
Que las nubes no se terminen de ir, o que no tengas medios materiales para un buen guiado, no es motivo para abandonar la cámara de fotos.
Solo se necesita preparar un buen café cremoso, darle unas vueltas con la cucharilla, sacar un macro de la espuma y abrir el PhotoShop.
Un poquito de contraste, invertir la imagen, saturar, corregir el tono y ya disponemos de una bonita nebulosa.
Disculpad la broma... es que me aburría.
