4. Publicado por Álvarez Silva el 27/02/2007 19:50
El fotón (todas las partículas) "va" en todo "momento en forma dual "onda-corpúsculo". Cuando existe una medición (suceso o acontecimiento) la probabilidad (que es simepre onda) se "decanta" en corpúsculo. ¡Ahí está todo el misterio!. No hay ninguna paradoja, es más, el "ver" esta paradoja significa que no "entendemos" realmente el significado de esa dualidad "onda-corpúsculo". El fotón no "va" por una u otra vía: ¡va siempre por las dos, por todas las trayectorias posibles que nos da la función de ondas! El que al "final" uno de los detectores "parezca indicar" uno de los trayectos por el que habría "pasado" el fotón, es una apreciación errónea: ¡No se ha entendido la dualidad onda-corpúsculo! El fotón sigue "habiendo pasado" por las "dos" trayectorias. Una vez más hay que recordar que sólo son "reales" las mediciones, los acontecimientos, los sucesos; las trayectorias (sólamente teóricas, si no hay ningún suceso o acontecimiento, es decir, medición, por el camino) sólamente pueden "definirse" como ondas de probabilidad y por tanto están sometidad a interferencias, no como la trayectoria de un móvil (o corpúsculo) que, precisamente, tradicionalmente ha sido definida en cada punto por un suceso (un tiempo y un espacio en un sistema de coordenadas). La "indefinición" de la onda (probabilidad) hace que la supuesta trayectoria recorrida por el fotón no lo es tal: ¡no puede hablarse nunca, por consiguiente, de trayectorias físicas, sino de ondas de probabilidad!
Como el mundo es "cuántico" en su totalidad, las trayectorias no existen; lo que ocurre es que la superposición de estados y materia "macroscópicamente" apuntan a una ficticia trayectoria que por su tremnda probabilidad (cercana a la certeza, uno) se extrapola como "certeza", o sea, como una "realidad física inmutable" que es lo que "mide" la física relativista. Hay, pues, un error de fondo en la relatividad al asumir sistemas de coordenadas con unas "bien definidas" trayectorias (o si queremos, "intervalos de universo" o geodésicas), y su caracterización de los puntos de su espaciotiempo perfectamente "determinados". Esta especulación sería cierta sólo y únicamente para los sucesos-acontecimientos o "puntos medibles" (la realidad física). Hay, mejor, "existen" por contra una cantidad infinita de "trayectorias posibles" u ondas de probabilidad que unen entre sí todos esos "puntos medibles" (reales) de la relatividad. De todo esto pueden establecerse las siguientes conclusiones.
1) La "malla del universo" es estrictamente cuántica, y el estudio de dicho universo debe basarse, mejor, estudiarse, primaria y básicamente desde la física cuántica (y nunca al revés, como suponía el mismísimo Einstein): ¡No todo es el espaciotiempo, como sugiere la relatividad, ni está comprendido dentro de él!
2) El espaciotiempo relativista es una "imagen" de lo "real", el mundo de los acontecimientos (la medida), pero el universo "total" es la suma del "existente" más el "real".
3) Las implicaciones filosóficas de los dos puntos anteriores son enormes (¿Habría que reivindicar tal vez algo parecido al mundo de las ideas de Platón?), e incidiría profundamente en cosmología, psicología y en el llamado "mundo de las cualidades".
La mecánica ondulatoria ha de ser la base inicial de todo lo que existe; su cuantificación es el segundo paso que debe conducir, tras una "extrapolación" macroscópica, a la relatividad general. pero esto supone que la relatividad general no es una teoría última, sino una aproximación en el campo macroscópico de la "verdadera teoría". Hay que encontar esta "verdadera teoría" (¿unificada?) que desde los presupuestoa cuánticos, su "extrapolación macroscópica" (o "real") sea la relatividad general. La fase inicial del "Big Bang" sería el dominio claro de esta "verdadera teoría", en el que las singularidades (relativistas), no serían tales, sino que serían reueltas mediante consideraciones en principio cuánticas.
El error en cuanto a la "prioridad" de la relatividad sobre la cuántica, consiste en suponer que como "todo" tiene que estar enmarcado en el tiempo y el espacio (primera suposición "incierta"); primero hay que definir ese "marco" que son "las coordenadas", los intervalos de universo y "geodésicas", y después incluir en ellas los "presupuestos cuánticos".
Pero, sobre todo en los orígenes del universo, la cuestión es muy otra, pues en ese "Big Bang" se "crea" tanto el espaciotiempo como la masaenergía, es decir, el universo "material" que conocemos, con su "historia" (real-medible). así que, cuando no existía ni espaciotiempo ni masaenergía, la relatividad "deja de tener validez", y hay que acudir a otro panorama en el que "no existan tales", sino los "principios cuánticos" que rigen "en cualquier ámbito", por supuesto "previo" o pre-existente" al relativista.
Las leyes de la causalidad son unas leyes "históricas" en que "todo" tiene "algo" atrás y "algo" delante de forma secuencial, y que "ordenan" de esta forma los sucesos-acontecimientos (medidas), pero "tal ordenación" deja de tener validez en el mundo cuántico, así que los "efectos" podrían ser "anteriores" a las causas y otras circunstancias que parecen "contradecir" a "nuestro sentido común", pero el sentido común "nace" de la observación cotidiana, y las circunstancias a que nos referimos son por definición "inobservables" (no medibles).
Es hora, pues, que nos "afanemos" en desechar la citada "prioridad" de la relatividad sobre la cuántica; veremos como de inmediato ello supone un considerable adelanto sobre el conocimiento de nuestros orígenes y lo que en verdad somos, no sólo cuantitativamente sino cualitativamente. Y no vale aquello de que todo provino del "vacío cuántico"; en todo cso sería de los vacíos cuánticos, pues cada teoría tiene el suyo. Si queremos verdaderamente avanzar en ese sentido y aclarar la "neblina" que significa acudir continuamente al vacío cuántico, debemos estudiar a fondo lo que "significa" la teoría cuántica, entenderla en su totalidad, y no sólo "aplicarla" sin ir más allá en ese entendimiento profundo.
Recomiendo que se plantee la teoría cuántica sin hacer "suposiciones" sobre dónde se enmarca, se decir, sin definir primariamente el "sistema espaciotemporal" en el que se asienta. A
continuación, al queres comprobar los "desarrollos" de la teoría, es decir, al intentar buscar "pruebas", tendremos ya que "efectuar medidas", y habrá que buscar "el marco", el "sistema de coordenadas" en el que queda definido cada acontecimiento-suceso, que es lo que es en sí el "hecho medible". Y tal procedimiento o método de trabajo debe ser siempre seguido y no al contrario, como en la generalidad de casos ha sucedido hasta el presente.
En aplicación de esto, las teorías cosmológicas no deben ser construidas desde la omnipresente ecuación de la relatividad general de Einstein, sino que hay que basarse inicialmente en plantemientos cuánticos, a los que con posterioridad, y para magnitudes macroscópicas se aplicarán las ecuaciones einstenianas.
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Como el artículo es muy interesante, no se distingue ni por su brevedad ni por su liviandad. Os lo dejo, para próximos comentarios y renovar las intervenciones de
Alex y alshain. Creo que este artículo, no es nuevo para ellos.
Saludos del Abuelo.
