fuentes, Cervantes ha puesto a dialogar a Amadís de Gaula con Lazarillo de Tormes y en el proceso ha disuelto para siempre la interpretación unívoca del mundo.

Por la riqueza y complejidad de su contenido y de su estructura y técnica narrativa, la más grande novela de todos los tiempos admite muchos niveles de lectura, e interpretaciones tan diversas como considerarla una obra de humor, una burla del idealismo humano, una destilación de amarga ironía, un canto a la libertad o muchas más.

Entre otras aportaciones más, el Quijote ofrece asimismo un panorama de la sociedad española en su transición de los siglos XVI al XVII, con personajes de todas las clases sociales, representación de las más variadas profesiones y oficios, muestras de costumbres y creencias populares. Sus dos personajes centrales, don Quijote y Sancho, constituyen una síntesis poética del ser humano. Sancho representa el apego a los valores materiales, mientras que don Quijote ejemplifica la entrega a la defensa de un ideal libremente asumido. Mas no son dos figuras contrarias, sino más bien complementarias, que muestran la complejidad de la persona, materialista e idealista a la vez.

De todo ello se desprende que el Quijote es una magna síntesis de vida y literatura, de vida vivida y vida soñada, como explica E. C. Riley; una genial integración de realismo y fantasía y una insuperable manifestación de las dificultades de novelar las complejas relaciones humanas desde múltiples perspectivas abarcadoras de la realidad siempre escurridiza.

Todo lo humano es relativo. Ésta es la base de la generosa comprensión cervantina, que evita los dogmatismos y huye de simplificaciones. He aquí la agudeza del neologismo “baciyelmo”, creado por Sancho Panza para zanjar la disputa entre don Quijote, convencido de que se trata del yelmo de Mambrino, y los demás, que ven una bacía de barbero.

Establecido a orillas del Guadalquivir, parece verse a un hombre cansado de los continuos viajes. Antes de decidirse a volver a Esquivias con su esposa, o a Madrid con su hermana, Miguel escribirá una demanda al Consejo de Indias solicitando algún oficio en aquel destino. Será en esta diligencia donde firme por primera vez con el segundo apellido, Saavedra, sacado de sus antepasados, y que utilizará para dar nombre a varios personajes de sus obras. La negativa a la petición realizada será tajante: <<busque por acá, en qué se le haga merced>>.

Se le acusa de malversación de fondos. El juez encargado del caso establecerá la deuda en los primeros dos millones y medio, de los cuales realmente sólo una pequeña parte había pendiente. Así, Miguel ingresará en la Prisión Real de Sevilla, que además de ser la ciudad más poblada de la época en el reino, era también la que mayor número de delincuentes y personas de mal vivir acogía.

En este entorno, Miguel nos presentará una visión del hampa sevillana que tiene mucho de realista. Gracias a su capacidad de jugar con lo real transfigurandolo, en vez de copiarlo, y de sus experiencias vividas, crea una picaresca de rufianes y bravucones totalmente creible. Su estancia transcurrió entre dormitorios comunes y malas comidas. A diferencia de su cautiverio en Argel, donde debía conseguir la recompensa, aquí se trataba sencillamente de hacer justicia. Con este fin remitirá carta a Felipe II explicándole las circunstancias de su condena. A finales de 1597, el juez recibirá la favorable contestación de Felipe II, ante lo que Miguel obtiene la libertad.

La brevedad de su detención no ha impedido suponer que aquí se gestarán los esbozos de los que sería obra maestra de la literatura y consagración de nuestro protagonista, aunque no se ha podido demostrar. Durante 1598, permanecerá en Sevilla viviendo no sin apuros económicos. En ese mismo año, Felipe II fallecerá. Se le adjudica a Miguel en estas fechas la creación de un soneto irónico referente a la defensa de Andalucía, por parte de la Armada Invencible, ante el saqueo de Cádiz realizado por la flota inglesa.

Tras diez años de vaivenes y cuando la peste negra amenaza Andalucía, durante el verano del año 1600, Cervantes partirá rumbo a Toledo. Cargado de experiencias, sabrá aprovecharlas para constituirse más adelante como ilustre de la literatura universal.

