Todo observador experimentado sabe que el cenit es la región más complicada de observar siendo la que mejores imágenes proporciona. Las posturas siempre son complicadas y llegan a ser hasta dolorosas, no existiendo una solución acertada de las muchas que se han propuesto: desde las monturas de paralelogramo doble, hasta la observación hacia abajo usando espejos, pasando por la postura tumbada en una hamaca, pero que tritura los brazos. Al final, y casi siempre es así, las cervicales acaban protestando por cargar con el prismático colgado para evitar su posible caída, como por el esfuerzo continuado de forzarlas para levantar los objetivos hacia el cenit. Tampoco representan soluciones eficaces situar el instrumento sobre el bastón entre las rodillas que recomiendan algunos, o el uso de monopies.
Siendo un entusiasta de la observación con prismáticos ("friki"

según algún que otro conocido), estaba cansado de acabar con el cuello como si llevase un pedrusco colgando de él. Y la idea me vino por la práctica al realizar una noche un movimiento no pensado, calculado o imaginado antes. Estaba sentado en una silla corriente con brazos, similar a las que hay en las terrazas de las cafeterías, con los prismáticos montados en el trípode y con el cuello retorcido a 50 ó 60º mirando hacia arriba, con un campo visual disminuido a causa de la postura ya que el eje óptico no suele coincidir en esos casos tan forzados. En un momento dado, y por puro cansancio, me eché hacia atrás apoyando la espalda en el respaldo mientras tiraba del trípode hacia mi, es decir, hasta situarlo casi encima de mi cabeza. Entonces me dí cuenta de que era como tener un
bípode, con el cuello mucho menos forzado, con el eje óptico alineado con mis ojos, los codos apoyados en los brazos de la silla de forma descansada y mirando el cielo muy hacia arriba.
Probé a modificar la altura y acabé por alinear la cabeza con el instrumento mientras apuntaba directamente al cenit. Desde entonces lo practico así, y se me acabaron las palizas de las cervicales, el cansancio de los brazos y usando el campo visual completo. Recomiendo que probéis a practicarlo, el recurso es muy intuitivo pero hay que atender también al trípode en si, porque no todos rinden igual de bien. Tengo varios y son mejores para ello esos que no tienen elevador central con manivela y anclajes a las patas, ya que hay que meterse bastante debajo de él. Ello no significa que los que tienen esa característica sean inútiles, digo que son mejores los otros, los de la barra que hay que subir a pulso y poseen la opción de poner las patas en diferentes ángulos.
Suerte y a probar, y ya comentaréis experiencias.
Saludos.