Hace tiempo se inició un hilo en estos foros sobre si merecía o no la pena la visión binocular, sus pros y sus contras: viewtopic.php?f=14&t=57536&
Pues bien, tras muchas horas de observación ya puedo emitir un pequeño juicio de valor. En este caso escribo para comentaros mis experiencias con un cabezal binocular Mark V pero que pueden ser extrapolables a cualquier otro bino más modesto como los Maxbright, WO... Las observaciones están hechas con dos tubos, un refractor SW 120/600 y un Maksutov SW 180/2700 y como imaginaréis el tipo de observaciones también difieren bastante según el equipo empleado.
Refractor SW 120/600
Este equipo está orientado emientemente a grandes campos. En visión monocular y empleando un Nagler 22mm me da unos generosos 3º!! lo que es un campo enorme cuando apuntas a cualquier zona. Por ejemplo puedes meter M8 y M20 en el mismo campo, nunca lo había visto antes así. Pero bueno, la idea era emplearlo con el bino y a ser posible evitar tener que poner un glasspath que alargase la focal y como consecuencia me redujera el campo. Para tal fin tuve que modificar el teles acortando "físicamente" el tubo así como el empleo de una diagonal T2.

Al final no conseguí eliminar el uso del glasspath pero al menos pasé de un 2,6x inicial a un 1,25x lo que me da una focal resultante de 750mm que no está mal.
Para las observaciones empleo básicamente un Celestron Ultima 35mm junto con un Eudiascopic de 35mm. Aunque puedan parecer distintos, ópticamente son iguales. Pues bien, con sus casi 2,5º de campo me sigue dando unas vistas increíbles. La Luna vista a estos aumentos y con su efecto 3D es una maravilla. Además, aunque el tubo es un simple acromático, las imágenes están bastante bien contenidas en ese respecto y parece que el propio prisma "ayuda" a mejorarlo. Ya en cielo profundo, visiones como el Velo, el Pelícano, Norteamérica, el doble de Perseo... precioso. A veces uso un par de Panoptic 24mm para obtener un poco más de aumento pero la verdad es que tampoco lo echo en falta.
Respecto a si se pierde magnitud, la verdad es que quizás algo pero desde luego no es apreciable y lo que obtienes a cambio por la visión binocular (descanso de los ojos, mejor resolución, cierto efecto tridimensional...) creo que lo compensa con creces.
Maksutov SW 180/2700
Aquí la cosa es distinta. Por su configuración óptica el empleo del bino no precisa el uso de glasspath pero en contra el propio bino actua como una especie de barlow que alarga aún más la focal del tubo. En mi caso he calculado que de los 2700 pasa a unos 3600mm por lo que en un tubo de solo 180mm de apertura supone una relación focal bastante larga. Esto me obliga igualmente a emplear oculares de focal larga y es aquí donde los de 35mm siguen haciendo su juego. Estamos hablando en este caso de observación de cielo profundo, para planetas ya es otra cosa. En planetaria he obtenido imágenes muy buenas usando una pareja de Baader Classic Orthos de 10mm. Saturno estos días es un espectáculo al igual que la Luna. En cielo profundo nebulosas planetarias, globulares, galaxias brillantes... son buenos objetivos
Otro uso interesante que he descubierto es el empleo de filtros en solo uno de los oculares o bien un filtro distinto en cada uno de ellos. Se consiguen efectos muy curiosos cuando el cerebro intenta unir dos imágenes diferentes, dando lugar a una mucho más detallada. Es por ejemplo lo que he detectado al usar un filtro neodymiun en un ocular y nada en el otro. Es como en fotografía cuando apilas imágenes de distintos colores

En definitiva, para mí sin duda es el paso definitivo. Difícilmente volveré al uso monocular como forma principal de observación pues por lo que yo he podido percibir hasta ahora la merma en las imágenes es tan ínfima respecto al monocular que muchas veces es indetectable.
Saludos.