


Sé que no son buenas pero es que están hechas sobre un infame trípode y (agarraos) ¡con diapositivas! Fue toda una aventura:
ir a Turquía dejando a los niños (4 y 2 años) casi una semana con su abuela, pasear por las calles y zocos de Constantinopla, perderse entre los muros y las cúpulas de Hagia Sofía, volar en un avión lleno de frikis astrofotográficos rumbo a Antalya, acalorarse en sus playas, convertirnos en conejillo de indias de unos colegiales más empeñados en ensayar el inglés y en bailar sevillanas que en mirar el eclipse, ponernos histéricos al comenzar la totalidad, alucinar en pepinillos, sacar fotos a saco sin ningún orden ni concierto (¡a la porra los meses de entrenamiento Zen!) con un catadrióptico f8 - F500mm en cámara química 100 ISO (no me preguntéis tiempos de exposición, ¡para tomar notas estaba yo!) sobre un endeble trípode de aluminio (gracias, AirFrance, por romperme el cabezal del trípode fuerte) en una playa llena de arena (cuidado que no se cuele por los "equipos" fotográficos), volver a España con una maleta menos cortesía de AirFrance, la cara que pusieron en la tienda de revelado cuando les llevé un carrete de diapos, las 3 semanas que les costó revelarlas, buscar un proyector, buscar un escanner de diapos, pegarse dos tardes escaneando...
¡Desde luego mereció la pena!