No pensaba volver a tocar este tema, pero ya que te empeñas, y sólo para puntualizar:
Jonatan escribió:El presentador tenía encima de su mesa un libro que se titulaba Y LA BIBLIA TENIA RAZON Pero seguramente todo el trabajo de ese libro para ellos se resume en 5 palabras NO HAY PRUEBAS DE NADA. y cito ese libro por que lo llevó el director al programa.
El hoy muy trasnochado libro
Y La Biblia tenía razón no es fruto del trabajo de ningún historiador, sino de un periodista, en concreto del alemán Werner Keller. Se publicó en España por primera vez nada menos que en
1956 y pretendía armonizar el texto bíblico con la documentación arqueológica
entonces conocida. De ese libro (varias veces reeditado) dijo hace poco un crítico que:
"(...) hoy en día no tiene otro interés que el de comprobar hasta que punto la subjetividad del autor es incompatible con una historia mínimamente crítica (...)"Pero por supuesto este desfasado trabajo sigue siendo blandido con entusiasmo por diversos grupos sectarios religiosos. Y que Iker Jiménez lo tenga encima de su mesa no me parece a mí un marchamo de calidad ni de autoridad, la verdad.
A raíz de estos post, he revisado mis fuentes y desde luego recomiendo a cualquiera que desee acercarse a los temas bíblicos con una actitud crítica, científica, desapasionada y "laica" un libro que ya he citado de pasada (y de memoria):
La Biblia desenterrada. Una nueva visión arqueológica del antiguo Israel y de los orígenes de los textos sagrados (2001), de Israel Finkelstein y Neil Asher Silberman.
Está publicado por la editorial Siglo XXI y creo que va por su segunda edición.
¿Qué sostiene este libro? Pues en resumen, lo siguiente: algunos de los libros más importantes del Antiguo Testamento (el Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio), no responden a una tradición oral de fondo histórico transmitida durante siglos y fijada por escrito en un momento dado, sino que son una construcción tardía, del siglo VII a. C., destinada a consolidar el poder del reino de Judá.
En otras palabras, los relatos bíblicos del Diluvio, el Éxodo, Josué y Jericó o el templo de Salomón entre otros, no serían más que una ficción creada de forma interesada por la monarquía de Judá en la segunda mitad del siglo VII a.C., en concreto por el rey Josías (639-609 a.C.), para cimentar el papel real, cohesionar la comunidad y reafirmar la idea de pueblo elegido con un territorio propio y exclusivo, la así llamada Tierra Prometida. Otros elementos de los relatos no son más que recreaciones literarias de fenómenos históricos conocidos o "préstamos" de elementos miticos fácilmente rastreables en otras culturas (Mesopotamia).
La documentación arqueológica aportada por los autores es contundente. Por ejemplo, la arqueología no ha hallado el más mínimo rastro de las imponentes murallas del Jericó bíblico por más que se han buscado y no hay ni rastro del famoso templo de Salomón o de la "grandeza" del reinado de este personaje. Y eso por no mencionar las inexactitudes e incoherencias cronológicas que presenta la Biblia.
Ante semejante hipótesis cabe preguntarse quiénes son los autores de este libro. Bien, pues no se trata de periodistas o de investigadores aficionados. Todo lo contrario, son autores reconocidos sobre la historia de Israel. En concreto, Finkelstein es Director del Instituto de Arqueología de la Universidad de Tel Aviv y Silberman es un académico autor de varios trabajos sobre los rollos del Mar Muerto y la arqueología bíblica.
Este libro, aplaudido por los especialistas, generó en su momento una gran polémica en Israel, pues ponía patas arriba las bases ideológico-religiosas del sionismo.
Recomiendo la lectura de los dos títulos y que luego se saquen las oportunas conclusiones.
Jonatan escribió:Pero no me parece razonable,que tras lo que se mostró en el documental aparecieran esas seis personas (que podría sacar la espada de la lengua contra ellas)pero desde luego no lo voy a hacer .
