¡Al fin! las nubes se fueron, trepé como pude al techo de mi cuarto esperando encontrar al cometa McNaught, y cuando comenzó a oscurecer, pude empezar a distinguirlo. Les digo que cuando lo vi, sentí algo difícil de poner en palabras, me emocioné mucho. Realmente no tengo cómo describirlo. Me hizo pensar cómo puede ser que los antiguos asociaran algo tan hermoso a malos augurios, a horribles catástrofes ¿no?
Si fuera supersticiosa les diría que algo así sólo puede ser portador de buenas nuevas.
Realmente, sólo puedo decir, que aunque no lo vi en el momento de más brillo, ni con el telescopio, este cometa (el primero de mi vida) es una de las cosas más hermosas que he visto en el cielo uruguayo.
Saludos de un Montevideana completamente emocionada...
