Hace bastante más tiempo, tuve la desagradable experiencia de contemplar como un CELESTRON SkyMaster 25X100 se soltaba del soporte del trípode (Manfrotto V-501) antes de que pudiera hacer nada por evitarlo, y se estrellaba contra el suelo. La consecuencia fue terrible, pues se partió el puente. Las ópticas no quedaron afectadas, aunque es de suponer que la descolimación era segura, ni tampoco los tubos como tales parecían estar afectados. Sencillamente, la reparación es imposible, por lo que los guardé con afecto, y apenas me sirven para nada salvo para...
Para sustituirlos pensé en algo que fuese igualmente potente (en aumentos), pero más ligero, más fácil de manejar y, en consecuencia, que implicase menos riesgos. A base de buscar aquí y allá, acabé encontrando el instrumento que da título a este tema. Los adquirí en http://www.telescopiomania.com por un precio que me pareció bastante ventajoso. También en conversación telefónica se se comentó que el fabricante es el mismo que producía la serie Ark de VIXEN. En fin, la idea me resultaba atractiva y me apetecía disponer de un instrumento más simple que el HELIOS acodado que tengo.
https://www.telescopiomania.com/prismat ... 0099.html#
A lo largo del tiempo en el que lo estoy usando he podido comprobar varias cosas, unas positivas y otras que habría que calificar como negativas. Empezaré por las primeras para no deprimir a nadie...

El campo real es pequeño, sólo 2'2º, o sea, "ná", pero a la hora de acercarlo a los ojos la perspectiva cambia totalmente. Es pequeño, si, como corresponde a su magnificación, pero no es estrecho, o sea, tiene efecto inmersión. Como consecuencia si a alguien se le pidiese que observase a través de él sin indicarle ni los aumentos, ni el campo real, la primera impresión que obtendría sería de un instrumento con unos 7º de campo. Por ejemplo, M 42 cabe casi entera. ¡Sorprendente!
El segundo aspecto positivo, especialmente para los amantes de prismáticos que sean capaces de extraer y destacar décimas de magnitud donde otros no son capaces ni de hacer sospechar lo que con éste se ve, digo ve, además de intuir, es que la Vía Láctea resulta sorprendente en un lugar de nuestra geografía donde uno hace una foto al cielo, sin más, a pelo solamente para ver qué pasa, y el resultado es un cielo rojizo. Así, con estas dos cualidades, la cosa parece prometer.
Además, está engomado, nitrogenado, estanco a la humedad y el agua, totalmente FMC en objetivos y oculares, con una barra central para equlibrarlo y dejarlo lo más estable posible, así como excelente asa para manejarlo. Encima es bonito, ligero para lo que es ( 2'390 kilos, frente a más de 4 kg de los otros), y no muy aparatoso. Es casi perfecto ¿verdad? Pues va a ser que no.
En la parte negativa lo primero que notamos es su evidente astigmatismo, algo exagerado en objetos de magnitud visual fuerte: planetas (de éstos hay que olvidarse), Luna, el Sol ni lo he intentado, objetos estelares como Sirio, Vega o Deneb, son manchoncitos luminosos, y eso que he buscado desesperadamente el punto focal, nada, me ha resultado imposible. Es verdad que todo objeto que no rebase la magnitud aparente 3'0, más o menos, y de ahí para abajo, aparece puntiforme. También resulta imponente a la hora de observar nebulosas, galaxias (las que se ven con su abertura), en fin, todo objeto de cielo profundo.
Para segurarme, quise probarlo durante el día, especialmente porque la publicidad de la marca así lo indica junto con su hermanito de 20X, reservando el de 16X para uso astronómico. Pues lo siento por la marca, pero de eso nada. Durante el día aparecen todas sus carencias, incluso las que no se aprecian durante la noche y que le dan una buena utilidad aunque limitada. La imagen durante el día es poco precisa, turbia habría que decir, incluso en días claros y a primeras horas, esas mismas en las que el Sol es más incidente y los contrastes son mayores. Y en esa ocasión es cuando el CELESTRON 25X100 volvió a prestarme un servicio. Usando sólo uno de los tubos y comparando lo que veía con lo que me daba el OPTICRON, resultó ser bastante más nítido, definido y brillante. Entonces quise esperar a la noche y proceder de igual manera. Tengo que reconocer que si bien con los objetos más brillantes el CELESTRON volvió a ganar, pero no fue así con el cielo profundo, y es que el OPTICRON, pese a sus carencias en algunos aspectos, tiene mejores tratamientos y su reflectividad es mayor permitiendo, entonces, captar mejor décimas de magnitud por encima de las que captaba el CELESTRON.
CONCLUSIÓN.
Si se tienen ganas de disponer de un burro cómodo de manejar, guardar y transportar, y que permite una observación satisfactoria de cielo profundo, no hay pega, particularmente porque, ignorando la razón, es complicado encontrar algo de similares características, precio y que rinda mejor. En caso contrario, o bien pasar de él o, sin ninguna duda, hay variedad en la relación 25X100 y sus resultados globales son mejores, aunque no lleguen a la precisión del otro en cielo profundo, aunque por muy poco. Eso si, son más grandes e incómodos, pero también más baratos.
Saludos.