En Valladolid, la relación entre Lope y Cervantes empieza siendo buena, mas las veladas críticas de este último en su última obra, el Quijote, tanto al género al uso como a su autor más insigne, harán que en 1604, cuando aún no ha sido publicada la gran novela cervantina, Lope escriba una crítica descarnada y directa contra el Quijote y su autor.

Esto nos sirve como muestra de la gran expectación que había provocado esta nueva novela de caballerías. Por fin, en los primeros días de enero del año 1605 verá la luz la obra maestra: El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha.

En tres meses, la novela será la más vendida de todos los tiempos. El ingenioso hidalgo comenzará a ser conocido no sólo en la península, sino que en poco tiempo también se empiezan a realizar los primeros envíos, desde Sevilla, a Sudamérica.

Aun siendo una época en que el analfabetismo es muy acusado, no será impedimento para que, rápidamente, don Quijote y Sancho Panza alcancen insospechadas cotas de popularidad.

Con sus convicciones teatrales ya obsoletas y tras decidir escribir las obras para ser leídas y no representadas, tendrá, en el verano de 1615, que vendérselas al librero Juan de Villarroel. En septiembre, sale publicada la obra Ocho comedias y ocho entremeses nunca representados. La novedad llevó a la indiferencia, y la ruptura con el teatro habitual no encontró su sitio. Sólo los entremeses fueron algo mencionados, aunque no por la profundidad que Miguel imprimió a los personajes, sino como obras menores cuyo objeto era divertir. Él mismo evocaría, no sin nostalgia y decepción, aquellos tiempos en el prólogo a Ocho comedias y ocho entremeses, ya en 1615:

“Y esto es verdad que no se me puede contradecir, y aquí entra el salir yo de los límites de mi llaneza: que se vieron en los teatros de Madrid representar Los tratos de Argel, que yo compuse; La destruición de Numancia y La batalla naval, donde me atreví a reducir las comedias a tres jornadas, de cinco que tenían; mostré, o, por mejor decir, fui el primero que representase las imaginaciones y los pensamientos escondidos del alma, sacando figuras morales al teatro, con general y gustoso aplauso de los oyentes; compuse en este tiempo hasta veinte comedias o treinta, que todas ellas se recitaron sin que se les ofreciese ofrenda de pepinos ni de otra cosa arrojadiza; corrieron su carrera sin silbos, gritas ni barahúndas. Tuve otras cosas en que ocuparme; dejé la pluma y las comedias, y entró luego el monstruo de naturaleza, el gran Lope de Vega, y alzóse con la monarquía cómica; avasalló y puso debajo de su juridición a todos los farsantes; llenó el mundo de comedias propias, felices y bien razonadas, y tantas, que pasan de diez mil pliegos los que tiene escritos, y todas (que es una de las mayores cosas que puede decirse) las ha visto representar, o oído decir, por lo menos, que se han representado; y si algunos, que hay muchos, han querido entrar a la parte y gloria de sus trabajos, todos juntos no llegan en lo que han escrito a la mitad de lo que él sólo”

“Algunos años ha que volví yo a mi antigua ociosidad, y, pensando que aún duraban los siglos donde corrían mis alabanzas, volví a componer algunas comedias, pero no hallé pájaros en los nidos de antaño; quiero decir que no hallé autor que me las pidiese, puesto que sabían que las tenía; y así, las arrinconé en un cofre y las consagré y condené al perpetuo silencio. En esta sazón me dijo un librero que él me las comprara si un autor de título no le hubiera dicho que de mi prosa se podía esperar mucho, pero que del verso, nada; y, si va a decir la verdad, cierto que me dio pesadumbre el oírlo, y dije entre mí: «O yo me he mudado en otro, o los tiempos se han mejorado mucho; sucediendo siempre al revés, pues siempre se alaban los pasados tiempos». Torné a pasar los ojos por mis comedias, y por algunos entremeses míos que con ellas estaban arrinconados, y vi no ser tan malas ni tan malos que no mereciesen salir de las tinieblas del ingenio de aquel autor a la luz de otros autores menos escrupulosos y más entendidos. Aburríme y vendíselas al tal librero, que las ha puesto en la estampa como aquí te las ofrece”