Sí, seguramente
Antonio Piñero (catedrático de Filología Neotestamentaria en la Universidad Complutense de Madrid y autor entre otros de
Los manuscritos del Mar Muerto: Balance de hallazgos y de cuarenta años de estudios o
El otro Jesús, responsable de edición del monumental
Apócrifos del antiguo Testamento y editor de
Orígenes del Cristianismo y Fuentes del Cristianismo) o el padre
Andrés Guijarro, miembro de la Congregación para las causas de los Santos están temblando ante tu espada... De Nacho Ares o de Javier Sierra (director de "Más Allá") a lo mejor no puede decirse lo mismo, claro, pero para algo estaban en
Cuarto Milenio.
Finalmente, esta es la opinión que el documental
El Éxodo desvelado merece a
Luis Alfonso Gámez, el conocido "escéptico", en la entrada correspondiente al pasado 26 de diciembre en su blog
Magonia:
(...) "El Éxodo descifrado", el documental producido por James Cameron que emitió ayer Cuatro como entrega especial de Cuarto milenio, es uno de esos productos dirigidos hacia el sector religioso más integrista. Su autor y director, Simcha Jacobovici, deja claro desde el principio cuál es el objetivo de su trabajo: probar a toda costa que un numeroso grupo de israelitas huyó de la esclavitud en Egipto liderado por Moisés hace 3.500 años y que, por consiguiente, el Éxodo fue un hecho histórico (...)
El documental de Jacobovici es tan espectacular como engañoso. Repleto de efectos especiales vistosos y caros -la producción costó 3,5 millones de dólares-, es como esas películas tras cuyas explosiones y escenas más asombrosas no hay nada, que resultan previsibles desde el arranque. Porque lo que hace el cineasta canadiense es apoyarse en pruebas circunstanciales para reinterpretarlas a su modo, tergiversarlas y retorcerlas hasta que parecen apoyar su tesis: que la narración bíblica de la huida de Egipto ocurrió en realidad, algo que ningún arqueólogo sostiene hoy en día. Así, manipula a su gusto el texto de la estela de Ahmosis, descubierta a mediados del siglo pasado en Karnak; convierte a los hicsos en los israelitas para situar al pueblo elegido en el país del Nilo; achaca las diez plagas a la erupción de la isla de Thera; resitúa el monte Sinaí; transforma una estela micénica con sus típicas espirales en una representación de la muerte de las tropas del faraón bajo las aguas levantadas por Dios para proteger a pueblo; y ve el altar sagrado, la rampa del tabernáculo y el Arca de la Alianza en una pequeña joya del llamado tesoro de Agamenón. Tanto despropósito está rodeado de declaraciones -convenientemente editadas- de arqueólogos que, en ningún caso, respaldan abiertamente la tesis del director del producto, aunque dé la impresión contraria (...)
Ningún texto egipcio, de los muchos que hay, menciona nada de la esclavitud de los isrealitas ni de su huida bajo el liderazgo de Moisés. Escapar del ejército del faraón hubiera sido imposible para un grupo de desheredados que, de conseguirlo, se habría enfrentado después a las guarniciones egipcias del Sinaí y Canaán. Por si eso fuera poco, los israelitas no dejaron rastro de su larga estancia en el desierto. La acción del Éxodo se suele situar en tiempos de Ramsés II (1304-1237 aC) -Jacobovici lo adelanta unos dos siglos para hacerlo coincidir con la cronología más reciente atribuida a la castástrofe de Thera-. Sin embargo, "los detalles más evocadores y geográficamente más coherentes del relato del éxodo proceden del siglo VII aC", destacan los arqueólogos Israel Finkelstein y Neil A. Silberman, en su magnífico libro de "La Biblia desenterrada" (2001). El Éxodo, sencillamente, nunca ocurrió, fue un invento muy posterior al tiempo en el que se sitúa. El documental de Jacobovici es el típico subproducto envuelto de manera vistosa para consumo de integristas, porque la Biblia no es un libro de Historia.
Yo no podría haberlo escrito mejor.
Ahora sí, ya no tengo más que decir sobre este asunto.
Saludos y perdón por el rollo que os he metido.