FranJua escribió:Arbacia escribió:Igual con las comparaciones en diferentes noches que a simple vista el cielo puede parecer el mismo pero la corriente de chorro puede ser muy traicionera. Lo mismo con las pupilas de salida
Toda la razón. Una comparativa de material que no usamos habitualmente hay que hacerla la misma noche, mano a mano, teniendo en cuenta pupilas de salida, si no, no estamos comparando nada.
Franjua, no sólo respondo a tu mensaje, sino también a otros que de algún modo están representados por tus palabras. Y empiezo por el final, es que no fue una comparativa, sino una sorpresa, corroborada tiempo después, y las consecuentes comparativas impuestas por tales circunstancias, decantándose unas veces de un lado y otras del otro, según qué objetos. Ocho pulgadas son 7 de superficie efectiva, y entre 7" y 6" (libres de toda obstrucción) las diferencias son sutiles la mayor parte de las veces, estando condicionadas en buena medida por el diseño óptico. Por otro lado, la calidad óptica del SCT no es superior a la calidad óptica del TS 152 del que hablo, y si el primero carece de cromatismo, el segundo ofrece objetos estelares mucho más puntiformes. Y, a diferencia de los criterios de algunos, encuentro que ambos tubos se llevan de maravilla, lo que no da uno, lo da el otro, cuando quiero observar un determinado objeto empleo el instrumento adecuado, y lo hago por mi propio interés y conveniencia. Y todo ello no quita que son distintos, que me gustan los dos y que hago uso de ambos de un modo similar. Están más limitados por el
seeing que por otra condición y
"ambos-dos" tienen un duro competidor: el
Alter M 603 de INTES-MICRO.
Por otro lado, del mismo modo en que mi bolsillo no está para muchas alegrías desde hace años por circunstancias familiares que no vienen al caso, a cambio, yo uso tan habitualmente mis instrumentos (-11 telescopios-) aproximadamente cerca del 50% de las noches del año. Los motivos son que vivo en un chalet, fuera del casco urbano más próximo, con orientación Oeste y, además, que no tengo que madrugar a causa de mi trabajo. Por tanto tengo un punto de observación permanente en mi casa y los desplazamientos que he de hacer con los instrumentos suponen unos 10 metros.
Cuando hago comparativas, las realizo sobre el mismo objeto, con los instrumentos a comparar puestos en estación paralela, considerando las focales, los oculares precisos así como las correspondientes combinaciones, teniendo presentes, muy presentes, las salidas de pupila de unos y otros. Además consulto las condiciones atmosféricas locales ya que en esta localidad hay una estación meteorológica de la red del INM, además de mis dos estaciones propias, así como un conocimiento de las condiciones climáticas locales con bastante detalle, considerando que en la próxima primavera cumpliré 23 años de residencia en este lugar.
Lo que entiendo como más lógico, no son las confrontaciones sobre funcionamiento, rendimientos, resultados finales, etc., etc., de los instrumentos, sino el uso, satisfacción y valoración personal del observador/fotógrafo. En mi opinión, la cuestión no es si hay más gente que se deshace de un pequeño refractor o de un tragaluces de "X" pulgadas. La cuestión está en qué medida hacen efecto las opiniones ajenas. Si se me dice que un "tal X" de no sé cuántas pulgadas pulveriza cualquier observación con un instrumento más pequeño, sinceramente, me importa un rábano. Sé perfectamente lo que hay, tengo suficiente sentido común para entender los argumentos ajenos, soy consciente de la realidad que me dicen y no me aportan nada que no sepa de antemano. Entonces ¿qué pasa? pues que tengo mis intereses y no todos tiene relación con la Astronomía y sé hasta donde los satisfago, soy perfectamente consciente de mis limitaciones en cuanto al bolsillo o sobre mis conocimientos, y mi vida no gira alrededor de una afición a la cual dedico, con toda seguridad, muchas más horas al año que la mayoría de los que puedan leer estas líneas.
Por tanto, y como considero que cada observador/fotógrafo es un mundo en sí mismo, procuro respetar todas las opciones posibles sin descalificar ninguna o minusvalorarla. En una conversación telefónica mantenida con uno de los responsables de un establecimiento muy conocido con nombre "Balcánico", me dijo que el mejor astrofotógrafo de Lleida tenía un equipo extraordinariamente bueno, aunque llamaba la atención el hecho de que el tubo del telescopio tenía 60 mm de abertura. Del mismo modo, los hace tiempo archifamosos colaboradores de la revista
"Astronomía", los señores
Aymami y
Lopesino, despidieron su colaboración mensual recomendando invertir dinero en instrumentos pequeños de alta calidad óptica.
Saludos.