Las reticencias de Cervantes ante la comedia lopesca nos permiten entender el rechazo que, desde su regreso a Madrid, recibió de los profesionales del gremio -los todopoderosos «autores de comedias»

Lope de Vega , con su fecundidad y su invención, se ha convertido en el ídolo del vulgo y de los discretos. Atento a guiar la demanda del público, en vez de limitarse a responder a ella día a día, el Fénix vigila ahora la publicación de sus comedias, reunidas en Partes, mientras acaba de ofrecer a la Academia de Madrid las primicias de su Arte nuevo de hacer comedias, compuesto entre 1605 y 1608, donde declara «hablar en necio» para enunciar y defender sus innovaciones, subrayando la eficacia de su fórmula. En 1605, Miguel, por boca del Canónigo y del Cura del Quijote, le había reprochado, aunque sin nombrarlo, sus complacencias y su facilidad, dedicando unas frases agridulces a «un felicísimo ingenio de estos reinos, cuyas comedias, por querer acomodarse al gusto de los representantes, no han llegado todas, como han llegado algunas, al punto de la perfección que requieren». Ahora, a juzgar por lo que se nos dice al principio de la segunda jornada del Rufián dichoso, parece admitir que «los tiempos mudan las cosas y perfeccionan las artes». Pero no cabe exagerar el alcance del cambio operado, puesto que «añadir a lo inventado no es dificultad notable». Y, a la hora de reconocer, al final de su vida, la manera como Lope supo avasallar y poner «debajo de su jurisdicción a todos los farsantes», la monarquía ejercida por el Fénix se le aparece como la de un hábil negociante y el éxito de su repertorio no tiene, según él, más explicación que su perfecta adecuación con el gusto reinante.

Desde luego que el teatro cervantino sufrió la incomprensión de sus coetáneos y aún hoy está a la espera de que los recursos modernos faciliten su puesta en escena.

Con una rapidez inusitada, teniendo en cuenta la creación y publicación de otras obras en ese mismo periodo, terminará de escribir los setenta y dos capítulos de que consta la segunda parte en el breve plazo de cuatro años. Lamentablemente será en septiembre de 1614 cuando bajo la autoría del licenciado Alonso Fernández de Avellaneda, hasta ese momento desconocido en los círculos literarios, salga editada la obra, Segundo tomo del ingenioso hidalgo Don Quixote de la Mancha.

Todas las incorrecciones de este volumen delataban al autor, del que, por otro lado, nunca se supo ni se ha podido asegurar, si firmaba bajo seudónimo o si verdaderamente había existido. Desde luego, sí quedó clara su intención de vilipendiar a Miguel, que tuvo que sufrir insultos y ofensas personales "en su propia obra".

Francisco de Robles confiará la labor de impresión a Juan de la Cuesta y ya, a finales de noviembre, está publicada la Segunda Parte del Ingenioso Cavallero Don Quixote de la Mancha por Miguel de Cervantes Saavedra, autor de su primera parte. Esta segunda parte tan esperada volvió a confirmar las expectativas de los lectores. La tercera y última salida del aventurero, que así reconoce Cervantes, no hace sino llevar a la perfección toda la obra y convertirla en pieza maestra de la literatura universal.

El secreto de Miguel para evitar el estancamiento de unos personajes archiconocidos, no es otro que enfrentarlos con la imagen ya formada en los lectores. Todo se condensará en la característica comicidad cervantina que hace cómplice al espectador. La muerte del protagonista llevará a la eternidad a este ingenioso hidalgo: don Quijote de la Mancha.

Finalmente, el Persiles fue tal vez el libro más querido de la fantasía de Cervantes, quien ya no tuvo tiempo para hacer las últimas correcciones en un texto no del todo acabado y se puso a escribir el prólogo tres días antes de morir. Viejo y cansado de tanta experiencia amarga, Cervantes lo sublima todo refugiándose en el mundo fantástico inventado por él. Acude a la novela bizantina y renueva sus técnicas con el fin de superar el género y crear una gran epopeya cristiana en prosa. De este modo, Cervantes ocupó hasta sus últimos días la vanguardia narrativa de su tiempo, acercando la novela a la poesía, a la vez que con esta idealizada novela de aventuras construye una hermosa ficción llena de modernidad y cosmopolitismo.

