jonalday escribió: Los prismaticos que tengo son muy muy viejos, de mi abuelo, los trajo cuando trabajaba en Alemania (hace más de 50 años) y son 8×52, los tengo desde hace un par de semanas. que en comparación con unos celestron 15X70 que tenia pensados no tiene nada que ver. Nunca tenia prismaticos, y antes de comprarlos quería probar con algo. Como resulta que me los ha regalado, estoy disfrutando un poco más del cielo, pero al fin y al cabo con sus limitaciones.
Hola, muy bien, serán unos buenos prismáticos sin una sola pieza de plástico, pero con pocos tratamientos ópticos tal como se hacían antes. Son los típicos prismáticos que hoy se denominan y venden como
"vintage", pero que ningún coleccionista despreciaría. Luego, la abertura (52 mm) aunque es algo poco común, pues lo habitual suelen ser los 50 mm, es la medida estándar en la práctica de la observación astronómica realizada a pulso. Los aumentos son muy buenos (8X) dando una pupila de salida de 6,5 mm, o sea, muy luminosos. Otra cuestión es el estado de conservación que tengan, que las lentes estén limpias por dentro (nada de limpiarlas por fuera con trapos y otros elementos abrasivos, o sin serlo, pero que haya porquería pegada, pues las ópticas siempre son muy delicadas) y que no haya presencia de hongos (vistos con lupa, parecen hilillos de algodón muy finos formando pequeñas redes), ya que pueden destrozar un prismático (o un telescopio, cámara de fotos, vídeo, etc.). Para evitarlos hay que guardar el instrumento en sitios muy secos y si eso no es posible, sacarlos con frecuencia a la luz solar, pues la radiación ultravioleta los mata (con media hora de exposición es más que suficiente). Y siempre guardarlos con saquitos secantes de "selicagel".
Luego, hay muchos objetos del cielo para los cuales los prismáticos son muy adecuados. A diferencia de lo que mucha gente cree, el telescopio y los prismáticos no son opuestos entre ellos, sino justamente todo lo contrario. Es decir, si tienes un prismático (se entiende que para esta actividad), lo habitual es que tengas un telescopio, y al revés.
El telescopio es un instrumento para ver "detalles" y los prismáticos para ver "generalidades", aunque a veces las "generalidades" sean por si mismas ya todo un "detalle", por ejemplo, cúmulos abiertos, cometas, la Vía Láctea en si misma en ciertas épocas del año, nebulosas oscuras, observación sencilla de ciertos eventos, observación de variables (muchos especialistas en esta actividad prefieren prismáticos en lugar de telescopio), aparte de las conocidas características, tales como comodidad de uso, intuición, mayor campo abarcado, rapidez en instalarlos o en recogerlos, transportarlos y guardarlos. Por supuesto, también tienen sus inconvenientes, pero hay algo que es necesario entender desde el principio:
no existe ningún instrumento PERFECTO para todo, y el otro principio es
el mejor instrumento es aquél que más se usa y con el que más se disfruta.Por otra parte, desecha la idea de que a más aumentos, mejor observación. Porque lo cierto es que a mayores aumentos, menor es el campo visual, menos luz en tus pupilas, menos definición en los objetos. Por supuesto, hay instrumentos que cuidan estas cuestiones y lasa corrigen, pero eso se paga

y a base de bien. Se hace principalmente a través de las calidades de las ópticas y con los tratamientos que hoy se aplican, lo que hace que muchos instrumentos alcancen precios de miles de euros.
He pensado que igual mejor me ahorro lo de los celestron y así puedo invertir más e un telescopio. Estoy leyendo mucho en el foro, y aprendiendo más. En calidad-precio me gustan los dobson. Ando mirando el mercado de segunda mano, además tengo pensado automatizarlo luego, soy electrónico y me gusta el brico. Pero como no tengo prisa pues a lo que salga y me convenza. Si salen oportunidades de otro tipo (reflectores, etc) pues también me tiro a la piscina. Por ejemplo un Celestron Nexstar 5 se que tengo ojeado.
Generalmente decir esto suele ser abrir la caja de los truenos, porque cada cuál da su parecer, pero no está en mi ánimo hacerlo. Y no lo está por algunos motivos. Para empezar porque cuando una persona se fija en algo lo demás no le interesa, o no lo hace del mismo modo. Por ejemplo, si te has fijado en un DOBSON (Dobson es el tipo de montura, el tubo es un NEWTON), pues aunque te cuenten lo que quieras, a favor y en contra, seguirás con la idea. Pero antes de elegir un instrumento, aparte del diseño que tenga, hay que contestar un cuestionario inevitable: donde vives (medio ambiente: ciudad, alrededores, medio semi-rural, rural, totalmente aislado); altura sobre el nivel del mar (no es igual a sus orillas que en montaña a mil metros); predisposición a desplazarte si te ves obligado a ello; estimación de las horas que vas a dedicar (si son pocas, no compensa un telescopio grande); qué vehículo tienes si has de desplazarte (un caso límite es el de tener un microcoche, y conozco casos); por supuesto, qué objetos son los que realmente te interesan (hay que tener en cuenta que los telescopios están diseñados de tal modo que van mejor, o van poco, en función de qué objetos se trate); qué cantidad estás dispuesto a ir gastando después de una compra en accesorios, pues los que suelen venir con el instrumento o no son de calidad, o son inadecuados, o insuficientes (hay que tener en cuenta que el mismo fabricante que hace un tubo, también construye diagonales, oculares, filtros, etc., que se venden aparte

), pues lo que se compra es lo básico.
Y ya, por último, como mejor que puedes proceder es de la siguiente forma: ir a un establecimiento especializado (grandes superficies prohibidas, pues los vendedores suelen saber menos que el cliente), donde poder ver, tocar, apreciar, etc., el material y esto es más importante que imaginartelos mirando a través de Internet. Además te explicarán lo que quieras sobre tus dudas. Una vez que te hayas hecho una primera idea, lo propio es acudir a alguna concentración cercana a tu casa. Se suelen anunciar en Internet y en ellas siempre hay gente muy predispuesta a echarte una mano, a permitir que pongas el ojo en el ocular, explicarte las cosas, etc. Y con todo eso ya estarás en condiciones de hacerte con una idea bastante acertada de lo que quieres y te conviene. El tercer paso es claro: comprar.
Aunque parezca complicado, o lioso, en mi opinión es lo mejor, te ahorras dinero casi con seguridad, y a causa de los errores en los primeros pasos, que son muy frecuentes muchas veces por prisas, si se fracasa en los primeros momentos como observador, se acaba con una afición innecesariamente. Hace años yo compré un refractor pequeño que estaba completamente a estrenar, y es que quien me lo vendió me dijo que no había sido capaz ni de montarlo siquiera.
Saludos.
