Así que, sentaos, poneros cómodos, una copa de vino, y disfrutad del relato (si no os gusta ni interesa
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Orfeo, hijo del rey tracio Eagro y la musa Calíope (aunque algunos textos señalan su paternidad a Apolo-por ejemplo Erastóstenes-), fue el poeta y músico más famoso de todos los tiempos. Nos cuenta el mito que el niño Hermes construyó una lira a partir del caparazón de una tortuga y de los cuernos de las vacas de Apolo. Se la entregó a Apolo, quien después de entonar una canto con ella se la entregó a Orfeo. Dicen que Orfeo la mejoró, ampliando el número de cuerdas hasta nueve en honor a las Musas (entre ellas Urania, la musa de la Astronomía). Orfeo fue muy apreciado entre los hombres, hasta se sospechaba que era capaz de embelesar a las fieras y mover las piedras con su canto.
Después de una visita a Egipto, Orfeo se unió a los argonautas (tengo pendiente el mito de la Argos Navi), con quienes se embarcó para Cólquide, y gracias a la ayuda de su música, los argonautas superaron varias dificultades.
Sin embargo, la desgracia de Orfeo estaba por llegar,y el inicio de sus males tiene que ver con la desgracia de su mujer, Eurídice.
Un día, en las cercanías de Tempe, en el valle del río Peneo, Eurídice se encontró con Aristeo, quien trató de forzarla. Ella huyó, y mientras huía pisó una serpiente que le causó una mordedura mortal. Orfeo, valeroso argonauta que ya se había enfrentado a mil peligros, descendió rápidamente al Tártaro para tratar de traerla de vuelta, y a su llegada, no sólo encantó con su lira al barquero Caronte (algún día hablaré de él), si no también al perro Cerbero y a los Jueces de los Muertos. Se dice que con el encanto de su música también dejó en suspenso la tortura de los condenados. De tal modo ablandó el corazón de Hades que éste concedió su permiso para que Eurídice volviera al mundo superior. Hades sólo puso una condición: Que Orfeo no mirara hacia atrás hasta que no estuviera de nuevo bajo la luz del sol.
Eurídice siguió a su marido por los pasajes oscuros guiada por el son de su lira, y sólo cuando Orfeo estaba llegando a la luz del día se dió la vuelta para ver si ella lo seguía, con lo que la perdió para siempre.
Orfeo nunca se recuperó de esa pérdida, y cuando Dioniso invadió Tracia, nunca le rindió los honores debidos. Al contrario, todas las mañanas se levantaba para saludar a la aurora desde lo alto del monte Pangeo y predicaba que Helio, al que llamaba Apolo, era el más grande de todos los dioses. Dionisio, ofendido por todo esto, hizo que le atacaran las Ménades de Deyo. Esperaron a que los maridos entraran en el templo de Apolo, donde Orfeo oficiaba como sacerdote, se apoderaron de las armas dejadas fuera, entraron en el templo, mataron a sus maridos y desmembraron a Orfeo. Arrojaron su cabeza al río Hebro, pero quedó flotando y siguió cantando hasta llegar al mar, hasta la isla de Lesbos.
Las Musas, llorando, recogieron sus miembros y los enterraron en Liebetra, al pie del monte Olimpo, donde se dice aún hoy que los ruiseñores cantan más armoniosamente que en ninguna otra parte del mundo. Las Ménades trataron de limpiarse la sangre de Orfeo en las aguas del río Helicón, pero el dios fluvial se metió bajo tierra para reaparecer al cabo de un par de kilómetros con otro nombre, el Balfira. Así evitó ser cómplice del asesinato.
La lira de Orfeo también recorrió el camino de la cabeza, y también llegó a la isla de Lesbos y fue guardada en templo de Apolo. Por la intercensión de las Musas y el apoyo de Apolo fue colocada en el cielo como una constelación, a fin de que permaneciera en el firmamento como recuerdo del poeta y de ellas mismas.
Erastóstenes nos dice:
"Como testimonio de la desgracia que le ocurrió a Orfeo, esta constelación se oculta en determinados momentos".
Si alguna vez no véis a la constelación de la Lira, sin razones aparentes para ello, recordad las palabras de Erastóstenes.
En fin pilarín, si os gusta y queréis más seguiremos, pero recordad, lo diré siempre: se conservan muchas versiones, muchas muy fragmentadas y fragmentarias, y la que voy a escribir, no es la auténtica en ningún caso, sino la más completa y comúnmente aceptada por los estudiosos del tema.
Saludos y buenos cielos