Me encontraba yo vagando por las inhóspitas sabanas de Cepheo, a la caza de esos raros trofeos cinegéticos llamados “dobles” o “binarias”, cuando mis leales “Canis Venatici” alertáronme de la presencia de una magnifica pieza que, en las frondas de Capricornio movíase con cautela. Sin dar tiempo a la huida, fue certeramente abatida por las precisas ráfagas de 20 fps de mi Neximage, montada sobre mira telescópica de 8”. Habiendo recibido más de tres mil impactos (que burrada, tú), quedó a mi merced, y es el trofeo que ahora os muestro
La verdad es que ni soy aficionado a la caza ni jamás me ha interesado, así que no se a que ha venido esta chorrada. Pero no me apetece volver a escribir, de modo que así lo dejo.
Sed compasivos, que no tengo mucha experiencia con nuestro satélite.
La primera: Mare Nectaris. Me gusta esa especie de canal o cornisa que une los cráteres de Teophilus y Beaumont (creo que son esos, si me equivoco corregidme).
Esta corresponde a los cráteres Atlas y Hércules.