La novela cuenta la peregrinación de Persiles y Sigismunda desde el norte de Europa hasta Roma. El viaje se enriquece con la diversidad de lugares recorridos, desde la geografía nórdica de la mítica isla Bárbara, Islandia, Noruega, Irlanda y Dinamarca, hasta las tierras ya conocidas de Portugal, España, Francia e Italia. Su complejidad aumenta con la constante aparición de nuevos personajes en el recorrido y con la interpolación de historias particulares en la peripecia de los amantes protagonistas. Y el interés y la intriga de la trama se intensifican por acumulación de arriesgadas navegaciones, naufragios, piraterías, desafíos, batallas, cautiverios, fugas, raptos, encuentros, separaciones y aventuras de toda índole.

Ya cercana su muerte, la hidropesía y la cirrosis de hígado que padece, están consumiendo su existencia, aunque parece ser que su muerte fue debida a una diabetes, en aquellos tiempos incurable. El dieciocho de abril le serán administrados los últimos sacramentos y dos días después dictará lo que sería el prólogo del Persiles.

El veintidós de abril de 1616 Miguel de Cervantes Saavedra fallece. Su esposa será nombrada ejecutora testamentaria y se encargarán diez misas por el descanso de su alma. Será enterrado en el convento de los Trinitarios. Más adelante, morirán también su sobrina Constanza (1622), y su mujer, Catalina de Salazar (1626). Su hija Isabel, fruto de las relaciones con una mujer casada, (Ana de Villafranca, esposa de un tabernero) vivirá hasta 1652. Sin relaciones con su hija, sabemos de Isabel por las acciones judiciales ejercidas contra su antiguo amante, Juan de Urbina, el cual será arrestado hasta cancelar una deuda que mantenía con ella.

Cervantes no dejó descendientes y su testamento se perdió. Sólo nos quedan sus obras puesto que, a finales del siglo XVII, sus restos fueron dispersados debido a la remodelación del convento que los albergaba. Así muere el padre de la novela moderna, escritor y hombre, que supo elegir el camino de las letras y consagrar sus obras a la posteridad. El humanismo de Cervantes, formado muy lejos del polvo de las bibliotecas, se fraguó en gran parte en la escuela de la vida y de la adversidad.

Si existe, que Dios tenga en la gloria, al más grande “Caballero Andante” de todos los tiempos: “Miguel de Cervantes Saavedra”

El famoso soneto al túmulo del rey Felipe II en Sevilla:

«¡Voto a Dios que me espanta esta grandeza
y que diera un doblón por describilla!;
porque, ¿a quién no suspende y maravilla
esta máquina insigne, esta braveza?

¡Por Jesucristo vivo, cada pieza
vale más que un millón, y que es mancilla
que esto no dure un siglo, ¡oh gran Sevilla,
Roma triunfante en ánimo y riqueza!

¡Apostaré que la ánima del muerto,
por gozar este sitio, hoy ha dejado
el cielo, de que goza eternamente!».

Esto oyó un valentón y dijo: «¡Es cierto
lo que dice voacé, seor soldado,
y quien dijere lo contrario miente!».

Y luego encontinente
caló el chapeo, requirió la espada,
miró al soslayo, fuese, y no hubo nada.

Otro poema en quintillas que se le atribuye, puntualiza con notable ironía el desastre financiero que ensombreció los últimos años del reinado:

«Quedar las arcas vacías / donde se encerraba el oro / que dicen que recogías, / nos muestra que tu tesoro / en el cielo lo escondías».

Ironía melancólica en el Viaje del Parnaso:

«Que no me han de escuchar estoy temiendo»,
le repliqué; «y así, el ir yo no importa,
puesto que en todo obedecer pretendo.

Que no sé quién me dice y quién me exhorta
que tienen para mí, a lo que imagino,
la voluntad, como la vista, corta.

