La práctica de la Astronomía y la observación de la Naturaleza no es tan compatible como parece a primera vista. Se trata de un problema de horarios en principio. Ahora bien, días idóneos para su práctica por parte de un entusiasta astrónomo, pueden ser los correspondientes a la Luna en fase de plenitud y a los periodos con bastante nubosidad. Si se observan aves, éstas tienen periodos y momentos de gran actividad ( p. eje., nidificación y crianza en primavera y primera parte del verano), y dentro de las horas del día hay momentos en los que parecen desaparecer (en las horas centrales). Si observamos animales terrestres, muchos tienen un ciclo de actividad muy adaptado a la noche, lo que no impide que se puedan ver algunos ejemplares en horas diurnas. Pero la mayoría de los mamíferos son "noctámbulos"

Por otra parte, el seguimiento hay que hacerlo con prismáticos básicamente, pues los telescopios sirven más para la observación a distancias largas y para puntos muy concretos. Resulta muy complicado, casi yo diría que imposible, hacer el seguimiento de aves como sílvidos, paros, bisbitas, túrdidos, etc., es decir, lo que popularmente se suele conocer como "pajarillos". Son animales extremadamente nerviosos que se desenvuelven habitualmente entre árboles y arbustos.
Desde luego, resulta un tanto interesante empezar por escoger un campo concreto de observación. Después conviene decantarse por un tipo de actividad: la observación visual, la fotografía, o los más artistas el dibujo. Además, se ha de llevar un cuaderno de campo, así como alguna guía específica de la zona que se está visitando.
Respecto a los instrumentos, dependerán de la actividad elegida: aves limícolas, esteparias, marinas, rapaces en roquedos... mamíferos en zonas reservadas de parques y fincas, animales marinos (p. ej., ballenas en la zona del Estrecho), hacen aconsejable el uso de un telescopio. Normalmente las aberturas de éstos oscilan entre 60 y 85 mm. Menores son muy oscuros y de escasa calidad la mayoría, y con más mm empiezan a ser pesados. Hay que recordar los conceptos de "transportable"- "no transportable" de los de uso astronómico. Pues aquí con igual motivo y con un argumento de peso: el observador naturalista suele desplazarse, no se queda en el mismo sitio demasiado tiempo a no ser que sea dentro de un "hyde" (tienda clamuflaje de observación). En otras ocasiones hay que desenvolverse por rocas y sitios complicados, y en otras meterse entre malezas.
Por ello, el instrumento más importante son los prismáticos. Además de servir para casi todo, son fáciles de transportar. Hay que recordar que lo mismo que en observación astronómica, en las salidas al campo se llevan un montón de cachivaches que pesan lo suyo. Así pues, si bien un telescopio terrestre ( o sucedáneo astronómico con prisma erector), vienen a pesar entre 1'5 y 2'5 kilos, hay que sumar el peso del trípode, más los prismáticos, más la inevitable cámara, más la guía o guías, la cantimplora, la navaja de monte, "el bocata"..., por supuesto el móvil, el mapa o el GPS, alguna lupa por si acaso, la documentación, la mochila...Vamos, hay que ser una especie de madelman explorer
En cuanto a calidades ópticas se ha apuntado antes que la mayoría de lo que se ve son instrumentos APO. Hasta cierto punto sólo, pues se trata de instrumentos muy caros, y hay una gama media de precios más asequibles con una excelente factura. La mayor parte de las Marcas son poco conocidas entre los astrónomos y, peculiarmente, parte de las que son populares en Astronomía, aun teniendo alguna línea de instrumento terrestre, son desconocidas entre los naturalistas.
Respecto a calidades ópticas y de Marca más que conocida por todos nosotros se me ocurre el "Geoma Pro 82" de Vixen. Lo hay totalmente multitratado con ocular zoom por unos 750 €, pero la misma versión ED se va a casi 1.200 €. Es un gran instrumento, pero aún está lejos de ser conocido y competir con Marcas como Zeiss, Kowa, Swarovski, Leica, Optolyth...etc. Aún así, y por los motivos que sean, hay bastantes observadores con equipamientos de poca o baja calidad: Tasco, Zeus, Ventix, Acuter, Pentaflex...
La fotografía, con ser complicada si se trata de hacerla a gran distancia, con instrumentos que no sean de alta gama y más pretendiendo tomar instantáneas de las avecillas, suele ser más sencilla que la astrofotografía y no requiere de unos elementos tan complejos. Desde luego, el papel que vienen a desempeñar los instrumentos APO en el caso de la fotografía naturalista, es el de sustituir los teleobjetivos. No es igual pagar de 1.500 a 2.500 € por ejemplo, que 5.000 € por un 300 mm o 7.000 € por un 500.
Pero el digiscoping se puede practicar con medios mucho más modestos, aunque los resultados no sean dignos de ser publicados por Nature, o National Geographic Para nuestro archivo particular serán buenas tomas, y eso también, además de una inmensa paciencia, hay que llevar los bolsillos llenos de baterías para la cámara, la cual ha de estar lista a la mínima que "salte la liebre". Y recordar siempre que si se quieren observar estrellas hay que trasnochar, pero si se quieren observar aves hay que madrugar.
Por lo demás, el asunto se puede completar con una buena lupa binocular o un excelente microscopio...


