El mundo cuántico, es fascinante y casi imposible de entender. A medida que las experimentaciones nos permiten presuponer sus actitudes, unimos los resultados al acervo científico.
Los que se inician en su estudio, deben esforzarse en olvidar la física clásica, para aceptar ciegamente los misterios de este nuevo mundo.
Por mi parte, no lo consigo del todo. Y me quedo en un término medio. Por un lado acepto todo lo demostrado, por evidente pero por otro, intento explicar la simetría con el macromundo.
En esta ocasión, se me ocurre razonar el efecto Compton (arranque de electrones de una superficie metálica por chorro de fotones), con el del Tornado arrancando hojas de los árboles, granos de arena del suelo, láminas sueltas, y todo tipo de objetos.
En el efecto Compton, el chorro de fotones, es la energía que alcanza a los electrones. Cuando es superior a la que los átomos de la superficie metálica disponen para mantener en sus orbitales a los electrones, éstos se liberan. Asumen el incremento de energía, saliendo despedidos a velocidad próxima a c.
Los electrones libres, ya pueden localizarse y comprobar su actividad, en efectos múltiples. Se hallan en un intermedio entre el micro y macro-mundo.
Veamos cómo es similar el comportamiento del Tornado. (Lo mismo podía indicar Huracán, o Vendaval, pero como imagen devastadora, es más intuitiva.)
A los fotones, los equiparamos con el aire impulsado por diferencia de temperaturas.
El aire, al igual que los fotones, no logra arrancar nada, hasta que lo que se le opone, ofrece menor resistencia que la fuerza propia.
Cuando logra mover partículas, en realidad lo que hace es concentrar parte de su fuerza, a ellas. Éstas, al adquirir esta energía, la muestran, transformando la potencial, en cinética. Su velocidad es menor que la del viento que la empuja, pero en su camino, continúa recibiendo empuje, incrementando velocidad.
En su obligado recorrido, topa con objetos mayores que incapaces de resistir el empuje concentrado de las múltiples partículas (ya no, etéreas), obran de forma idéntica.
El ciclo, mientras dura el Tornado, se repite, afectando cada vez a mayor cantidad de masas volumétricas. La concentración de energía en ellas, las convierte en verdadera metralla, girando a grandes velocidades, hasta o bien, agotar la energía impulsante, aplicada a toda la masa en movimiento, o haberse igualado las temperaturas de los ámbitos extremos causantes.
El cese de emisión de fotones a la placa metálica, acaba con el arranque de electrones.
Y éste,es el simil, que se me antoja, para apaciguar el esfuerzo de comprensión del mundo cuántico, en este particular caso.
Saludos del Abuelo.

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