Que si esto así no fuera, este camino
con tan pobre recámara no hiciera,
ni diera en un tan hondo desatino.

Pues si alguna promesa se cumpliera
de aquellas muchas que al partir me hicieron,
lléveme Dios si entrara en tu galera.

Mucho esperé, si mucho prometieron,
mas podía ser que ocupaciones nuevas
les obligue a olvidar lo que dijeron.

El prólogo de las Novelas ejemplares: obra de un escritor cuyo rostro, en su vida, no inspiró a ningún pintor, pero que se complace en bosquejar un admirable autorretrato:

“Éste que veis aquí, de rostro aguileño, de cabello castaño, frente lisa y desembarazada, de alegres ojos y de nariz corva, aunque bien proporcionada; las barbas de plata, que no ha veinte años que fueron de oro, los bigotes grandes, la boca pequeña, los dientes ni menudos ni crecidos, porque no tiene sino seis [...]; el cuerpo entre dos extremos, ni grande, ni pequeño, la color viva, antes blanca que morena; algo cargado de espaldas y no muy ligero de pies; éste digo que es el rostro del autor de La Galatea y de Don Quijote de la Mancha [...]. Llámase comúnmente Miguel de Cervantes Saavedra. Fue soldado muchos años, y cinco y medio cautivo, donde aprendió a tener paciencia en las adversidades. Perdió en la batalla naval de Lepanto la mano izquierda de un arcabuzazo; herida que, aunque parece fea, él la tiene por hermosa por haberla cobrado en la más memorable y alta ocasión que vieron los pasados siglos ni esperan ver los venideros”

Cervantes reivindica en este prólogo su primacía:

«Y más que me doy a entender, y es así -declara- que yo soy el primero que he novelado en lengua castellana, que las muchas novelas que en ella andan impresas, todas son traducidas de lenguas extranjeras, y éstas son mías propias, no imitadas ni hurtadas, y van creciendo en brazos de la estampa».

El prólogo de Avellaneda, atribuido por algunos a Lope de Vega, hirió profundamente a Cervantes, al invitarle a bajar los humos y mostrar mayor modestia, además de burlarse de su edad y acusarle, sobre todo, de tener «más lengua que manos», concluyendo con la siguiente advertencia:

«Conténtese con su Galatea y comedias en prosa, que eso son las más de sus Novelas: no nos canse».

Y yo te digo a ti Lope, llamado el Fenix de los grandes: “que aquél que a ti cansaba, es leído en todo el mundo, y su nombre de gran fama, que escribía con el alma, lo que tú con la cabeza. Uno para la plebe, otro en su riqueza. Tú fuiste pagado, él, por no aceptado, no tiene precio en su grandeza”. (Es mío)

Bueno, es mi pequeño homenaje a este “ gran hombre” .

Capitulo XII, Una pequeña referencia al sol, la luna y los eclipses
Capítulo 11-20


«Principalmente, decían que sabía la ciencia de las estrellas, y de lo que pasan, allá en el cielo, el sol y la luna; porque puntualmente nos decía el cris del sol y de la luna.» Eclipse se llama, amigo, que no cris, el escurecerse esos dos luminares mayores dijo don Quijote. Mas Pedro, no reparando en niñerías, prosiguió su cuento diciendo: «Asimesmo adevinaba cuándo había de ser el año abundante o estil.» Estéril queréis decir, amigo dijo don Quijote. Estéril o estil respondió Pedro, todo se sale allá. «Y digo que con esto que decía se hicieron su padre y sus amigos, que le daban crédito, muy ricos, porque hacían lo que él les aconsejaba, diciéndoles: ''Sembrad este año cebada, no trigo; en éste podéis sembrar garbanzos y no cebada; el que viene será de guilla de aceite; los tres siguientes no se cogerá gota''.» Esa ciencia se llama astrología dijo don Quijote. No sé yo cómo se llama replicó Pedro, mas sé que todo esto sabía, y aún más.

Fuentes: Entre otras, Jean Canavaggio.

Saludos. ¡Feliz Noche! 24 Diciembre 2007

Comentarios:
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Ubi dubium ibi libertas:
Donde hay duda, hay libertad.

