No va bien la cosa: acabo de regresar de unas horas de observación (es un decir, ahora explico por qué) y no va bien. Esta tarde pegué la retícula encima del plástico traslúcido blanco con cuatro gotitas de pegamento en cada esquina. Dejé la lámina bien enrasada con su soporte y apunté el Telrad a una zona oscura de la habitación para comprobar que estaba centrado: ¡bien!, los círculos concéntricos se veían normales y en su sitio. Un pelín descentrados, pero pensé que eso se corregiría luego con los tornillos de alineación.
Luego he salido a observar, con la intención de añadir 10 objetos de cielo profundo de Auriga y Camelopardalis a mi cuaderno de observaciones. Ha sido una noche idónea: casi nada de luna, ni una nube, atmósfera limpia tras las brisas de la mañana, temperatura agradable (para ser enero), llegué un buen rato antes del ocaso... Y me puse con mi primer objetivo, el cúmulo abierto NGC 2281: Telrad alineado, ópticas limpias y colimadas. Pero nada. No encuentro nada. Media hora buscando el dichoso cúmulo, mirando una y otra vez a través del buscador, comparando incesantemente con mis cartas... Y no lo encuentro. Pienso: "En fin, será un cúmulo de los que son muy abiertos y poco llamativos, es una zona muy poblada, ya miraré mañana en los libros qué aspecto tiene para saber qué esperar y mejor paso al siguiente objetivo".
Bueno, pues el siguiente tampoco hubo manera de encontrarlo. Y otro más tampoco. Comparando continuamente lo que veo a través del ocular con las cartas la cosa no termina de cuadrar: "¿seguro que esa alineación de estrellas debe estar ahí?, ¿seguro que esa otra no es doble?"
Me voy a un objetivo mucho más fácil: M38. Apunto con el Telrad, que supuestamente había alineado varias veces ya con estrellas brillantes. Pero tampoco aparece en el ocular. Ahí ya me mosqueo y empiezo a buscar objetos mucho más evidentes. Comienzo apuntando a Júpiter: lo centro en el Telrad pero cuando pongo el ojo en la lente no está. Luego voy a Venus, que ya está casi rozando el horizonte: lo mismo. Es entonces, gracias a la referencia del horizonte, cuando me doy cuenta de la enorme diferencia que hay entre dónde apunta el Telrad y dónde apunta el ocular. Calculo que la diferencia es de unos 8 grados.
Sabiendo eso, he vuelto a Auriga y al menos he sido capaz de observar varios objetos, aunque como ya llevaba horas en el campo poco después me he vuelto a casa por el frío. Ya es la segunda noche que observo sin buscador y me estoy haciendo experto en la difícil tarea de hacer "starhopping" a pelo jejeje
Evidentemente, no he pegado bien la retícula o esta se ha movido. Mañana intentaré arreglarlo, pero me temo que este Telrad pueda estar muerto para siempre.
Cualquier sugerencia será bienvenida. Saludos.