Eclipse, una enana blanca brilla por su temperatura (tal como una barra de hierro, por ejemplo, que se pone a calentar en la fragua).
El material que la compone, principalmente oxígeno y carbono en estado degenerado, no puede continuar las reacciones nucleares de fusión, a pesar de que la temperatura en su núcleo puede llegar a los cien millones de grados.
En su superficie, la temperatura de una enana blanca recién formada puede alcanzar unos cien mil grados, y por eso irradia fuertemente con un color blanco.
Sin embargo, al principio su temperatura superficial desciende bastante rápidamente, llegando a ser una "enana azul" cuando alcanza los 50 000 grados, y una "enana amarilla o roja"
![Sad :(](./images/smilies/sad.gif)
cuando sigue descendiendo hasta alcanzar, digamos, los 6 000 grados.
Por eso también resultan bastante difíciles de localizar directamente, ya que por su poco tamaño y luminosidad tenue no son muy distinguibles.
Pero ese descenso de temperatura superficial se va enlenteciendo a causa de la cristalización del carbono en las capas superiores, que actúa como una especie de aislante. Finalmente, cuando ha pasado el tiempo suficiente (varias decenas de miles de millones de años), se enfría totalmente y se transforma en una enana negra.
Por supuesto, los colores intermedios no son tenidos en cuenta, y cualquiera que sea su tonalidad, seguirá siendo una "enana blanca" mientras continúe irradiando.