

Buena culpa de que el hombre se lo crea (y otros le sigan) la tienen los medios de comunicación. Uno se siente importante y reafirmado si sale en la tele... es un poco como los descerebrados que graban una paliza en móvil para colgarla en internet.
El mejor favor que podemos hacerle a ese pobre hombre es no hacerle ni caso... y recordarle que el hereje iraní ha comenzado su propia carrera espacial sin contar con los infieles cristianos.