El viernes, con un cansancio épico sobre los hombros después de una semana de trabajo que ni el mismísimo Hércules hubiera aguantado, cargué los bártulos en el coche y me dirigí al punto más negro del mapa de contaminación lumínica de España; los alrededores del Pantano de Cíjara, entre las provincias de Toledo, Ciudad Real y Badajoz, al pueblito de Minas de Santa Quiteria ( LAT: 39°28'22.29"N, LONG: 4°59'59.20"O).
Tenía una colección de Hyperion que estrenar y quería hacerlo a lo grande.
Un atascón (también de epopeya) en Talavera me retrasó la llegada al punto de observación alrededor de las 10 de la noche. Me recibieron unos cervatillos deslumbrados por los faros del coche que echaron a correr. Bajé del coche y ¡oh! un horizonte Sur fabuloso, el Este buenísimo, El Norte magnífico y el Oeste... el Oeste... ¡¡¡ una pena !!!.
Mierda, 230 km de viaje para tener un horizonte Oeste noramlote eran demasiado para un fanático de la oscuridad como yo, GRRRRR $%&@@## (maldiciones y juramentos en hebreo).
Monté la paramenta mientras pensaba ¿qué ciudad puede ser esa con ese cacho campanón de contaminación lumínica? Talavera está 70km al Norte, Cáceres está a 120 km... Además la luz sube por la bóveda celeste en vertical, serán los focos de una macrodiscoteca... qué raro... no puede ser una ciudad... sólo puede ser ¡¡¡ LUZ ZODIACAL !!!.

Fuente: http://fadd.corank.com/tech/story/ap070925.html
La foto no es mía (porque no llevé cámara de fotos), pero lo que ví era parecidísimo. La luz un poco menos intensa que en la foto y con el plano de la eclíptica inclinado hacia el Sur (como corresponde al horizote Oeste) pero por lo demás era idéntico.
Qué alegría, yo creía que la luz zodiacal sólo podía verse desde sitios tan oscuros como el desierto de Mojave o en Cerro Paranal, pero también se ve desde la piel de toro.
Por eso no me importó nada que a las 12 y media de la noche la montura empezara a hacer ruidos extraños y tuviera que empaquetar todo y volverme a Madrid con el mismo cansancio con el que salí.
Por cierto, los hyperion una maravilla, hasta se los enseñé al guardia civil que me paró en el camino de vuelta y que se pensó que era un furtivo con un equipamiento de caza raro, raro.
Un saludo.