Preserva tu derecho a pensar,
puesto que incluso pensar erróneamente,
es mejor que no hacerlo en absoluto.

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HIPATIA

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Mensajepor m3ntol » 31 Dic 2007, 14:37

Hola,
he elegido a un personaje de los que demuestra que 'genio, se nace' se trata del matemático indú Srinivasa Ramanujan.

Ramanujan a penas recibió una formación adecuada. A los 5 años comenzó la escuela y, viendo sus profesores su talento natural, recibió una beca a los 7 para ir al colegio de Kumbakonam.

De su estancia en el colegio decían: "Se divertía entreteniendo a sus amigos con teoremas y fórmulas, recitando la lista completa de las raíces sánscritas y repitiendo los valores de pi y de la raíz cuadrada de dos con cualquier número de cifras decimales".

Cuando tenía 15 años cayó en sus manos el libro Synopsis of Pure Mathematics, de Carr. Inmediatamente se puso a demostrar sus fórmulas. Cada solución era un auténtico trabajo de investigación original, ya que carecía de cualquier tipo de ayuda.

"Primero ideó métodos para construir cuadrados mágicos. Después se dedicó a la geometría, donde trató la cuadratura del círculo y llegó incluso a establecer un valor de la longitud del círculo ecuatorial de la tierra, que difería del verdadero sólo por unos pocos pies. Dirigió su atención al álgebra porque encontraba limitado el campo de la geometría. Ramanujan solía decir que la diosa de Namakkal le inspiraba las fórmulas en sueños. Es notable el hecho de que, al levantarse de la cama, escribía resultados y los comprobaba, aunque no siempre era capaz de dar una demostración rigurosa. Este proceso se repitió durante toda su vida".
James R. Newmao


Recibió una beca para continuar los estudios, pero Ramanujan solo se interesaba en las matemáticas y suspendió las otras materias por lo que no renovó la beca. Durante varios años se dedicó independientemente a la investigación matemática pero en 1909 se casó y hubo de trabajar para mantenber a su familia.

Publicó varios trabajos en revistas especializadas y en 1913 escribe una carta al Trinity College de Cambridge en la que mustra unos 120 teoremas solicita ayuda para seguir sus investigaciones.

Hardy, matemático que recibió la misiva comento al respecto:
"... Nunca había visto antes nada, ni siquiera parecido a ellas. Una hojeada es suficiente para comprender que solamente podían ser escritas por un matemático de la más alta categoría. Tenían que ser ciertas, porque, si no lo fueran, nadie habría tenido suficiente imaginación para inventarlas. Por último..., el autor tenía que ser enteramente sincero, ya que son más frecuentes los matemáticos eminentes que los ladrones o charlatanes de destreza tan increíble...

Inmediatamente le asignaron una beca de 250 libras (50 para mantener a su familia en la India y le pagaron un viaje a Inglaterra donde tratarían de explotar su genio.

Hardy, de nuevo comentaba:

"Había un gran rompecabezas. ¿Qué método debía seguirse para enseñarle matemáticas modernas?. Las limitaciones de su conocimiento eran tan asombrosas como su profundidad. Era un hombre que podía trabajar con ecuaciones modulares y teoremas de multiplicación compleja, con medios desconocidos... Pero nunca había oído hablar de una función doblemente periódica o del teorema de Cauchy ni tenía la más remota idea de lo que era una función de variable compleja. Describía nebulosamente su concepto acerca de lo que constituía una demostración matemática. Había obtenido todos sus resultados, nuevos o viejos, verdaderos o falsos, por un proceso mixto de demostración, intuición e inducción, del cual era completamente incapaz de dar cualquier razón coherente.

Era imposible pedir a este hombre que se sometiera a una instrucción matemática, que intentara aprender de nuevo matemáticas desde el principio. Temía además que, si yo insistía indebidamente en materias que Ramanujan consideraba fastidiosas, podía destrozar su confianza o romper el encanto de su inspiración. Por otra parte, había cosas que era necesario que aprendiera. Algunos de sus resultados eran equivocados, en particular los que se referían a la distribución de números primos, a los que daba la mayor importancia... Así yo tenía que intentar enseñarle y en cierto modo lo logré, aunque, obviamente, yo aprendí de él mucho más de lo que él aprendió de mí..."

