
He hecho un pequeño manual para mi web sobre pulido y limpieza de filtros de astronomía. La parte de limpieza también sirve para cualquier cristal no orgánico. Os copio a continuación la parte teórica del manual. Para la parte práctica con dos filtros prestados por Alfalben os remito a mi web, hay varias fotografías y no quiero saturar demasiado el hilo

Manual completo
A continuación explicaré el proceso que he seguido en numerosas ocasiones para el pulido de distintos tipos de filtros. Aunque un buen pulido no degrada un filtro, sólo se debe realizar cuando no queda otra opción y nuestro filtro ya ha perdido sus propiedades. Con esto quiero decir que o está muy arañado, o como he visto en alguna ocasión, el filtro ha dejado de ser transparente por oxidación de su superficie. Además, un filtro sucio o arañado hará que se produzcan variaciones en la transmisión de unas zonas a otras; lo que incurrirá en una degradación de la imagen final.
En caso de que alguien tenga un filtro que esté muy degradado y no se atreva a realizar el pulido puede contactar conmigo y yo lo realizaré con mucho gusto, eso sí, los materiales y el trabajo tiene un coste

Materiales
Guantes de látex
Pera de aire
Paños de fibra para la limpieza pre y post pulido
Bastoncillos de algodón
Agua desionizada o blanda (no es necesario que sea destilada)
Acetona o alcohol isopropílico. Si se utiliza acetona se deberá realizar el proceso en un lugar bien ventilado.
Óxido de Cerio (se puede comprar en Manuel Riesgo, por ejemplo. Con un sobre de 100 gramos hay para años de pulido)
Cristal plano (opcional)
Plano de referencia (opcional)
Procedimiento
Limpieza
Lo primero, y más importante, es realizar una buena limpieza del filtro, para ello seguiremos el siguiente procedimiento.
En primer lugar nos pondremos unos guantes de látex, a fin de no dejar manchas de grasa en la superficie, también nos servirán de protector cuando utilicemos la acetona. A continuación, observaremos si hay motas de polvo, si se ven, se soplarán con una pera de aire, eliminar estas motas es muy importante puesto que al estar normalmente compuestas por silicatos, si rozamos con ellas el filtro lo arañaremos.
Una vez limpia la superficie de polvo, se echará un chorro generoso de agua desionizada, se puede utilizar la del grifo si esta es muy blanda y sin apenas cal. De esta forma arrastraremos todas las partículas de polvo que hayan quedado adheridas.
Una vez sin polvo se eliminará la grasa. Para su eliminación se puede utilizar acetona si no hay ninguna superficie plástica cerca (la acetona destruye con gran facilidad los plásticos). La gran ventaja de la acetona es su rapidísima evaporación, gracias a esto no deja apenas marcas en la superficie que se ha limpiado. En caso de que haya superficies plásticas que se puedan dañar se deberá utilizar alcohol isopropílico. La diferencia de este alcohol con el típico etílico (de las heridas) es que su evaporación es más rápida, no contiene perfumes y tiene un menor contenido en residuos sólidos. La desventaja del isopropílico frente a la acetona es que su evaporación es bastante más lenta, lo que implica que habrá que quitar las marcas de evaporación.
Una vez se haya evaporado la acetona/alcohol, se retirarán las marcas con un paño de fibra. Un truco para saber si queda alguna marca, que aunque no es visible, sí afecta a su transparencia, es utilizar aire caliente. Al condensarse sobre la superficie quedarán marcas allí donde hay residuos. Se vuelve a pasar el paño sobre el cristal y ya lo tenemos impoluto.
Pulido
Cuando el filtro ya está perfectamente limpio podemos proceder a su pulido.
Filtros con pocos daños
Si el daño es muy bajo, sólo unas marcas superficiales, utilizaremos óxido de cerio muy diluido en agua, hasta que no sea más que una lechada. Mojamos el bastoncillo en agua, pero sin que llegue a gotear, a continuación, recogemos pocos granos de óxido de cerio y comenzamos el pulido. Para pulir un filtro lo mejor es ir haciendo pequeños movimientos circulares y a la vez ir rotando el filtro, de esta forma anularemos los posibles errores de presión que vayamos ejerciendo.
Cuando notamos que la resistencia cambia, el óxido de cerio pierde eficacia, echamos un nuevo chorro de agua al filtro para ver cómo va el pulido. Si es necesario se repite. Con unas pocas repeticiones deberían desaparecer en buena medida las marcas superficiales.
Un consejo muy importante es que se debe pulir de una forma muy muy suave, las marcas suelen estar en el tratamiento protector superficial. Si apretamos demasiado no sólo estaremos puliendo este protector, si no también el propio cristal del filtro, con lo que sus propiedades podrían llegar a cambiar en casos muy extremos.
Filtros muy dañados
Si el filtro está muy dañado, por ejemplo, su superficie no es suave o se ha degradado con el tiempo tal y como ocurre con algunos filtros antiguos el procedimiento es bastante más severo. Si está montado en una celda deberá extraerse de ella para facilitar el trabajo, si es posible, claro está.
Se comenzará el pulido tal y como se hace con un filtro poco dañado, con un bastoncillo de algodón. Pero esta vez recogeremos más granos de óxido de cerio hasta hacer una pasta consistente blanca, no llegar hasta el punto de hacer barro, si nos pasamos con el cerio es mejor echar un poco de agua. Comenzamos con movimientos circulares siguiendo el mismo esquema, con esto se conseguirá dar una cierta uniformidad a la superficie, pero debido a su degradación hay que ir un paso más allá.
Si el filtro se ha podido extraer de su celda se procederá del siguiente modo. Se coloca en un cristal plano un poco de cerio y unas gotas de agua, hasta conseguir una lechada. A continuación se comienza a pulir el filtro contra el cristal. Una vez se ha gastado el cerio se invierten los papeles, ahora se echa lechada de cerio sobre el filtro y se pule el cristal contra él, pero en otra zona, no en la misma de antes. Esta inversión de papeles se debe ir haciendo de forma sucesiva con la lechada cada vez más transparente. Todo este procedimiento se hace para poder conservar la planitud del filtro.
Si el filtro no se ha podido extraer de la celda se deberá hacer el procedimiento del bastoncillo de algodón, pero con una gran suavidad y cada vez con lechadas más y más aguadas. Además, se deberá ir alternando el sentido de rotación del pulido y el del giro del filtro.
Comprobación final
Una vez se ha pulido el filtro se debe realizar la limpieza del mismo con el procedimiento antes descrito y comprobar si el resultado es satisfactorio. Si el pulido ha sido muy agresivo (pulido contra otro cristal) es recomendable comprobar si se ha conservado la planitud, para ello se pondrá debajo de un test plano de referencia y se iluminará con una luz monocromática, una farola por ejemplo, y se verá si las líneas son suficientemente paralelas. Los planos de referencia se pueden conseguir en pequeños tamaños por poco dinero por eBay.