Leyendo “Observing the Moon” de Gerald North, me llamó la atención la historia de Julius Schmidt y el cráter Linné.
A lo largo del siglo XIX, varios importantes observadores lunares (Lohrmann, Beer, Mädler y el mismo Schmidt) describieron al cráter Linné, situado al nordeste del Mare Serenitatis, como un cráter profundo. Pero en 1866 Schmidt, que era director en el Observatorio de Atenas, anunció que el cráter había ¡desaparecido! y que en su lugar había tan sólo una pequeña mancha de luz.
Se produjo un gran revuelo, y se llegó a pensar que Linné era un volcán activo que había entrado en erupción. Y la controversia duró unos cuantos años...
De hecho, hasta 1967 no pudo demostrarse que Linné era tan sólo un pequeño cráter de 2,5 km. de diámetro y una profundidad de 500 m. gracias a las fotos realizadas por las sondas espaciales. Aquí está una foto tomada por el Apollo XV del cráter en cuestión:
http://history.nasa.gov/SP-362/ch5.1.htm

La explicación de estos cambios es sencilla. Se debe a que cuanto más se eleva el Sol sobre Linné, más se ilumina la aureola de eyectos que lo rodea, hasta alcanzar los 10 km. de diámetro en función del ángulo con que incide la luz cada día de lunación, el cual varía según la libración.
Con esta información me picó el gusanillo y me propuse intentar observarlo con mi telescopio SC Nexstar 5i de 127mm. Tarea nada fácil, ya que se encuentra en mi límite de resolución teórica y lo más probable es que no pudiera ver el cráter, sin embargo, pensé que por lo menos la “pequeña mancha de luz” sí podría verla.
La noche del 6-10-2008, a las 20,00h T.U., con un seeing de 3/5, un poco nublado y con la Luna no demasiado alta, monté el telescopio y empecé la observación.
Con 69x localicé la Luna, y con 125x me centré en el Mare Serenitatis. En un primer vistazo no vi nada especial, tan sólo me llamó la atención el cráter Bessel, realmente bonito, ya que al encontrarse aislado en medio del Mare S., contrasta de manera espectacular. Pero yo no iba a eso, así que no me entretuve demasiado y puse los 208x y me centré en la zona donde pensaba que debía encontrar a Linné. No veo ni rastro del cráter, pero sin embargo, forzando un poco la vista, veo una manchita blancuzca enfrente del cráter Autolycus dentro del Mare. ¡Eureka!, eso es: tal como me imaginé, no puedo ver el cráter, pero si su corona de luz.
Como soy bastante malo haciendo fotografías



Y aquí os pongo su correspondencia con el Virtual Moon Atlas:

Al final forcé los 250x, pero el seeing no acompañaba para tanto.
En fin, hasta aquí mi experiencia. Me gustaría animaros a que le echarais también un vistazo y me comentaseis si con una abertura mayor que la mía podéis llegar a distinguir el cráter junto a su aureola de luz. Por cierto, según “Descubrir la Luna”, se puede ver bien en la séptima noche, y según el “Virtual Moon Atlas” en la sexta noche.
Espero no haberos aburrido demasiado.
Saludos.