El pasado fin de semana salí solo a una pequeña finca de mis padres, buen cielo y tal, pero a eso de la 1.00h empiezo a oir ruidos raros, como pasos. Tres o cuatro y parada. Tres o cuatro y parada de nuevo... empiezan los nervios. Me cojo un tubo de hierro de 0,5m aprox. que había junto la casa y noto movimiento a unos metros tras unos setos, incluso me parece escuchar algo parecido a una respiración...
Como me tenía que ir a esa hora más o menos, primero me meto en el coche, cierro las puertas, arranco y enciendo luces hacia la zona del telescopio y los arbustos sin poder ver al autor de los ruidos. Incluso muevo el todoterreno con cierta brusquedad para intimidar si fuera animal el eventual "compañero". Dos minutos después, y armado de valor, bajo con la barra de hierro en la mano y empiezo a recoger todo el equipo manteniendo las luces y el motor encendidos.
Creo que era un perro de los que vagan por el campo, pero no lo se.
El caso es que me fastidió el último rato de observación. Acojona oir ruidos sospechosos a unos metros y no ver nada. Creo que esa barra (la cual guardo) me va a acompañar en más ocasiones

"Somos la forma en la que el Cosmos se conoce a sí mismo" Carl Sagan.