"Tenía, por supuesto, una memoria extraordinaria. Podía recordar las características de los diferentes números de una manera casi misteriosa. Creo que fue Mr. Littlewood quien señaló que "cada entero positivo era uno de sus amigos personales". Recuerdo una vez que fui a verle cuando yacía enfermo en Putney. Yo había viajado en el taxi número 1729 y observé que el número me parecía más bien insípido y esperaba que no le fuera de mal agüero. "No", contestó, "es un número muy interesante. Es el número más pequeño expresable como suma de dos cubos de dos maneras diferentes"

1729 = 10^3 + 9^3 1729 = 12^3 + 1^3

Le pregunté, naturalmente, si conocía la respuesta al problema correspondiente para la cuarta potencia y él replicó, después de un momento de reflexión, que el ejemplo no era obvio y que el primero de tales números debía ser muy grande".


En 1919 volvió a la INdia donde murió al año siguiente. Considerado uno de los grandes matemáticos de todos los tiempos, con Euler, Gauss..., nos dejó unos 4000 teoremas, a pesar de su corta vida.

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Mensajepor inavarro88 » 05 Ene 2008, 15:19

Johann Carl Friedrich Gauss (30 de abril de 1777 – 23 de febrero de 1855) Matemático, astrónomo y físico alemán.

Se me hace muy muy difícil resumir en parte la obra de este caballero, por lo que citaré solo algunas de sus aportaciones, sin orden cronológico alguno. Abarcar su obra es como intentar abrazar a una secuoya :wink:

Se le conoce como el Príncipe de las Matemáticas, no en vano ha sido uno de los mayores genios e impulsores de esta rama que jamás ha habido. Realmente es uno de los mayores genios que ha dado la humanidad. Ya desde pequeño demostró sus aptitudes para la matemática, corrigiendo de cabeza y con solo 3 años un cálculo que estaba realizando su padre; esto es más sorprendente si cabe si tenemos en cuenta que nadie le había enseñado ni a sumar ni siquiera los números... Es famosa también la anécdota siguiente
"A los nueve años Gauss asiste a su primera clase de Aritmética. Büttner propone a su centenar de pupilos un problema terrible: calcular la suma de los cien primeros números. Nada más terminar de proponer el problema, el jovencito Gauss traza un número en su pizarrín y lo deposita en la mesa del maestro exclamando: “Ligget se!” (¡Ahí está!). Había escrito 5.050. La respuesta correcta.

Ante los ojos atónitos de Büttner y del resto de sus compañeros, Gauss había aplicado, por supuesto sin saberlo, el algoritmo de la suma de los términos de una progresión aritmética. Se había dado cuenta de que la suma de la primera y la última cifra daba el mismo resultado que la suma de la segunda y la penúltima, etc., es decir: 1+ 100 = 2 + 99 = 3 + 98 = ... = 101

Como hay 50 parejas de números de esta forma el resultado se obtendrá multiplicando 101 . 50 = 5.050"


Sus aportaciones a la matemática van desde la geometría hasta el análisis numérico, pasando por la aritmética, el análisis matemático...

Fue el primero en demostrar rigurosamente el Teorema Fundamental del Álgebra, ideó el método de los mínimos cuadrados, demuestra, entre otros, el pequeño teorema de Fermat...

A parte de la matemática, se interesa por la física donde hace avanzar notablemente campos como la óptica (óptica geométrica, aproximaión gaussiana...) el electromagnetismo (en concreto una de las ecuaciones de Maxwell es fruto de su trabajo) y por supuesto muestra interés también en la Astronomía, no en vano, es nombrado director del Observatorio de Göttingen.

Muere a los 77 dejando tras de sí la que es probablemente (y con perdón de Euler y tantos otros) la mayor obra matemática jamás llevada a cabo.

No dejen de pasarse por esta web
http://platea.pntic.mec.es/aperez4/html ... 0Gauss.htm
donde encontrarán de manera detallada su obra general.´

En definitiva, un genio.

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Mensajepor JCS » 05 Feb 2008, 21:29

DEMÓCRITO DE ABDERA


Pues vale. Ejem… Queridos contertulios (aplausos): como adelanté en mi solicitud de turno (más aplausos) para este hilo magnífico (salva enloquecida de aplausos de..pongamos unos quince minutos y medio. Bueno, vale quince minutos solamente) voy a romper una lanza por la Historia de la Filosofía, una materia a menudo ignorada (hasta en los programas académicos) y, que sin embargo ha sentado las bases del pensamiento occidental y, como no, de su desarrollo científico (me estoy refiriendo, claro está, a la filosofía clásica, griega y romana). No olvidemos que Isaac Newton resumió todo su saber en la obra”Philosophiae naturalis principia matemática”.

Entre todos los grandes filósofos de la Grecia antigua siempre me ha impresionado uno de los “menos grandes” y es de el de quien voy a hablar un poco.

Demócrito de Abdera (o Abderea), una “polis” de la región de Macedonia Occidental, en la costa de Tracia, nació en el año 460 a de JC y pertenece al grupo de Filósofos Presocráticos (anteriores a Sócrates, claro está) entre los que también se incluyen Tales de Mileto, Anáximenes, Anaximandro, Pitágoras y muchos más que crearon distintas escuelas de pensamiento pero que, acaso, coincidieron en el recurso de intentar explicar el universo sin recurrir a mitos o leyendas, sino a través de la razón.

Demócrito, además de longevo (se cree que vivió más de cien años) fue un escritor prolífico e incansable a quien se le atribuyen más de setenta obras que abordan temas dispares como ética, geometría, música, matemáticas o física.

Es el fundador de la escuela atomista ya esbozada por su maestro Leucipo:

"Algunos filósofos antiguos creyeron que lo que es debe ser necesariamente uno e inmóvil, ya que siendo el vacío no-ente no podría existir el movimiento sin un vacío separado (de la materia) ni existir ni existir una pluralidad de cosas sin algo que las separe. [...] Pero Leucipo creyó tener una teoría que concordando con la percepción de los sentidos no hacía desaparecer el nacimiento, la corrupción, el movimiento ni la pluralidad de seres". (Aristóteles, "Sobre la generación y la corrupción", I,8,325a)

Su pensamiento se podría resumir en la existencia de unos elementos materiales originarios infinitamente pequeños y, por tanto imperceptibles para los sentidos, a los que llamó Átomos (indivisibles). Estos átomos existen en el vacío (otro concepto, el no ser, innovador) y sometidos a un movimiento que les es consustancial. Los átomos se mueven, chocan entre sí y provocan su agregación dando lugar a otros objetos (parece que el muchacho era aficionado a la física de partículas).


Aunque los átomos no poseen diferencias cualitativas (¡mecáchis! aquí se coló), si las presentan en cuanto a su forma, orden y posición (le hizo parte del trabajo a Mendeleiev). Afirmaba que los átomos podían diferenciarse entre ellos por su forma, del mismo modo que la A es distinta de la N; o pueden diferir por el orden que ocupan, no siendo lo mismo AN que NA; o por la posición, de modo que, aun poseyendo la misma forma, la Z se diferencia de la N (si giramos la Z noventa grados a la derecha tenemos la N). Lo de los isómeros y el esbozo de spin me parece demasiado.

A nadie le extrañará que su pensamiento haya ejercido una gran influencia en el Renacimiento y en el desarrollo de la ciencia moderna.


Para terminar os dejo unas citas suyas (o atribuidas) que también dicen mucho:

"La naturaleza se basta a sí misma; por esto vence con lo menos y con lo seguro, las demasías de la esperanza."

“Nada existe excepto átomos y espacio vacío; todo lo demás son opiniones.”

Y esta perla:
Todo lo que existe en el universo es fruto del azar y de la necesidad.
Parte de esta frase la utilizó el premio Nóbel Jacques Monod como título de un ensayo que publicó en 1970.


¿Cabe mayor clarividencia en alguien que vivió hace dos mil quinientos años?. Perdón por el extenso y, a veces empalagoso, “rollo”.

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